Un periodista se obsesiona con el hecho de comprender el significado de la última palabra que Charles Foster Kane dijo antes de morir: Rosebud. Para descubrir el misterio investiga a varias personas del pasado del magnate.
Yummy es una orgía de sangre, violencia y diversión en la que una pareja joven viaja a un hospital en mal estado de Europa del Este para someterse a una cirugía plástica. La joven quiere una reducción de senos. Su madre viene para otro lavado de cara. Vagando por una sala abandonada, el novio se topa con una mujer joven, amordazada y atada a una mesa de operaciones; ella es el resultado de un tratamiento experimental de rejuvenecimiento. Él la libera, pero no se da cuenta de que acaba de causar el brote de un virus que transformará a los médicos, pacientes y su suegra en zombis sedientos de sangre....YummyCritica: Todo maestro tiene sus alumnos, algunos siguen las lecciones al pie de la letra y otros las adaptan a sus necesidades. David Croneberg y su nueva carne sigue, para el que esto escribe, tan vigente como el primer día: las cirugías invasivas e ilegales, esos hospitales donde todo es tan impoluto como sospechoso y los personajes con pulsiones sexuales. Brandon Cronemberg con Antiviral, intentó acercarse a los caminos de sus padres pero el resultado era demasiado impersonal y sin embargo es el belga Lars Damoiuseaux con su sangrienta Yummy quien acerca David Cronemberg al gore extremo.Michael lleva a su novia, Alison, y a la madre de esta, Sylvia, a un hospital – situado en cualquier país ignoto de Europa- especializado en operaciones de cirugía estética de bajo coste o alegales. Mientras Alison y Sylvia reciben sus tratamientos, Michael visita el hospital con Daniel, un bon vivant que aprovecha su trabajo en el hospital para conseguir drogas y dar “cariño” a las mujeres que llegan solas al hospital. Cuando Michael encuentra una mujer atada a una cama, con una extraña máscara en el rostro, el infierno se desatará sobre la tierra.Lars Damoiuseaux y su coguionista Eveline Hagenbeek no se andan por las ramas con la ópera prima de Lars: aquí se viene a pasar un buen/mal rato y el entretenido prólogo lo deja claro, lo mismo que la presentación de los personajes principales como Michael y el gran problema de Alison, en una secuencia tan grosera como realista. No hay trampa ni cartón en Yummy, el humor es a veces basto y la historia toma demasiada velocidad en su primera media hora, donde se presenta el escenario y el resto de los protagonistas y cuando llega el estallido de la enfermedad uno se pregunta cómo van a rellenar la hora siguiente. Aunque el ritmo es irregular y a veces se notan los altibajos, Lars Damoiuseaux maneja la cámara con brío y hay secuencias más que logradas con sangre y tripas, muchas tripas, despertando gritos de “noooo” en más de una ocasión y si eres hombre permíteme que te diga esto: prepárate para reír y sufrir en la secuencia de la cocina..... Yummy
Henry es un veterano atracador de bancos que finge una parálisis cerebral para que lo trasladen de la cárcel a una residencia de ancianos. La enfermera Carol, que es la encargada de cuidarlo, es una mujer hastiada de su trabajo y de su matrimonio, y el historial de Henry despierta su curiosidad. Incitada por su ansia de emociones fuertes, fuerza a Henry a que le revele su secreto, y éste le ayuda a descubrir en sí misma una capacidad delictiva que desconocía. A partir de ese momento, Carol tienta a Henry para que lleve a cabo un último golpe.
En un futuro cercano, en La Tierra la perfección genética impera. Los seres inferiores, como Vincent Freeman, cuyo ADN es fruto de una relación natural y no de laboratorio, están condenados al fracaso. Pero Vincent quiere triunfar, y conseguirá esconder su verdadera condición para conseguir su objetivo más ansiado: ser piloto espacial.
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