En el Vietnam rural del siglo XIX, la joven May, de 14 años, se convierte en la tercera esposa del adinerado hacendado Hung. Pronto aprenderá que solo puede mejorar su posición reafirmándose como una mujer capaz de dar a luz a un varón. Cuando se queda embarazada, las esperanzas que tiene May de ascender en la escala social se convierten en una tentadora posibilidad. Enfrentada al amor prohibido y a sus devastadoras consecuencias, May finalmente comienza a aceptar la brutal verdad: sus opciones son escasas y limitadas.
Un médico que recibe una llamada en la madrugada. Álvaro, su vecino, le pide que vaya urgentemente porque ha sucedido un incidente.
La historia se centra en el hijo de un pastor Bautista de una ciudad de Arkansas. El joven con 19 años decide contarles a sus padres que es homosexual. Ante esta confesión le envían a 'Love in action', un programa de conversión en el que a través de doce pasos y muchas lecturas de la Biblia, intentan suprimir esta identidad. Identidad borradaCriticaConstruir tu propio carácter siempre es tarea difícil para cualquier adolescente: muchas veces sabe (o cree saber) lo que se espera o exige de él, pero no siempre escucha o atiende a lo que él necesita o desea en realidad, porque da más importancia y valor a los dictados normativos – explícitos o implícitos – que va absorbiendo de su entorno (familia, amigos, sociedad, …) que a sus necesidades y anhelos íntimos, porque aún no sabe calibrar por sí mismo los límites entre su pulsión real y sus ansias gregarias de obtener un lugar en el mundo. Es una frágil y sutil lucha entre querer ser bueno y querer ser aceptado por todos a los que ama y necesita. Pero si nos dejamos imponer la tiranía de los ojos que nos miran sobre la verdad de nuestra inalienable esencia, estamos perdidos.La presente cinta pudiera parecer una obrilla académica que ilustra lo antedicho, pero en realidad es una radiografía del terror (y horror) psicológico al que es sometido un joven – hijo de un predicador evangélico y de una sumisa esposa amantísima – por una denuncia anónima e interesada, de ser gay. Internado en un centro de ‘reeducación’ (terrible y falaz palabra que presupone que podemos ser programados a voluntad) para personas extraviadas del ‘recto camino bíblico’, asistimos al impío y desolador calvario de ser tratado como escoria, como engendro infecto, como morralla inmoral y pecaminosa por la nimia e invisible diferencia de orientar tu deseo y afecto emocional y sensual hacia personas de tu mismo sexo. Podrá ser una disposición minoritaria, pero ¿acaso depende el respeto que nos otorguen los demás a que tengamos que ser, por obligación o mandato, siempre unánimes y uniformes?Quizás para aquellos que nunca hayan tenido que enfrentarse, por los motivos o razones que sea, a lo que de ellos se esperaba o exigía, tengan alguna dificultad de entender el desgarro, angustia y desolación que supone tener que rebelarse frente a tus seres queridos y tomar la decisión de ser honestos consigo mismos antes que sucumbir a la hipocresía y castración de cumplir con la imposición colectiva de fluir con la mayoría y no salirse de los márgenes trazados, aunque esto conlleve el sacrificio de ser excluidos del seno familiar o del amparo y protección de la comunidad. Ser diferente nunca es fácil. Proclamar y defender esa disparidad puede ser devastador.Estamos ante un penetrante estudio de caracteres. Y para ello es de vital importancia contar con unas excelentes actuaciones – como es el caso – para comprender la dolorosa amalgama de los afectos y fobias que están en juego: Lucas Hedges brilla como el acosado afligido; y Nicole Kidman está soberbia como madre escindida entre dos ¿irreconciliables? lealtades. Identidad borrada
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