En 1941, una joven aspirante a artista de 16 años y toda su familia son deportados a Siberia en medio del brutal desmantelamiento de Stalin de la región báltica. La pasión de la joven por el arte y su esperanza incorrompible tratarán de imponerse a la dramática situación..... Retratos de una guerraCritica: esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Retratos de una guerra
Dreamland Ambientada en la década de los años 30, en plena devastación producida por el fenómeno medioambiental denominado «Dust Bowl» (literalmente, «Cuenco de Polvo»), la historia sigue los pasos de un joven (Travis Fimmel) de 17 años que se propone capturar a una ladrona de bancos (Margot Robbie) que se ha dado a la fuga y cuya cabeza tiene una suculenta recompensa. Aunque vence al FBI y la alcanza antes que las autoridades del país, pronto descubre que la criminal es incluso más peligrosa de lo que todos habían imaginado…
Un fotógrafo aficionado invita a su peluquera a una cita después de no solo gustarle su apariencia, sino también de admirar su obra. Ella es buena en lo que hace. Él desearía ser tan bueno en su oficio como lo es ella. Parecen tener un futuro juntos y ser compatibles, pero interviene la mano del destino. Ella está envejeciendo rápido.... Efímera como la sakuraCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Efímera como la sakura
Un aclamado escritor, su ex esposa y sus hijos adolescentes llegan a un acuerdo con las complejidades del amor en todas sus formas en el transcurso de un año tumultuoso.
Durante la ocupación de Bagdad en 2003 por tropas estadounidenses, al subteniente Roy Miller (Matt Damon) y a su equipo les encargan la misión de recorrer el desierto en busca de armas de destrucción masiva supuestamente almacenadas allí. Registran escondite tras escondite, a cual más peligroso, pero en vez de letales agentes químicos, descubren un elaborado plan que cambia el propósito de su misión. Rodeado de agentes con objetivos contradictorios, Miller debe abrirse camino entre una maraña de espías en un país desconocido mientras intenta encontrar respuestas que quizá sirvan para salvar a un gobierno o para extender la guerra en una región muy inestable. No tardará en descubrir que, en un momento difícil y en una región explosiva, el arma más difícil de encontrar es la verdad.
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