Tras recibir una misteriosa carta, una mujer viaja a una isla desolada que pronto se torna en un mundo de pesadilla.....Temporada siniestraCritica: A medio camino entre "Muertos y enterrados" y "Silent Hill" transcurre esta película de terror totalmente desaprovechada, ya que cuenta con una atmosfera bastante lograda, pero que en manos de un mediocre director como Mickey Keating, que tiene en su haber una filmografía de lo más floja queda en un producto muy olvidable.Marie y George acuden a la isla donde está enterrada la madre de ella, porque les han comunicado que la tumba ha sido profanada. Cuando llegan, el que maneja el puente levadizo les indica que en temporada baja la isla se cierra, pero ante la gravedad del asunto les deja pasar. Ya en el pueblo comienzan a notar que los habitantes parecen poseídos por una fuerza extraña. La dificultad de poder huir se convierte en una pesadilla.Jocelin Donahue con su cara angustiada y desorientada durante todo el metraje, aporta buenas intenciones en algunas escenas de terror, así como va perdiendo el control de su cordura en este misterioso lugar. Pero un guion flojo no ayuda a que la trama avance.La historia da una sensación de inquietud sobrenatural a lo que estás viendo, así como cuando interactúa con algunas de las personas del pueblo, pero continuas escenas innecesarias de la protagonista yendo y viniendo de un lado para otro consiguen aburrir y perder el interés de lo que está ocurriendo. .Empieza con cierto misterio que hace que te intereses, pero al pasar los minutos te das cuenta que el tedio se apodera poco a poco de tí por la sosa y repetitiva sesión de escenas que se suceden, no vemos más que niebla y a la protagonista andar de un lado para el otro como en una carrera de relevos. Es todo muy lineal, no hay sacudidas, efectismos, sobresaltos... Y se le nota el toque "Silent hill" que han querido tratar, de hecho, hay algunas escenas que son auténticos calcos a dicho film, incluso las mismas posiciones de cámara... Temporada siniestra
Tatiana, una periodista que atormentada por su realidad actual, decide emprender un viaje por Costa Rica para encontrar la paz y buscar la felicidad que tanto anhela....A un paso de míCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... A un paso de mí
Tras quedarse viudo, Frank Fogle se embarca a regañadientes en un viaje para cumplir el último deseo de su difunta esposa: esparcir sus cenizas en un remoto lago de su país natal, Irlanda, y hacerlo junto a Sean, un hijo ex convicto con el que prácticamente ambos habían perdido el contacto. Aunque al principio ninguno de los dos está por la labor, el viaje no tarda en convertirse en algo más que en una simple aventura. ... Fin de la condenaCriticA: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Fin de la condena
En un futuro postapocalíptico en el que el agua casi ha desaparecido, dos jóvenes sobrevivientes viajan en el tiempo para encontrar el mítico poder del dios prehispánico del agua, y así poder crear el vital recurso. Sin embargo, cuando llegan al presente descubren que el poder está en manos de un empresario sin escrúpulos que sabe todo sobre los mitos prehispánicos y siempre había querido monopolizar el agua. La hermandad Aztaya, un grupo de héroes sucesores de los legendarios guerreros Aztecas y Mayas, comenzará la aventura para evitar que el agua sea controlada y ayudar a los viajeros a cambiar su triste futuro; uniéndose para luchar contra el poderoso enemigo y sus oscuros aliados. Para ganar, los héroes deberán despertar a los más grandes guerreros de la mitología Azteca y Maya: el Águila y el Jaguar.....Águila y JaguarCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila ...Águila y Jaguar
Un precario estafador se aprovecha económicamente de una niña que dicen tiene visiones de la Virgen María y a quien muchos consideran milagrosa. Junto a los padres de la niña, generará un negocio grande y lucrativo.... El RezadorCriticA: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El Rezador
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