Un conductor de un vehículo blindado trabaja transportando millones de dólares para otras personas. Su monótona vida sólo tiene un atisbo de emoción: trabajar con su coqueta compañera Kelly Campbell (Kristen Wiig), quien pronto trastocará todos sus planes. Junto a un grupo de delincuentes de medio pelo liderados por Steve Chambers, planean el robo de 17 millones de dólares. Con un equipo de inexpertos, los rastros que irán dejando serán más que evidentes, por lo que sólo habrá una cosa más difícil que organizar el robo: escapar con el botín.
Leonor, 45 años, ha intentado todo por quedar embarazada pero su cuerpo parece no responderle. Emilia, una adolescente de 16 años, con un talento innegable bailando ballet cuya carrera se verá truncada el día que se entera que está embarazada. Leonor y Emilia harán un trato y compartirán el proceso de embarazo.
Ted (Ben Stiller), un torpe y tímido adolescente, tiene una cita de graduación con la chica de sus sueños, Mary Jensen (Cameron Diaz). La cita es un desastre cuando Ted tiene un doloroso y humillante problema con la cremallera de su pantalón y tiene que ir al hospital. Mary se traslada a otro estado lejos de Ted, y nunca se volvieron a ver. Trece años después, éste sigue enamorado de Mary. Por consejo de su mejor amigo Dom (Chris Elliott), decide contratar a un detective privado llamado Pat (Matt Dillon) para encontrarla; sólo que Pat también se enamora de Mary. Ted y Pat acaban mintiéndose, engañándose en su competencia por Mary y descubren que no son sólo ellos los únicos que toman medidas desesperadas para estar cerca de Mary.
Slaughterhouse es un internado de élite en el que se prepara a los jóvenes para el poder y la grandeza. Sin embargo, un inesperado acontecimiento sacudirá literalmente los cimientos de su mundo. Las reglas de Slaughterhouse CriticaA veces una película no tiene que ser original para ser buena. Eso es lo que ocurre con este film, que a la hora de la verdad no cuenta nada nuevo, pero como está bien rodada, los actores cumplen correctamente, goza de un humor refrescante (negro, cafre, socarrón y en ocasiones surrealista), y tiene varios ganchos comerciales potentes, pues uno disfruta y se entretiene, que es de lo que se trata la cosa.El argumento está marcado con tiralíneas y lo hemos visto millones de veces, pero no cansa porque repite los mismos esquemas de grandes clásicos como "Tiburón", "Piraña" o el capítulo de "Verano Azul" en el que le quieren derribar el barco a Chanquete: la avaricia de unos pocos desencadena la tragedia de muchos inocentes. En este caso, es la fracturación hidráulica (el fracking), que tan bien le sienta a la Madre Naturaleza y que, por motivos de guión, se realiza en un bosque cercano a una augusta y centenaria escuela británica donde la futura élite estudia, abusa de las drogas y descubre las posibilidades del colectivo LGTBI.No obstante, que nadie piense que la peli es un plomo moralista ecologista, ya que lo del fracking es una excusa para que el guión se desmelene y regale al respetable público destripamientos, humor negro y terror cafre. De hecho, los ecologista (como cualquier colectivo humano en esta película) son mostrados bajo un prisma sarcástico implacable y lleno de tópicos (vagos, drogadictos, esquivos con la higiene, etc). Y en el lado contrario, la "gente rica y respetable" aparece como gente hipócrita, despreciable y más inhumana que los bichos que salen de las entrañas de la tierra.Los protagonistas de la peli son jóvenes de cartón piedra cuyo leitmotiv se puede resumir en una servilleta de papel. No obstante, aunque repiten arquetipos ya sobados, son entrañables porque la mayoría son unos fracasados, incómodos consigo mismos y con su entorno, frente a la élite de guapos, fuertes, guays, etc. y es inevitable sentir empatía e incluso identificarse con ellos si tú también fuiste un friki en el instituto. No obstante, como ya dije al principio, la peli cuenta con ganchos potentes como Margot Robbie ("El lobo de Wall Street", "Escuadrón Suicida") (onanistas abstenerse, sale muy poco y completamente vestida), Simon Pegg y Nick Frost ("Shaun of the dead"/"Zombies Party", "Arma Fatal") o Michael Sheen ("Masters of Sex", "Underworld).Entre las cosas negativas del film, los efectos especiales son de andar por casa digital-cutre-lux y en los últimos 20 minutos el ritmo decae un poco, y no puedes evitar mirar el reloj esperando el predecible final.En fin, no estamos ante una película que marcará un antes y un después en el género, pero "Slaughterhouse Rulez" es un film correcto de humor/terror adolescente, que da lo que promete: una hora y media entretenida si te gusta el tema. Las reglas de Slaughterhouse
Cuando Shrek y la princesa Fiona regresan de su luna de miel, los padres de ella los invitan a visitar el reino de Muy Muy Lejano para celebrar la boda. Para Shrek, al que nunca abandona su fiel amigo Asno, esto constituye un gran problema. Los padres de Fiona, por su parte, no esperaban que su yerno tuviera un aspecto semejante y, mucho menos, que su hija hubiera cambiado tanto. Todo esto trastoca los planes del rey respecto al futuro del reino. Pero entonces entran en escena la maquiavélica Hada Madrina, su arrogante hijo el Príncipe Encantador y un minino muy especial: el Gato con Botas, experto cazador de ogros. Shrek 2Critica:Nunca he sido gran partidario del cine de animación. En parte porque mis padres no eran precisamente devotos de la gran pantalla y jamás se preocuparon demasiado por las pelis de Walt Disney y su indisociable ‘talante pedagógico’. Y aunque suene a obvio, debo añadir que cuando yo era un mocoso, la cartelera infantil nada tenía que ver con la de ahora. La mayoría de los de mi generación crecimos amamantados por “Mazinger Z”, “Heidi”, “Marco” y demás sucedáneos televisivos, motivo por el cual cualquier atisbo de inquietud cinéfila tan solo podía ser saciada a través de aquellos entrañables clásicos para todos los públicos dispensados puntualmente todos los sábados por la tarde por nuestro querido ente público. Me refiero, entre otras, a reliquias como “Tarzán de los monos”, “Tres lanceros bengalíes” o “Murieron con las botas puestas”. Shrek 2Disculpad el tostón. Todo este insufrible prolegómeno viene a colación de que “Shrek II”, fue la tercera peli de animación que vi en una sala de cine. Con 36 años y una preciosa hija de la mano. Anteriormente solo había visto “La bella y la bestia” y “101 dálmatas”. La primera vez acompañé a Jordi, mi hermano pequeño, mientras que la segunda hice lo propio con Olga, una estudiante de ingeniería medioambiental que bebía los vientos por mi. Y aunque, por diferentes motivos, guardo un recuerdo muy especial de esas dos ocasiones, me quedo naturalmente con la primera peli de Aina. Mi pequeña Aina. Contemplar como sus enormes ojazos devoraban las andanzas de ese simpático ogro sin pestañear siquiera, no tiene precio. Indescriptible. Shrek 2
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