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Augustine es un científico solitario en el Ártico que trata de contactar con una nave espacial que intenta regresar a la Tierra. Augustine quiere impedir que Sully y sus compañeros astronautas regresen a su hogar, donde se ha producido una misteriosa catástrofe global....Cielo de medianocheCritica: 2049: Una catástrofe ha colapsado el mundo y solo parece haber escapado al desastre un científico enfermo y abandonado en un observatorio polar, que tratará de avisar del desastre a una misión espacial de vuelta de Júpiter para evitar que perezcan en su retorno a casa.No es una película espectacular. Intimista, refleja solo dos ambientes, el de Clooney en el Polo y el de los 5 astronautas en su nave. La película está bien hecha y fluye pacíficamente. No hay grandes momentos de tensión ni sorpresas en el guion. En este sentido, es predecible y modesta en sus pretensiones. El pequeño giro final refuerza su mensaje sentimental, y da sentido a los flashbacks intercalados que muestran la juventud del personaje de Clooney.En fin, película razonablemente bien hecha e interpretada, amable y más bien lenta. Quien espere emociones fuertes o intrigas propias de la ciencia ficción me temo que se dormirá una buena siesta. Aprobado holgado.....Cielo de medianoche
Cuenta la historia de Paul Asher (Brenton Thwaites), un periodista ex veterano de guerra que, tras ejercer en la guerra de Afganistán, regresa a casa y descubre que su vida se ha desmoronado: su matrimonio ha fracasado y se encuentra en medio de una crisis personal que aún no consigue comprender. Por si fuera poco, uno de los soldados que conoció en Afganistán tiene problemas en su hogar y Paul trata de ayudarle desesperadamente. Sin embargo, la vida de Paul toma un giro de 360º grados cuando le ofrecen una entrevista a la que le resulta imposible resistirse: entrevistar a una persona que dice ser Dios, interpretado por David Strathairn.
Marcela Robledo, que está a punto de perder su trabajo en un programa de cotilleos, se entera de una historia relacionada con el mundo del espectáculo cuya difusión pública podría cambiar su suerte...La panelistaCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La panelista
Esta nueva versión se narra desde una perspectiva totalmente novedosa, la situación del conocido personaje dos siglos después de que el doctor Victor Frankenstein le diera vida. Presupone que este ser ha sobrevivido tanto tiempo debido a una manipulación génetica realizada durante su creación, llegando a nuestros días. Ahora, Frankestein vive en una oscura y violenta ciudad, sumida por una terrible guerra. Lo curioso de esta contienda es que ambos bandos están compuestos por seres inmortales como él. I, Frankenstein FrankensteinCritica:Nueva película surgida de un personaje del mundo del comic, en este caso uno que ni he leído ni conozco, Yo, Frankenstein (2014). Kevin Grevioux es su autor, y en su traslación a la pantalla ejerce de guionista, productor y actor secundario, tareas todas ellas en las que repite tras haberlas realizado en la saga Underworld. Dirige Stuart Beattie -también guionista- en su segunda producción tras las cámaras después de estrenar años atrás un pseudo-remake de Amanecer Rojo, Mañana, Cuando la Guerra Empiece (2010)El reparto, para poner caras: Aaron Eckhart, Jay Courtney (el hijo de John McClane en La Jungla: Un Buen Día para Morir), Miranda Otto, Yvonne Strahovski (Asesinos de Élite), Bill Nighy (repitiendo papel similar al de Underworld) y el citado creador del comic, Kevin Grevioux. Qué escribió exactamente éste: la batalla entre gárgolas (el Bien) y demonios (el Mal) y como el monstruo de Frankenstein (Eckhart) -bautizado como Adam- interviene para desnivelar la balanza a favor de los primeros. FrankensteinSi en los dos primeros párrafos se me ha escapado citar un par de veces a Underworld no es casualidad. Comparten artífices, medios y posiblemente las mismas intenciones. La trama es la misma cambiando vampiros y lobos por gárgolas y demonios, oscuros paisajes digitales góticos que lo envuelven todo, muchos (cutre) efectos especiales y la única pretensión de entretener. Como suelen dejarse poco dinero en ellas, no cuesta recuperar la inversión y obtener rápidos beneficios que aseguren una secuela para seguir sacándose unas perras.Con Yo, Frankenstein deberían irse olvidando, batacazo en taquilla, y crítica y público poniéndola a parir. Es normal, la película no es buena, lo que no evita que en un par de frases pueda resumir porque Yo, Frankenstein no me parece tan detestable. Es corta (80 minutos), no le falta ritmo, alguna coreografía sorprende y que, si bien se acaba de ver sin agrado, tampoco molesta nunca. Queda como un intento fallido de ser otra Underworld -saga que tampoco es nada del otro mundo-. Frankenstein
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