En esta ingeniosa y ocurrente historia sobre llegar a la adultez, un muchacho recientemente graduado de la universidad, a la deriva en la ciudad de Nueva York, busca orientación por parte de un excéntrico vecino cuando su vida da un vuelco por culpa de la amante de su padre.
Erin Bell trabajó en su juventud como policía encubierta en una peligrosa banda del desierto de California. Su incursión en el mundo de la mafia tuvo consecuencias fatales para su mente de las que cree haberse recuperado. Sin embargo, cuando el líder de la banda vuelve a dar señales de vida, Bell sufre una odisea moral y existencial. La única solución para olvidar sus fantasmas pasa por retomar el contacto con viejos miembros del grupo, intentando comprender cuáles fueron los motivos que destruyeron su pasado. Destroyer. Una mujer heridaCriticaLa película propone un thriller policiaco al servicio de la protagonista, Nicole Kidman. Todo gira y está ideado con la finalidad de facilitar el lucimiento de la estrella, y ciertamente, si obviamos un maquillaje que personalmente encuentro horrendo, la intención última se consigue.Se mete en la piel de una detective con la vida desecha, hecha trizas en lo personal, lo profesional y lo familiar, apuntando a un abandono y degradación que esconde en un patético aspecto físico, el derrumbe completo de una personalidad atormentada.Siendo esta una cinta sobre la posibilidad de encontrar la redención, la misma llega en forma de un asesinato que le abre en canal recuerdos y huellas del pasado, causantes directos de su patética situación actual, pero que le posibilitan explorar los siempre complejos y difíciles terrenos de la revancha.La propuesta del director conlleva la utilización recurrente del flashback, para hilvanar una historia que va dosificando con pericia las razones de tanto sin sabor, poniendo luz en el sentimiento de culpa que caracteriza las reacciones de la protagonista.El malo del relato es un tal Silas, y sólo por el nombre me viene a la memoria el monje albino del “Código Da Vinci”, que hacía el trabajo sucio en la pérfida lucha por el Santo Grial. Hay nombres que quedan de manera indeleble en la memoria.Es una obra menor en la trayectoria de Kidman, es probable incluso que tras su visionado la olvide pronto, pero mientras esperamos productos más rompedores, hemos de conformarnos con propuestas dignas, aunque no se salgan de lo comercialmente al uso Destroyer. Una mujer herida
Una familia común y corriente se enfrenta a circunstancias impredecibles provocadas por una misteriosa llamada telefónica que los pone en una situación aterradora. Remake de 'El desconocido' ...Amenaza explosivaCritica: pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia... Amenaza explosiva
Mientras Hannah y Mike experimentan una vida comprometida mientras equilibran sus ocupadas carreras, un asesinato en un gimnasio abierto las 24 horas complica la planificación de su boda..... Sweet Revenge: A Hannah Swensen MysteryCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Sweet Revenge: A Hannah Swensen Mystery
La historia de tres mujeres que exploran el amor y la libertad en California durante los años 70.
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