Un ex poli deshonrado, fresco de una condena de prisión de seis años por la tentativa de asesinato - devuelve a casa la busca de la amortización, pero termina atrapado en el lío que dejó.
Sam Larson (Kevin James), un apacible escritor, es confundido con un sicario cuando su novela de ficción sobre un asesino internacional se publica como una historia real. Cuando el libro se convierte en un éxito, Sam Larson es secuestrado, trasladado fuera del país e involucrado en un caso de asesinato. The True Memoirs of an International AssassinCritica:Su obsesión por estrenar algo todos los viernes, está llevando a Netflix a una continúa pérdida de calidad en sus productos, y sobretodo esto está afectando a sus comedias. Creo que esta es la 4ª ó 5ª comedia que nos entregan en los últimos meses, cortadas por el mismo patrón, poco divertidas e innecesarias. Encima, aquí le echan el morro de hacer un chiste sobre Amazon, que en el último año se les ha convertido en una inesperada y desagradable competencia al sumarse a la producción propia. ¿Calidad o Cantidad? creo que fue con su película "The Do-Over" cuando dije que Netflix estaba en esa encrucijada, y parece que se confirma que ha elegido cantidad. Creo que sus suscriptores merecemos que cuiden más el resultado final del producto que nos entregan. Da igual si para eso tienen que reducir el número de estrenos.Para empezar Kevin James no tiene carisma para ser protagonista de una película, y verlo hacer de agente de operaciones especiales obeso, no es bastante aliciente para volver divertida a la película. Una película que se acaba enredando ella sola de mala manera cuando cada uno quiere que mate al otro en un círculo interminable.Cuando nos meten dentro de la imaginación del protagonista, y vemos sus escenas exageradas de peleas, más que una parodia de las películas de acción, parece que estemos viendo los engranajes de la mente de un pésimo guionista que no sabe por dónde va a tirar con el guión.Se supone que a la película no le importa no ser creíble ¿Quién se va a creer de verdad que confunden a Kevin James con un asesino de verdad? Vale, de acuerdo, todo debe resultar exagerado para que esa exageración resulte divertida y sea el motor para construir una serie de gangs y de chistes. pero, ¿Dónde están los chistes? Yo no recuerdo haberme reído en ningún momento, más allá de alguna sonrisa benevolente.
Con su vigésima reunión, Dan no puede desprenderse de sus inseguridades del instituto. Intentando sin éxito demostrar que ha cambiado, Dan reaviva una amistad con el chico popular de su clase y vive una noche salvaje que toma un giro inesperado.The D Train TrainCritica:Siempre se ha dicho que los niños son bastante cabrones y malas personas, como queriendo hacer una clara diferenciación o distinción con los adultos y su exceso de benevolencia, supongo. Pero cuando maduramos y empezamos a ver cómo funciona el mundo de verdad, o cómo nos dicen que ha funcionar, seguimos de hecho sujetos al pasado y las vivencias, al menos todo el que se acuerde de ellas. Uno no abandona su pasado en términos de personalidad, ¿o sí? TrainImagino que todo se debe a que se trate del inicio. Si alguien se acordara de su propio nacimiento, seguro que su vida sería un sufrimiento, aunque de hecho debería verla como algo positivo, porque tras esa lucha por salir —o permanecer— dentro del cuerpo de otro ser, cualquier cosa que se nos revele tiende a ser mejor. Y ya no digo si nos acordáramos de antes, de cuando tuvimos que salir del testículo de otro (cuánta insignificancia), algo que reduciría aún más nuestra existencia si se meditara, aunque nos engañen hablando de que desde entonces fuimos ganadores (cuánta grandeza). TrainJack Black protagoniza The D Train, una película normal y particular, aunque algo diferente y muy corriente. No es una comedia, aunque a veces nos riamos, ni tampoco es algo serio, o no en exceso. Es una rareza que no se sale de lo general. Una película algo deprimente, si se toma en serio, aunque optimista si se toma a broma. No es estúpida, a pesar de corroborar su estupidez en su protagonista, un hombre que no ha superado su niñez y juventud porque algo de entonces aún persiste en su vida, alejado de lo personal, pero encajado en su parte más social. TrainThe D Train esconde en su ligereza argumental —un hombre se encuentra con el guay de su colegio con la intención de organizar una reunión escolar— varios temas de mayor calado espiritual, por decirlo de algún modo. Es un tema recurrente y del que, de hecho, yo ya he hablado en esta web alguna vez: que haya gente que irradie una personalidad y un carácter que impregna a los demás, personas a las que nadie dice «no», que lo llenan todo, que lo agrandan, que hasta lo revalorizan. Train
Un grupo de jóvenes pretende pasar un fin de semana de diversión, alcohol y sexo. Sin embargo, su plan de diversión se truncará al cruzarse en su camino un grupo de castores zombis que tratará de acabar con ellos. ZombeaversCritica:Jordan Rubin dirige una película que, desde su concepto, solamente podía encaminarse hacia dos posiciones: la de la serie Z más Z o la broma cabrona. Zombeavers es ambas. Rubin nos presenta un slasher de menos de 80 minutos de duración en el que, visualmente, las bases del género están presentes ya que en el guion del propio Rubin y de los hermanos Jon y Al Kaplan todo se invierte, se evoluciona o directamente se repatea. Ahí está la gracia de Castores zombies. Es un slasher a nivel visual, con sus (presuntos) jovenzuelos, su cabaña en el lago (se admite bosque, llanura o cualquier ambiente natural) y el (o los) asesino(s) en serie, en este caso unos castores zombies radiactivos que tienen como costumbre lo de ir por ahí jodiendo a propios y extraño, matando porque sí y cortando cables de teléfono. Es difícil hablar de calidad o de factura en una película como Zombeavers, pero sí se puede hablar de diversión y el trípode creativo formado por Al Kaplan, Jon Kaplan y Jordan Rubin consigue una buena cantidad de eso. Y, además, se permiten sus sorpresas para disfrute del espectador. ZombeaversRachel Melvin, Lexi Atkins y Cortney Palm son las tres chicas guapas que en todo slasher que se precie deben aparecer. Palm empieza como la guarrona del grupo; Atkins es la que atraviesa una fase difícil y Melvin es la sensata, pero lo bueno es cómo van mutando los papeles a medida que avanza la película y cómo las tres chicas, que parecen divertirse a un nivel extremo rodando la película (igual que el resto del reparto), se amoldan a la evolución de sus respectivos personajes. Hutch Dano, Jake Weary y Peter Gilroy interpretan a los chicos y los tres tienen grandes momentos; Dano tiene la mejor frase de la película ("No nos peleemos; eso es lo que quieren los castores"), Weary un buen momento gore en el baño y Gilroy un instante glorioso, pie en mano, en el lago. Cada uno cumple tan bien como el anterior. Rex Lynn completa el reparto principal apareciendo como personaje independiente y con un trabajo muy bueno. Bill Burr y John Mayer, uno comediante y el otro músico, forman una pareja de transportistas de lo más peculiar que aparece en los dos extremos de la película, así como en los créditos, manteniendo conversaciones brillantes. Zombeavers
Un terapeuta sexual vive las delicias de la pubertad a los 30, cuando una cirugía desata su furia hormonal.
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