La historia abarca el transcurso de 11 años, desde que una joven adolescente desaparece, quedándose su madre al cuidado de su nieto recién nacido, hasta la resolución del misterio de la desaparición de su hija. American WomanCritica: Ha tenido que pasar más de una década para que Sienna Miller pudiese conseguir un papel de protagonista absoluto desde 'Factory Girl' (2006). Al principio nadie la tomaba en serio por su fama de “it-girl”, mientras que en los últimos años se ha especializado en papeles secundarios de “mujer de…”, una decisión deliberada para poder pasar más tiempo con su hija'. Aún así, Miller ha conseguido sacar punta de esos roles menores, véase 'Z. La ciudad perdida (2016), y le han permitido trabajar a las órdenes de directores del calibre de Clint Eastwood, Bennett Miller o James Gray. Con todo, pese a que ahora es más actriz que famosa, sigue un tanto infravalorada. De hecho, consiguió el rol protagonista de 'La mujer americana' después de que Anne Hathaway se desvinculara del proyecto. Y Miller ha aprovechado la oportunidad que se le ha brindado con creces. AmericanEs una pena que no se haya encontrado para la película un título menos genérico que 'American Woman'. El cartel y la promoción tampoco le hacen justicia, pues parece vender la historia en torno a la desaparición de una joven. Si bien es cierto que el detonante de la trama es ese, los derroteros van por otro lado. En concreto, la película abarca más de 10 años para centrarse en los esfuerzos de la madre de la chica perdida, Debra, por salir adelante y cuidar de su nieto. Cuando la conocemos es puro “white trash”, con un gusto terrible por los hombres, una ristra de malas decisiones a sus espaldas y un temperamento imposible. Con el paso de los años, vemos el efecto que ha tenido la desaparición de su hija en esta joven abuela, y aunque sigue arrastrando algunos defectos, se esfuerza por corregirlos. Porque 'La mujer americana' nos enseña que el crecimiento y la madurez es un proceso que conlleva tiempo y esfuerzo, reparando en cómo la clase obrera debe secarse las lágrimas y sobreponerse a la tragedia... puesto que no le queda otra si no quiere acabar en la calle. Debra no se autocompadece, ni menciona continuamente a su hija, pero se nota que el corazón se le encoge ante cualquier recuerdo de ella. American
Frank Slade (Al Pacino) es un malhumorado Coronel en la reserva del ejército norteamericano, retirado pues sufre de ceguera. Durante el fin de semana de Acción de Gracias el joven estudiante Charlie Simms (Chris O'Donnell), contratado por la familia de Slade, se queda en su casa para servirle de lazarillo y procurar que no beba mucho. Pero Frank tiene otros planes: irse a la gran ciudad de Nueva York...
Año 1944, posguerra española. Ofelia (Ivana Baquero) y su madre, Carmen (Ariadna Gil), que se encuentra en avanzado estado de gestación, se trasladan a un pequeño pueblo al que ha sido destinado el nuevo marido de Carmen, Vidal (Sergi López), un cruel capitán del ejército franquista por el que la niña no siente ningún afecto. La misión de Vidal es acabar con los últimos miembros de la resistencia republicana que permanecen escondidos en los montes de la zona. Otros personajes son: Mercedes (Maribel Verdú), el ama de llaves, y el médico (Álex Angulo) que se hará cargo del delicado estado de salud de Carmen. Una noche, Ofelia descubre las ruinas de un laberinto, y allí se encuentra con un fauno (Doug Jones), una extraña criatura que le hace una sorprendente revelación: ella es en realidad una princesa, la última de su estirpe, y los suyos la esperan desde hace mucho tiempo.
Un niño de 10 años (Jacob Tremblay, conocido por 'La habitación') nacido con una deformidad facial que le ha obligado a ser operado 27 veces de cirugía, se esfuerza por encajar en su nuevo colegio. Wonder ExtraordinarioCritica:Un niño con problemas, unos padres entregados, un clan que lo ha protegido hasta el delirio, una sociedad que presta sólo atención al aspecto de las cosas y de las personas y no a la esencia de las mismas, una obsesión apoteósica por los ojos que te miran y el examen estricto e inapelable que tienes que pasar en todo momento y en cualquier circunstancia, es decir: la fijación por el parecer y no por el ser. Esto es en esencia la presente cinta, prototipo de cine divulgativo de superación y buenos sentimientos de que hace siempre gala Estados Unidos en general y Hollywood en particular. Si quieres, puedes; y si quieres mucho más, lo puedes todo. ExtraordinarioPor lo general este tipo de cine ha quedado relegado a la televisión pero, de vez en cuando, vuelve a asomar su cabecita tullida en las salas de cine, aprovechando que alguna estrella ha accedido a participar en el proyecto. Así también en este caso, donde la mediática Julia Roberts encabeza un compacto reparto donde descuellan otros señeros nombres como Owen Wilson, Mandy Patinkin o Sonia Braga. Y si bien este subgénero casi nunca me gusta ni interesa, la verdad es que la presente película es digna y resulta muy agradable de ver, sobre todo porque no carga las tintas en la tragedia, ni busca la sensiblería a toda costa, ni ambiciona extorsionar al espectador con sollozos repentinos ni cursilerías de baratija. Pretende contar una historia interesante y lo consigue. Extraordinario
Para cumplir el último deseo de su difunta madre, Lina pasa el verano en Roma antes de empezar la carrera. Allí encuentra amor, aventuras y una nueva pasión: el helado....Amor y gelatoCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Amor y gelato
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