La vida de Meredith Grey no es nada fácil. Intenta tomar las riendas de su vida, aunque su trabajo sea de esos que te hacen la vida imposible. Meredith es una cirujana interna de primer año en el Hospital Grace de Seattle, el programa de prácticas más duro de la Facultad de Medicina de Harvard. Y ella lo va a comprobar. Pero no estará sola. Un elenco de compañeros de promoción tendrán que superar la misma prueba. Ahora están en el mundo real, son doctores del hospital. Y en un mundo donde la experiencia en el trabajo puede ser un factor de vida o muerte, todos ellos tendrán que lidiar con los altibajos de sus vidas personales.
Neil McCauley es un experto ladrón. Su filosofía consiste en vivir sin ataduras que puedan constituir un obstáculo, si las cosas se complican. Su banda la forman criminales profesionales tan cualificados que pueden impresionar incluso al detective Vincent Hanna. Pero Hannah vive tan obsesionado con su trabajo que llega incluso a poner en peligro su relación sentimental. Cuando la banda de McCauley prepara el golpe definitivo y el equipo de Hannah intenta evitarlo, cada uno de ellos comprende que tiene que vérselas con una de las mentes más brillantes a la que se ha enfrentado en su carrera.
Janina Duszejko, exingeniera, astróloga y vegetariana, vive en un pequeño pueblo en las montañas de Los Sudetes. Una noche encuentra un cadáver cerca de su casa. La víctima es un cazador furtivo que murió en extrañas circunstancias. Con el paso del tiempo, se encontrarán en la zona más cuerpos: todos ellos de cazadores que, según Janina, han sido asesinados por animales salvajes.
La vida profesional y personal de Los Angeles Lakers de la década de 1980, una de las dinastías más veneradas y dominantes del deporte, un equipo que definió una era, tanto dentro como fuera de la cancha.,...Lakers: Tiempo de ganarCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Lakers: Tiempo de ganar
No volver a mostrar