Un tenaz policía intenta descubrir al culpable de una serie de asesinatos en un pueblo tailandés. Earl, un expatriado británico, se convierte en su principal sospechoso.....¿Asesinato? ¿Qué asesinato?Critica; que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... ¿Asesinato? ¿Qué asesinato?
A dos aspirantes a rockeros de San Dimas, California, se les dijo una vez que salvarían el universo durante una aventura de viaje en el tiempo, pero se encuentran como padres de mediana edad que aún intentan poner en marcha una canción exitosa y cumplir su destino. Sin suerte e inspiración, Bill y Ted emprendieron otra aventura de viaje en el tiempo para buscar la canción que establecerá su mundo correcto y traerá armonía al universo tal como lo conocemos.... Bill & Ted salvando el universoCritica: Estamos ante una película hecha para fans de las dos primeras. Si no las has visto, no pierdas el tiempo con esta porque además no la vas a entender. Y si las has visto y no te parecen obras de arte tampoco veas esta, no eres merecedor de ello.Para mi gusto, es mejor que la primera, pero está a años luz de la segunda parte. No voy a ser objetivo opinando porque soy ultrafan, vamos, que la he visto con una camiseta del señor Muerte puesta. Pese a ello, sé reconocer que no supera la segunda parte.Lo que se nota a leguas es que tanto Keanu Reeves como Alex Winter se lo pasaron en grande rodando esta tercera parte. Desde el anuncio de que la harían hasta la última escena se nota que son dos colegas haciendo lo que les da la gana.El ritmo no te da tregua y los guiños a las dos primeras son continuos, para regocijo de flipaos como el que firma esto. Por otra parte, los efectos especiales no son nada espectaculares, pero se pretende justamente eso para seguir, aunque tres décadas más tarde, la estela de las dos primeras partes.Le achaco quizás algún chiste excesivamente estadounidense que aquí no se entiende. Seré un cateto musical moderno, pero aparece un cantante que por lo visto es superfamoso y yo no había visto en mi vida.....Bill & Ted salvando el universo
A Brodie y T.S. los acaban de dejar sus respectivas novias. Para evadirse deciden visitar un centro comercial. Una vez allí, y con la ayuda de varios amigos, intentan reconquistarlas y de paso sabotear el concurso que prepara allí el padre de una de las chicas.
Billy Hoyle y Sidney Deane son un par improbable de estafadores del baloncesto. Forman un equipo engañar su camino a través de los tribunales de Los Ángeles, jugando un juego esto es rápido peligroso - y gracioso.
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