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El matrimonio formado por Zhenya y Boris está decidido a divorciarse: el amor se ha acabado entre ellos y lo han encontrado en otras personas. Viviendo aún juntos, las discusiones y la poca comunicación son algo normal en esta 'familia'. Mientras su hijo Ayoshya vive esta situación frente a la pantalla de su ordenador y escondiendo sus lágrimas. Durante una última pelea, el niño desaparece. Unidos por lo que más les importa a ambos, tendrán que luchar por encontrar a Ayoshya en una búsqueda que supone un punto de inflexión en la relación de la pareja. SinCritica:Una pareja en trámite de divorcio vende su piso. Apenas se ven, cada uno ya tiene una nueva pareja y las únicas conversaciones que mantienen son violentas discusiones. Una vez que el nido sea vendido, todo se acabaría y ambos tendrían una nueva vida si no fuera por algo: su hijo. Un hijo que llegó por accidente, que nunca fue deseado ni querido, que se pasa las noches en vela llorando y que ya apenas habla. Un día, el niño sale de casa por la mañana y ya nunca vuelve. SinZvyagintsev se ha convertido por méritos propios en el cineasta ruso más admirado de nuestros días junto a Sokurov. Ya en El regreso, debut que le valió un León de Oro, trató con maestría el tema de las recomposiciones y descomposiciones familiares con un ritmo pausado y una técnica visual heredada de Tarkovski, evidente en el pasaje de la isla desierta. Pero el director no solo ha conseguido su prestigio por copiar a los maestros, sino que además ha metido el dedo en la llaga del gobierno de Putin al denunciar la corrupción de la Iglesia y el Estado con su anterior film, Leviatán, premio de la mejor dirección en Cannes. Loveless, en cambio, vuelve a centrarse en la familia y en la educación como tema principal, criticando más a la sociedad rusa que al Estado. Eso sí, al situarse la acción en 2012 no dejan de llegar ecos de la invasión de Crimea de las televisiones que los personajes escuchan. Sin