Biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible al desaliento que ayudó a criar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían cambiando para siempre el deporte del tenis. Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas y sirviéndose de métodos poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al olimpo de deporte convirtiéndolas en iconos legendarios.....Rey Richard: Una familia ganadoraCritica: Es una buena película, entretenida aunque pueda hacerse un poco larga en algún tramo. No es una gran película ni memorable pero si te gusta el tenis la disfrutarás. Will Smith no deja de salir ni un minuto y es uno de los aciertos. Si hubiera optado en su carrera por más papeles de este tipo se apreciaría más su capacidad como actor además de lo que le gusta a todo el mundo de él como estrella. John Bernthal también aparece, que siempre es buena noticia, con un papel de cierta importancia.Tiene un aire a película de los 90 no solo por la época en la que está ambientada. Recuerda a película de Robert Zemeckis. No hay ninguna maravilla con el montaje, ni escenas con música potente y mucha cámara lenta o variedad de planos. Solo una película con un guión correcto que se sirve de que la historia real que cuenta ya tiene interés por si sola. Will Smith es capaz de llevar la película él solo apareciendo en casi todas las escenas (solo he contado una sin él).ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Rey Richard: Una familia ganadora
Etero regenta un modesto ultramarinos en los páramos georgianos. Virgen a sus 48 años, es víctima del cotilleo y las burlas sobre su situación. A ella no podría importarle menos, pero repentinamente descubre el amor, el primer amor y aunque la sacude hasta los huesos, no hace nada para romper su profunda independencia.
El Redentor llegó a Dios por el camino más duro. Cuando trabajaba como sicario de la mafia cometió un error terrible que le costó la vida a su familia. Incapaz de hallar consuelo, decidió convertirse en un justiciero que protegería a los desamparados mientras es perseguido por su Némesis, el temible Alacrán. Redeemer RedentorCritica:Ernesto Díaz Espinoza es, sin duda, uno de los directores más promisorios del cine de género en Chile. La acción, las artes marciales e incluso el exploitation han sido sus métodos para retratar temas en donde, generalmente, la confrontación entre el bien y el mal determinan el interés de sus personajes. Desde “Kiltro” (2006) pasando por “Mirageman” (2007) hasta “Tráiganme la Cabeza de la Mujer Metralleta” (2012), aunque entre altibajos y algunos logros muy bien alcanzados, Díaz Espinoza trazaba una clara curva ascendente en su filmografía, hasta ahora. RedentorTal como lo indica su título, la cinta gira en torno a Pardo (Marko Zaror), un hombre en busca de su redención después de haber sido el responsable de diversas muertes trabajando para la mafia y particularmente una, que no lo deja dormir por las noches. Pero para dar con el Alacrán (José Luís Mosca), el culpable de su vida pasada, debe primero enfrentar a la banda de Steve Bradock (Noah Segan), un incipiente narcotraficante norteamericano radicado en Chile, y proteger la vida de Antonia (Loreto Aravena) y Agustín (Mauricio Diocares), las únicas dos personas que están de su lado.Si bien la premisa no exuda originalidad, el resultado podría haber sido del todo óptimo si la preocupación hubiese sido puesta en la correcta elaboración de un guión inteligente, con el desarrollo de subtramas, o con la explotación de personajes carismáticos y con motivaciones mucho más profundas y verosímiles, sin embargo, “Redentor” carece de todo lo mencionado y se configura simplemente como un relleno para las esperadas escenas de acción y combate cuerpo a cuerpo a las que se enfrenta el protagonista. RedentorDemás está hablar sobre las aptitudes físicas de Zaror y su talento para las artes marciales. Lo ha demostrado a lo largo de su trayectoria (la mayoría a cargo del propio Díaz Espinoza) y para cualquier amante de las luchas callejeras resulta un deleite verlo en acción, sin embargo, su capacidad histriónica llega al punto más bajo en “Redentor”. Si bien su personaje de héroe justiciero que vivió también del otro lado de la línea, debe cargar con todo el peso dramático de la cinta y su personalidad retraída en la búsqueda constante de purgar sus pecados es aceptable desde ese punto de vista, no nos invita en ningún momento a ponernos de su lado. Esto apoyado poderosamente por un guión sin pies ni cabeza, carente de ritmo y de verdaderas emociones. Redentor
A través de los ojos inocentes de Bruno, el hijo de ocho años del comandante de un campo de concentración alemán, una amistad prohibida con un niño judío al otro lado de la valla del campo tiene consecuencias sorprendentes e inesperadas.
Los Guardianes encuentran un artefacto secreto que sólo parece reaccionar ante el ADN de Peter Quill. Cuando lo abre, Quill descubre un mapa del tesoro que les conduce a una poderosa arma conocida como la "semilla cósmica", y que al parecer es capaz de crear un universo entero. De este momento en adelante será tarea de los Guardianes encontrar, proteger y en última instancia destruir la semilla cósmica con tal de impedir que caiga en las manos equivocadas. Marvel's Guardians of the Galaxy Guardianes de la GalaxiaCritica:Al igual que 'Marvel's Avengers Assemble' estrenada en 2014 es un complemento perfecto para la la fase 1 y 2 de Marvel en el cine, esta 'Guardians of the Galaxy' es además de eso, una secuela animada de la película protagonizada por Chris Pratt. 10 episodios de 20 minutos son los que llevan y bueno, quizás sea porque no estoy tan acostumbrado a ellos y si mas a los Vengadores pero no termina de engancharme la serie, la continuo viendo por las tramas entre superheroes y por estar mas informado del universo 'Guardians of the Galaxy'. Ambas son series Disney.Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Guardianes de la GalaxiaEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Guardianes de la Galaxia
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