Superagente Makey

Un ex agente de las fuerzas especiales acepta un trabajo para brindar seguridad a una periodista mientras entrevista a un dictador, pero cuando estalla un golpe militar en medio de la entrevista, se ven obligados a escapar a la jungla.

Nina y Allen dividieron todo en sus vidas después de su ruptura y deben competir en una ridícula batalla por la custodia de su preciado abrevadero en la que se trazarán líneas, se elegirán bandos y se beberán cervezas.....Bar Fight!Critica: pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Bar Fight!

Un joven le dice a su padre Salvo, un inmigrante italiano de la vieja escuela, que tiene intención de pedirle matrimonio a su novia estadounidense, Ellie. Pero antes de dar su visto bueno, Salvo exige un fin de semana conjunto no sólo con Ellie sino también con Tigger, su madre, que es senadora de los Estados Unidos. El choque cultural es sencillamente inevitable.....Mi papá es un peligroCritica: La voz en off de Sebastian (Sebastian Maniscalco) introduce la historia de dos familias estadounidenses descendientes de inmigrantes: la suya, siciliana, y la de Ellie, su maravillosa novia norteamericana. Pasa entonces a describir su perfecta vida en Chicago con ella y la relación con su padre, Salvo, un peluquero siciliano que quiere asegurarse de que su hijo está en buenas manos. Los tres van a celebrar el 4 de julio con los padres y hermanos de Ellie durante unos días. En el transcurso de estos, Salvo provoca espontáneamente el choque entre dos formas opuestas de pensar y de vivir. La intensidad de la relación entre padre e hijo va aumentando hasta llegar a un límite en el que Sebastian debe aprender el verdadero valor de sus orígenes.Entre interpretaciones paródicas y un tanto ridículas, Robert de Niro –quién sabe por qué aceptó este papel– precisamente salva esta comedia descafeinada y a veces aburrida con una interpretación convincente. La historia de fondo es positiva, transmite un mensaje auténtico y sirve de contrapunto a los penosos gags y al tono de una relación adolescente entre adultos de… cuarenta y tantos.Irregular, pero francamente simpática comedia, que parte de un guión de Sebastián Maniscalco (en compañía de Austen Earl), narrando parte de su vida, su relación con su padre. El resultado no es redondo, habiendo evidentes picos de interés y ritmo, pero existen varias escenas francamente divertidas, que sacan la sonrisa y hasta carcajadas (por lo menos en cuanto a mí respecta), como son el partido de tenis y las escenas acuáticas junto al yate familiar..... Mi papá es un peligro

Lori y Doug se separan justo antes de la boda de la hermana de Lori y deciden fingir que todavía están juntos durante el fin de semana para no interrumpir la diversión.... We Broke UpCritica: porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ ...We Broke Up

Antboy es desafiado por la liberación del archienemigo Loppen de la prisión, la nueva súper villana, Alicia Dufort, y la competencia de un nuevo vigilante; El héroe sin nombre.