En el año 1970, por caprichos del destino, el joven médico escocés Dr. Nicholas Garrigan acaba ejerciendo su profesión en Uganda, un país del que no sabía nada, y allí se ve irreversiblemente unido a un temible personaje: Idi Amin, el reciente nombrado presidente del país africano que comienza a gobernar de forma cruel y sanguinaria. Garrigan comienza a ser el médico personal de un dictador del que se dijo que llegó a practicar el canibalismo.
Oh se encarga personalmente de dar a conocer el espíritu de la Navidad a sus compañeros buvs. Lamentablemente, su bienintencionada misión casi destroza la ciudad.
Mientras espera un trasplante de riñón, una joven pianista encuentra una conexión inesperada con su médico y el coraje para cumplir sus sueños musicales.... Mas allá del universoCritica; prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio)... Mas allá del universo
La superestrella de la música pop Jordan Jaye tiene un sueño grande - sólo quiere vivir como un adolescente regular. Cuando es andado en busca por algunos admiradores de sexo femenino excitados, encuentra un escondite perfecto y un nuevo amigo reacio de una pequeña ciudad, el estudiante de Bellas Artes de la escuela secundaria, Emily Lowe. A pesar de ser de los mundos diferentes, pronto descubren que tienen el camino más en común que alguna vez imaginaron. Sobre el curso de varios días, los dos emprenden un viaje inesperado de la amistad, primero aman y autodescubrimiento - prueba que tal vez las contraposiciones realmente atraen.
Un inesperado virus mortal acaba con la humanidad tal y como la conocemos: ya no quedan trenes que unan los lugares, ni internet que nos permita conocer el mundo, ni siquiera ciudades en las que vivir, solo quedan asentamientos hostiles al visitante ocasional. En este desolador panorama un pequeño grupo de actores y músicos tienen una iniciativa sorprendente: crear la Sinfonía Viajera, con el fin de mantener vivo un resquicio de humanidad...Estación OnceCritica: Lo más interesante para mí de lo que he visto en los 5 episodios emitidos es el sentimiento y el enfoque sosegado de cómo afrontar un desastre desde el punto de vista emocional y no como una sucesión de zombis absurdos a los que disparar y que incomprensiblemente tiene tantos fans a juzgar por las críticas a esta serie. Los diálogos son interesantes y se plantean cuestiones filosóficas que están bien dirigidas e interpretadas. No entiendo que los haters escriban Shakespeare como analogía de aburrimiento, en qué momento tan superficial y banal vivimos que hasta lo más excelso de la literatura les parece a algunos tan soporífero. Por favor, hay algo más en las series que disparos y protagonistas macizos/as, busquemos también algo de emoción y raciocinio. Que el entretenimiento no sea un fin en sí mismo y que cuanto más simplón mejor, altura de miras please. Esta serie tiene planos y secuencias muy jugosas y creo que post apocalípticas memeces ya se han rodado muchas.Es cierto que se me hace muy aburrida. Pero en general personalmente casi todo me aburre. He visto, bueno más bien medio mirado, tres capítulos, y de entrada me produce alivio que la serie no sea de zombies. No obstante, el regusto en la boca que me ha dejado es agradable, y eso es buena señal. Y como me aburre voy a ver, que no mirar, el segundo y tercer capítulo de nuevo, pues seguro me interesan, aunque es cierto que hay mucha escena de representacione teatral que a priori no me aportan nada ( o quizás sí). Me parece por el segundo y tercer episodio que será una serie que no vaya siguiendo la trama o que no la entienda, un problema de déficit de atención que tengo, pero me encantan las pelis de David Lynch, aunque se me hagan aburridas.... Estación Once
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