Bart Bromley es un empleado nocturno muy inteligente en el espectro del autismo. Cuando una mujer es asesinada durante su turno, Bart se convierte en el principal sospechoso. Cuando se cierra la investigación policial, Bart establece una conexión personal con una bella invitada llamada Andrea, pero pronto se da cuenta de que debe detener al verdadero asesino antes de que Andrea se convierta en la próxima víctima.
Hassan Haji conoce el mundo de la restauración desde muy pequeño, cuando su abuelo regentaba el restaurante justo debajo de su casa en la ciudad de Bombay. Cada día el olor a curry y a especias subía para llenar toda la casa de ese aroma tan peculiar y agradable. Ahora es su nieto, Hassan, quien dirige el restaurante, pero una inesperada tragedia le empuja a él y a su familia a buscar un nuevo local para el negocio y una casa en un pueblo de los Alpes franceses. The Hundred-Foot Journey Un viaje de diez metrosCritica:Es una película amable, acogedora, simpática, llena de colorido, sensual, expansiva y encantadora, un vistoso suflé atiborrado de sabor, olor, sugerencias y buenas vibraciones. Casi demasiado bonita para ser creíble, simple como el mecanismo de un chupete y de una superficialidad algo automática y sin alma. Tiene la virtud de hacer del paladar y el disfrute de los sentidos su centro narrativo y temático, pero tan loable punto de partida – por lo general postergado tanto en el cine como en la vida – se queda en buenos propósitos llenos de bonhomía, buen rollo y cortedad de miras y bastante famélicos logros más allá de la estampita florida, jacarandosa y preciosista. Un viaje de diez metrosResulta campechana, nada ofensiva y se me hace difícil de criticar porque no hay nada que no funcione bien ni cumpla su propósito de entretener con decoro, equilibrio y buen gusto. Consigue lo que se propone y entretiene durante toda su proyección, con ritmo y fluidez, sin sobresaltos ni sorpresas, de una afabilidad contagiosa y positiva, estudiada sencillez y benevolencia ecuménica digna de elogio. Pero todo resulta demasiado estudiado, prefabricado, como una receta en que nada sobra ni falta pero que sabe a poco, se queda corta, acaba uno con hambre, no va a ninguna parte, apenas levanta el vuelo y se queda exangüe, sin nervio, mordiente o intensidad. Falta ingenio y los personajes son planos y sin densidad ni interés. Los buenos propósitos es lo que tienen: se alcanzan y ya está. Un viaje de diez metrosHelen Mirren está en su papel de dama estirada con corazón, pero como todo lo demás, carece de verdad o intensidad. Es un cliché andante. Y la familia protagonista lleva con solvencia el peso de una tenue trama de superación, dificultades y oprobios – y poco más. Tentado estoy de alabar la bella fotografía de Linus Sandgren (porque realmente lo merece) que saca partido a la comida, los paisajes y los interiores, o de resaltar de nuevo el eficaz chorro sonoro de A.R. Rahman (sí, la bullangera alma oscarizada de ‘Slumdog Millionaire’), pero produce tristeza que los apartados más reseñables sean los técnicos. Un viaje de diez metros
Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se ha rendido y ha tomado la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer y su hija. RevanchaCritica:Hay una y muy sencilla razón por la que merece la pena hablar de Southpaw. Si esa razón no existiera, esta enésima película de boxeo y redención podría pasar desapercibida entre tantas y similares historias que nunca alcanzarán, jamás, ese vuelo épico y poético que tenía la gran obra maestra del género (Toro Salvaje), a la que tantas otras han intentado acercarse (Million Dollar Baby, The Fighter, Ali…).Esa razón, sin la cual Southpaw probablemente no merecería la pena, no es su director, Antoine Fuqua, que siendo un director funcional, no destaca en su carrera por un enfoque especialmente original o novedoso en sus historias (la más destacada es Training Day, y en su currículo cuenta con cintas tan rutinarias como Olympus has fallen, El Rey Arturo, Lágrimas del Sol).Inicialmente prevista como un vehículo al servicio de Eminem (del que se conserva un tema musical que acompaña un soberbio montaje sobre el entrenamiento del protagonista), que funcionase como metáfora del aciago camino personal del rapero; Southpaw encontró en su desarrollo la verdadera razón de ser de su historia: un protagonista que hace creer que nos encontramos ante una buena película. RevanchaNo quiero decir que Southpaw sea mala, ni mucho menos. Consigue no caer en la sensiblería a pesar de buscar constantemente la redención de su protagonista. Consigue ser entretenida, e incluso emocionante, a sabiendas de que conocemos prácticamente cada giro de su guión desde el gran incidente que ocasiona la trama. Y en los combates de boxeo, Fuqua coloca y mueve la cámara de forma tan eficiente que por momentos consigue situar al espectador en el ring, y resultar impresionante no sólo en la sangre y los golpes, filmados tan bien que parecen reales, sino en una detallada exposición de la técnica del boxeo desde una posición estratégica. RevanchaDicho todo esto, lo que de verdad importa de Southpaw es su protagonista, su personaje, su actor; el genio de Jake Gyllenhaal. Después de interpretaciones tan buenas como las que ha mostrado en los últimos años en End Of Watch, Prisioners, Enemy, y sobre todo, Nightcrawler, este actor, camino de convertirse en uno de los mejores del actual cine americano, retrata aquí a un hombre básico y roto, enamorado (de una Rachel McAdams de la que podría decirse lo mismo que de su compañero: su creación es extraordinaria, y su energía perdura en la película incluso cuando no está en pantalla; además de que True Detective y Spotlight van camino de convertirla en otro esencial del momento) y solo, capaz de cargar con toda la energía trágica de esta historia y de convencernos de que merece la pena verla, capaz de hacernos sentir compasión por una mole de músculos que portan tanto sentimiento, tanto dolor, y tantos detalles que hacen de su interpretación, una verdadera clase de genialidad, fuerza y capacidad de transformación. Revancha
La falla de San Andrés acaba cediendo ante las temibles fuerzas telúricas y desencadena un terremoto de magnitud 9 en California. Ante tal catástrofe, el piloto de helicóptero de búsqueda y rescate Ray (Dwayne Johnson) y su ex esposa Emma (Carla Gugino) viajan juntos desde Los Ángeles hasta San Francisco para salvar a su única hija, Blake (Alexandra Daddario). Pero su tortuoso viaje hacia el norte solamente es el comienzo del desomoronamiento de todo lo que creían firme en su vida. San Andreas TerremotoCritica:Para el caluroso verano que se aproxima lo que la gente necesita es un producto con el que dejar sus neuronas apagadas y disfrutar de un sano espectáculo. Si eres amante del cine de Kurosawa, probablemente te hayas equivocado de sala, ‘San Andrés’ no es tu película. Si eres del otro grupo, acércate gustoso a la nueva película protagonizada por The Rock. TerremotoDebéis saber además, que la falla de San Andrés puede volver a activarse. Dos placas tectónicas (concretamente la del Pacífico y la de Norteamérica) convergen en el estado de California. El límite entre ambas es una rotura de la corteza terrestre (la falla de San Andrés). Nadie es capaz de predecir cuándo ocurrirá, pero se cree que es inevitable. Aquí es donde entra en juego el mundo del cine y cierto es que el film se toma sus licencias para “activarla”. TerremotoPero ‘San Andrés’ no te puede engañar. Y a diferencia de ‘2012’, no te toma por un tío ignorante y estúpido. ‘San Andrés’ tiene la decencia de mostrarte desde el minuto uno de que va a ir su película y si bien es cierto que echamos de menos un poco más de variedad a la hora de los secundarios y menos uso de las típicas y tópicas frases que se dicen en estas situaciones, a la hora de la verdad la película es un espectáculo.Sin miramientos. ¿Queréis terremoto? Pues lo vais a tener. Y con creces. ‘San Andrés’ tiene la típica estructura de montaña rusa, con sus quince o diez minutos de presentación, sus momentos de acción, sus escenas de respiro y su angustia familiar de por medio. Su director, Brad Peyton, parece interesado en mostrar lo que es capaz de hacer, con las restricciones propias del género. Y The Rock es un buen cabecilla de proyecto. Tarde o temprano le llegará esa saga por la que va a ser recordado. Terremoto
Cuando Tess y su familia sufren una pérdida inimaginable en la mañana del 11 de septiembre, encuentra el apoyo de una fuente sorprendente: su padre biológico, un holgazán....Querida ZoeCritica: una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Querida Zoe
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