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Elvis lleva 25 años aconsejando a sus oyentes en directo en su emblemático programa nocturno de entrevistas. Es uno de los últimos míticos locutores de radio que quedan y su sobrada experiencia le hace ignorar las advertencias de su jefa sobre su comportamiento en el programa. Cada noche llega a sus oyentes con su inconfundible voz y sus agudas réplicas. Tiene una opinión sobre prácticamente todo y se embarra en toda clase de polémicas. Hasta que una noche recibe la llamada de un hombre que está a punto de hacer algo terrible. Esta llamada podría destruir la carrera de Elvis, a su familia y toda su vida por completo. Secuestro en directoCritica: Película desaprovechada donde esperas ver una retórica aplastante de un periodista de radio y terminas viendo a un histriónico Mel Gibson con más pena que gloria. Hemos visto miles de veces la conversación a través de móvil o radio entre un psicópata y una víctima, el juego que propone el extorsionador y que debe seguir la víctima, los sucesivos cambios de guión a lo largo de la película... Secuestro en directoSe hubiese podido hacer una película más notable, con mayor profundidad en los diálogos, qué le mueve a actuar a un asesino, qué siente el protagonista Elvis (Mel Gibson). Los papeles femeninos son anecdóticos. Todo se ha realizado para que Mel Gibson sea la estrella y la verdad es que el personaje de William Moseley en su primer día de trabajo está totalmente reducido a decir unas pocas frases y seguir a todo lo que haga Elvis. Secuestro en directo¿Lo mejor? El final… o no. La cierto es que me sorprendió y por eso le doy un aprobado.¿Lo peor? La dirección, Romuald Boulanger hace una película palomitera. Se limita a entretener pero que con el paso del tiempo terminarás olvidando.Con esta película se entiende que Mel Gibson pueda estrenar hasta 9 películas en todo 2022. Secuestro en directoNo lo negaré, con esta película echaba mucho de menos a Aaron Sorkin y sus diálogos rápidos, irónicos… Aquí es imposible recordar ninguna frase memorable.
La historia se centra en una joven "niña de papá", que se enamora del líder de un grupo de baile que organiza flashmobs por amor al arte. Cuando el padre de ésta quiere demoler el barrio donde viven los bailarines, la chica insta sus compañeros de baile a que utilicen los flashmobs para reivindicar. Nueva entrega de la saga Step Up. Step Up 4: La revolución Step Up 4Critica:Sin duda alguna la saga Step Up se creó para mostrar al mundo los diferentes tipos de bailes que existen en cada una de sus vertientes, desde el “callejero” hasta el de “tutu”, pero siempre mostrándolo como algo divertido y donde el espectador pudiera disfrutar de los mismos, y para ello crea las mejores coreografías hasta ahora vistas en el cine, y en esta película mantiene esa línea, donde cada coreografía totalmente diferente a la anterior y cargada de originalidad. StepPuede ser que peque de idealista en su guión, y de sencillez, pero a veces hay que sacrificar la historia por el bien del tema central, las coreografías, y en mi caso me alegro, ya que una película demasiado argumental dejaría poco para las coreografías, y donde las película tendría que ser más musical para profundizar en las historias, y por lo tanto, sería algo totalmente diferente a lo visto ahora. Bailando 4 - Step Up Revolution StepCon un argumento predecible y con la superación y la unidad como leitmotiv de la trama, poco pueden sorprendernos ya estas historias de baile, con guapos bailarines y guión trillado. Incluso el actor protagonista (Ryan Guzman) recuerda físicamente demasiado al primero de la saga (Channing Tatum). Lo único que me ha llamado la atención han sido los números de baile, los flashmob que organizan los MOB (el grupo de baile del barrio) para conseguir ser los más vistos de Youtube y ganar un premio. Cada número es mejor que el anterior y si a eso se le añaden efectos increíbles y una banda sonora que incluye a M.I.A. y Flo Rida pasando por Radiohead o M83, el resultado es, en este sentido, sorprendente. Resumiendo, hay que retirar demasiados clichés y varias incoherencias del guión para que la película convenza a un público adulto pero una historia como ésta hará las delicias de los espectadores adolescentes y de aquellos que aún vibran recordando Dirty Dancing. Step
Oliver Queen ha desaparecido y dado por muerto cuando su yate se pierde en el mar. el vuelve después como un hombre nuevo dedicado a limpiar la ciudad como un vigilante encapuchado armado con un arco.
El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew y para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven. La pasión de Andrew por alcanzar la perfección se convierte en obsesión, al tiempo que su despiadado profesor lo lleva al límite de su capacidad y de su salud mental. WhiplashCritica:Damien Chazelle presentó en 2013 un cortometraje en el que un estudiante y virtuoso de la batería entraba a formar parte de la banda de jazz de su conservatorio, dirigida por un estricto profesor. Esa idea cuajó y ahora nos llega la versión completa de esa historia, la tensa relación entre un alumno que se desvive por la música y un profesor que busca la absoluta perfección. WhiplashChazelle consigue con Whiplash una conjunción perfecta entre el amor a la música y el desarrollo de sus personajes. Plano a plano la película parece construirse sólo con acordes, golpes de baquetas y resonar de las trompetas, una mezcla musical fantástica que se mueve entre Caravan y Whiplash, jazz potente que aún retumba en mis oídos. Pero no sólo de música vive esta película, ya que Chazelle consigue que profesor y alumno entren en una batalla épica de redobles y platillos, haciendo que el espectador abandone su posición pasiva y participe de forma activa en su historia. Una película que despierta la pasión por la música, aunque sea mínima, que todos llevamos dentro, y el culpable no es sólo el director, sino que sus dos protagonistas, un soberbio J.K. Simmons y un apabullante Miles Teller, ponen la piel de gallina. Una máxima que dejan bien patente en todo momento es esa búsqueda de la perfección, esa obsesión (a veces malsana) de alcanzar un nivel casi inalcanzable, algo que comparten ambos protagonistas, cada uno a su manera y por caminos distintos. Esa obsesión queda también muy bien reflejada en su difícil relación: dura, sufrida, pero llena de pasión, una pasión explosiva con un zenit inmejorable.Llama la atención el tratamiento del sonido en Whiplash y su perfecta sintonía con la imagen. No es algo raro si tenemos en cuenta que su director es un amante reconocido de la música en general y del jazz en particular, y ese amor se nota que lo ha traslado a su mano y a su objetivo. El montaje de imágenes, repetimos, va en sintonía al sonido, a ese tronar de la batería, a los acordes de sus dos temas principales, con lo que da un ritmo trepidante (faltaría sólo eso) y un fluir de la historia muy acertado, porque no sólo de música vive Whiplash, aunque así su personaje lo pretenda con el tratamiento que de su vida real da, encontrada con su vida profesional, o la obsesión de alcanzar la maestría detrás de una batería. Whiplash
El huracán Katrina ha llegado a Nueva Orleans y ha acabado con todos los bienes que poseían la mayoría de sus ciudadanos. Entre los afectados, se encuentra un joven de raza negra cuya educación y formación no parece suficiente como para poder reponer todas las pérdidas. Desesperado, decide juntarse con sus tres amigos, hacerse gángsters y conseguir el dinero necesario para mantener a sus familias a salvo. Esta osadía no será pasada por alto por el Departamento de Policía de la ciudad, que tratará de detenerles lo antes posible....Cut Throat CityCritica:En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Cut Throat City
Seres sobrenaturales entregan condenas sangrientas, enviando a los individuos al infierno y dando lugar a un grupo religioso fundado en la idea de la justicia divina.
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