La historia de Florence Foster Jenkins, una heredera de Nueva York que soñó con hacerse un cantante de la ópera a pesar de tener una voz de terrible.
Tras sufrir una desgracia un año antes, el joven Kale (Shia LaBeouf) protagoniza en la escuela un incidente, por el que es condenado a arresto domiciliario. Su madre Julie (Carrie-Anne Moss), que trabaja noche y día para sacar la familia adelante, no obtiene a cambio más que indiferencia y desidia. Kale empieza a sentir que la casa se le cae encima y acaba convirtiéndose en un mirón que sigue con interés hasta los más pequeños acontecimientos que puede observar desde las ventanas. Un día comienza a sospechar que uno de sus vecinos (David Morse) es un asesino en serie. ¿Será verdad o serán imaginaciones fruto de su encierro forzoso?
Sigue a un grupo de personajes a medida que sus caminos se cruzan durante el transcurso de una tarde en un restaurante de Los Angeles....Punto de fugaCritica: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Punto de fuga
Antonio Decoud es un hombre de familia conservador que se ve obligado por el destino a enfrentar una situación inesperada que lo sacude hasta el núcleo, revolviendo su vida y sus prioridades, empujándolo a olvidar sus creencias y su forma de entender la vida y seguir el instinto más básico: el instinto animal.
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