Frank Horrigan es un veterano escolta, que conoció tiempos mejores cuando llegó a ser guardaespaldas del Presidente Kennedy. Muchos años después, a punto de retirarse, está atravesando una crisis profesional y personal, pero decide volver al servicio de la Casa Blanca cuando en una investigación rutinaria descubre que un psicópata llamado Mitch Leary está amenazando de muerte al Presidente de los Estados Unidos. El presidente recibe unas 1400 amenazas cada año, pero estas parecen creíbles y provenientes de un tipo peligroso.
Después de ser violada por dos extraños dentro de su propia casa, Diana decide mantener su trauma en secreto. Mario, su esposo, tiene algo que ocultar también. En los días que siguen, el silencio que crece entre los dos se convierte en su propio tipo de violencia. O Silêncio do Céu EraCritica:Atractivo y ambiguo thriller dramático brasilero que cuenta con un buen elenco compuesto casi íntegramente por actores argentinos, entre los que se destaca una bien lograda actuación de Leonardo Sbaraglia. El director Marco Dutra (Trabalhar Cansa, 2011) logra crear una atmósfera de encierro y sufrimiento personal que tiene momentos muy bien logrados, desanudando pistas y generando intriga a medida que avanza, pero al mismo tiempo un guión bastante atractivo termina con derivaciones y resoluciones previsibles que le quitan un poco de mérito. La historia se mete en la vida de Mario (Leonardo Sbaraglia), un guionista que regresa a su casa, escucha ruidos y espiando por una venta observa como su esposa es violada por dos hombres. Conmocionado por la situación intenta rescatarla pero se demora demasiado y tampoco logra atrapar a los agresores en su huida. EraCuando regresa a su casa, su esposa Diana (Carolina Dieckmann) no le cuenta absolutamente nada, ni tampoco da señales del terrible momento que vivió. Todo parece casi normal y así van transitando sus días luego de haber estado un tiempo separados. Mario no entiende por qué Diana no le cuenta lo sucedido, la intriga lo carcome por dentro, pero no esta dispuesto a decirle nada porque a él también lo consume un personaje que se creó para estar con ella. El silencio los une y los distancia de una manera obsesiva que se encadena entre la culpa, la desconfianza y la venganza. Con un paso sin premios por el Festival de Mar del Plata, la propuesta de Marco Dutra tiene la inteligencia suficiente para presentar toda su artillería desde el mismo inicio para después ir desandando diferentes caminos que le aportan intriga y opresiones psicológicos que impactan. La disparidad actoral entre Sbaraglia y su compañera Carolina Dieckmann se hacen muy pronunciadas y la voz en off por momentos resulta muy recargada; pero a pesar de sus debilidades es un producto interesante y llevadero. Era
Janina Duszejko, exingeniera, astróloga y vegetariana, vive en un pequeño pueblo en las montañas de Los Sudetes. Una noche encuentra un cadáver cerca de su casa. La víctima es un cazador furtivo que murió en extrañas circunstancias. Con el paso del tiempo, se encontrarán en la zona más cuerpos: todos ellos de cazadores que, según Janina, han sido asesinados por animales salvajes.
Una serie épica de aventura y romance basada en la vida del famoso forajido estadounidense Billy the Kid, desde sus humildes raíces irlandesas hasta sus primeros días como vaquero y pistolero en la frontera estadounidense, hasta su papel fundamental en la guerra del condado de Lincoln y más allá.
Una dama de honor cabreada porque acaba de ser relevada de sus funciones, una esposa aburrida, un chaval que está deseando encontrar el amor, un tipo peculiar que viene directamente de la cárcel, otro al que su mujer le odia y una abuela pizpireta que esconde droga en su habitación. Son los integrantes de la mesa 19. Eloise, la que iba a ser la dama de honor en cuestión, ha decidido asistir a esta boda de todos modos, y ha acabado en esta mesa de perdedores… Eso sí, han decidido que van a hacer algo al respecto. Table 19 MesaCritica:Se podría decir que la idea de la que parte el argumento no es del todo mala. Y en su comienzo, se intuye que ese extraño grupo de personajes quizás podría llegar a sacarnos alguna risa. Sin embargo, enseguida nos damos cuenta de hasta qué punto esa idea se agota antes de que la película haya si quiera despegado.Tras la presentación inicial de los personajes, la trama comienza a perder su toque cómico. Los giros dramáticos se suceden uno tras otro con bastante poca coherencia, en un vano intento de alargar la historia. Y lo que se suponía que era una comedia, se olvida casi por completo de intentar incluir alguna broma.El fallo en la parte cómica sería más perdonable si, al menos, la parte dramática estuviera bien llevada. Pero los personajes están tan mal desarrollados que en ningún momento empatizamos con ellos, ya que directamente ni los entendemos, ni nos importan. Esto nos deja totalmente indiferentes ante la tragedia. Y no por falta de intentos, pues los momentos en los que ‘Mesa 19’ busca la lágrima fácil son tan abundantes como escaso es su efecto. MesaEl reparto cuenta, entre otros, con Lisa Kudrow (Friends), Stephen Merchant (Life’s too short), Craig Robinson (The Office) o Tony Revolori (El gran hotel Budapest). Actores que tal vez no sean de primera línea, pero sin duda están más que cualificado para el humor. Ver representar un guion tan pobre a gente que nos ha dado tantas risas nos hace sentir pena por la ocasión desperdiciada.‘Mesa 19’ contiene un total de 86 minutos que, pese a ser tan pocos, se nos hacen demasiado largos. No logra hacernos reír, ni tampoco hacernos llorar. Lo único que consigue, es hacernos desear haber marcado la casilla de “No asistiré” en esta invitación de boda. Mesa
Akito Hayasaka es un artista con talento. Trabaja duro para ser aceptado en la exposición Nika, pero le descubren un tumor en el corazón y le dicen que le queda un año de vida. Akito no expresa sus emociones ante el diagnóstico. Un día, en la azotea del hospital, se encuentra con Haruna Sakurai, que está pintando. Haruna le dice que sólo le queda medio año de vida. Akito se siente cada vez más atraído por ella, pero no le cuenta nada de su enfermedad.
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