Nick O’Bannon y unos amigos acuden a un circuito de carreras para presenciar una prueba del Nascar. Durante ésta tiene lugar un terrible accidente que conlleva desastrosas consecuencias para el estadio. Pero Nick descubre que se trata de sólo una visión de algo que está a punto de suceder, y junto con otras doce personas consigue salir del recinto y escapar de una tragedia segura. Pensando que han burlado a la muerte, el grupo continúa con su vida, pero desafortunadamente para Nick, Lori y sus amigos sólo es el principio, ya que la muerte no deja cabos sueltos, y regresará para llevarse a los supervivientes de una manera brutal. El destino final 4Critica:David R. Lewis retoma la dirección de la saga Destino final en la cuarta película de la serie, algo que, de entrada, me producía mucho más miedo que cualquiera de las tres entregas anteriores. La razón es que ya llevó a cabo la segunda parte, con un resultado bastante malo, lo que hizo que el director original, James Wong, dirigiese la tercera para tratar de reflotar la franquicia, cosa que, por cierto, consiguió. El destino final 4Afortunadamente Lewis (realizador de la penosa Serpientes en el avión) no mete demasiado la pata y culmina un filme que, si bien nunca aterra, logra que el espectador pase unos noventa minutos de lo más entretenido, a pesar de emplear la misma fórmula de siempre: gracias a una premonición, un joven evita que varias personas mueran en un trágico accidente; la muerte no quedará conforme e irá persiguiéndolos uno a uno, para que vayan cayendo en el mismo orden en el que deberían haber fallecido la primera vez.¿Dónde radica entonces el entretenimiento? En el 3D. Una trama de este tipo es muy proclive a la utilización de las tres dimensiones y hay que reconocer que la gran mayoría del público (al menos los que llenábamos anoche la sala de cine) disfrutamos del uso de esta tecnología como si estuviéramos en un gran parque de atracciones. Las rocambolescas muertes urdidas por el destino en su afán por cumplirse, son un medio excepcional para que uno crea que está dentro de una adrenalítica atracción, de forma que nos divertimos mucho, sí, pero no gracias al cine, sino a sensaciones nuevas. El destino final 4
Una obra maestra cinematográfica inspiradora. La vida es bella fue nominada para siete premios de la Academia® en 1998, ganando 3 Óscares®, incluyendo el de Mejor actor, para Roberto Benigni. En esta historia extraordinaria, Guido (Benigni), un encantador, pero incompetente camarero, dotado de una vívida imaginación y de un irresistible sentido del humor, ha conquistado el corazón de la mujer que ama y creado una hermosa vida para su joven familia. Sin embargo, la vida se ve amenazada por la Segunda Guerra Mundial y Guido debe tomar partido de sus fortalezas para salvar a su querida esposa e hijo de un destino cruel. Tras recibir un volumen abrumador de alabanzas por parte de la crítica, este logro cinematográfico excepcional reavivará su espíritu y cautivará su corazón.
Relata la historia de Ross Ulbricht, creador de "Silk Road", una página web de la darknet dedicada a la venta y tráfico de estupefacientes. Silk RoadEl director y guionista Tiller Russell basándose en el artículo publicado en Rolling Stone de David Kushner nos cuenta a medias esta historia real del ascenso y caída de Silk Road, (La ruta de la seda) el sitio de Internet de la "Dark web" que la llegaron a apodar como "El Amazon de las drogas", una organización delictiva que fue creada por un veinteañero llamado Ross Ulbricht, utilizando el servicio de correos y mensajería, empleando la criptomoneda Bitcoin como pago. Silk RoadLa idea de componer un thriller sobre este inusual medio de venta de drogas es buena, pero tras las cartas de presentación el film se va deshinchando al carecer de tensión, tampoco se explica claramente el funcionamiento de una empresa con esta envergadura, solo se ve a él y a otro "empleado" tecleando continuamente en un portátil, sin ver de donde proceden las drogas, como se manufacturan los productos, el envasado, el envío etc.Los dos protagonistas de "Con amor Simon" Nick Robinson y Alexandra Shipp son la pareja protagonista (demasiado inocentes y buenos a mi parecer) y en contrapunto el mejor papel lo ofrece Jason Clarke como un policía que tras estropear una gran interceptación de drogas de la DEA, lo han relegado a delitos informáticos tras una mesa. Sin entender absolutamente nada de ordenadores echará mano de un antiguo confidente para que le enseñe a manejarse en este mundillo. Él es el que tirara de la manta en este caso...La idea de Ross de cambiar y mejorar el mundo va poco a poco cambiándole como persona, convirtiéndose en egoísta y rastrero.Pienso que otro tipo de guion y otras manos en a dirección hubieran mejorado muchísimo esta historia con mucho potencial, pero que se queda en un mero entretenimiento poco sólido y profundo. destino . Silk Road
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