Yendo a la deriva durante su año del hueco con sus puestos de interno y proyectos de viajes, Jack siempre ha sospechado que había más a la vida que esto. Un encuentro accidental con Evelyn hermoso y etéreo tuerce su vida radicalmente del curso.
Cuando Max (John Cho), padre soltero, descubre que tiene una enfermedad terminal, decide intentar compensar todos los años de amor y apoyo que se perderá con su hija adolescente Wally (Mia Isaac) en el tiempo que le queda con ella. Con la promesa de unas ansiadas clases de conducción, convence a Wally para que le acompañe en un viaje por carretera desde California hasta Nueva Orleans para asistir a una reunión de antiguos alumnos de la universidad, en la que secretamente espera reunirla con su madre, que les abandonó hace tiempo....No me dejes marcharCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia... No me dejes marchar
Cuenta la historia del tortuoso romance entre la stripper Sandy Murphy (Mena Suvari) y el magnate de los casinos Ted Binion (Matthew Modine) Cuando éste aparece muerto por sobredosis, todas las sospechas recaen sobre Sandy.
A tres kilómetros dentro de la Tierra, nueve mineros de los Apalaches luchan por sobrevivir después de que una explosión de metano les deje con tan sólo una hora de oxígeno.
En una ciudad donde los escritores de la tarjeta de felicitación se celebran como estrellas de cine, el escritor de Romance Ray solía ser el rey. En la tentativa de recobrar los sentimientos que una vez le hicieron el mayor, se enreda en una red de asesinato y engaño ya que los escritores compiten para crear la tarjeta perfecta durante unas nuevas vacaciones: el Día de la Novia.
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