Una mujer deja el psiquiátrico después de un ataque de nervios y empieza a oír sonidos extraños en su apartamento.
La historia tiene lugar en el entorno surrealista de una ciudad que se desvanece. Cuando un adolescente descubre un camino secreto hacia una ciudad subacuática, su madre se ve arrastrada a un macabro submundo de fantasía. Lost RiverCritica:En una Detroit post-apocalíptica, enmarcada en un futuro más cercano de lo que nos gustaría, el impago de las hipotecas obliga a la mayoría de familias a abandonar sus hogares. Lo que un día fue una ciudad de supuesta prosperidad y crecimiento, pasa a ser el lugar idóneo para que Ryan Gosling, en su primer trabajo tras las cámaras, nos meta de lleno en el futuro -y presente- que nos depara esta sociedad capitalista, aquella en la que un director de sucursal bancaria te recomienda solicitar préstamos que te llevarán a la ruina, la misma en la que su sustituto crea un club de provecho social nulo para seguir arruinando a las pocas personas que aguantan en la ficticia ciudad de Detroit que nos ocupa: Lost River. Lost RiverEn esa ciudad que se nos presenta en los créditos iniciales, el joven director y actor canadiense presenta una película importante, que habla de cosas más importantes, y que lleva a cabo como si de un cuento se tratase, contando una historia de las de siempre como nunca lo habían hecho antes. Porque en Lost River hay un hermano mayor que promete proteger al pequeño del monstruo, un dinosaurio e incluso dragones. Esa forma de contar las historias es lo que diferencia a un simple director de un autor; yo me aventuro a afirmar que Ryan Gosling se encuentra en el segundo grupo, pese a que, evidentemente, tenga mucho terreno por delante. Lost RiverIr a ver esta película habiendo leído la sinopsis y las críticas de Cannes significaría cometer un craso error, porque parece que los periodistas se pusieron de acuerdo para no asistir al pase y elaborar sus textos conforme a su equívoco argumento. "Surrealista", "mezcla y/o copia de (inserte nombres de directores controvertidos y que den una gran importancia a la estética del filme)", "la amarás o la odiarás", son algunas de las cosas que se dijeron -y se siguen diciendo- tras ser proyectada en el festival de la costa azul francesa. Es evidente que Lost River puede gustar más o menos, pero más lo es el hecho de que no es una película inaccesible ni mucho menos, pues pese a dotar a la película de una importancia visual innegable, ésta sigue una línea narrativa totalmente lineal y nada críptica o confusa. Dudo que alguien vaya a creerse que con Lost River se va a encontrar un material puramente convencional. Lost River
1969. Chen Zhen es un joven estudiante de Pekín al que envían a Mongolia Interior para educar a una tribu de pastores nómadas. Pero el que realmente aprende es Chen: sobre la vida en esa tierra infinita y hostil, la libertad y la responsabilidad, y la criatura más temida y reverenciada de esos lugares, el lobo. Sin embargo, la relación de atracción existente entre esas criaturas complejas y casi místicas con el ser humano se ve amenazada cuando un oficial del gobierno central decide por todos los medios eliminar los lobos de esta región. Wolf Totem El camino del loboCritica:Hay algo especial en las películas que, desde una perspectiva seria, tratan el comportamiento de los animales en un estado salvaje. El último lobo coincide con esta consideración puesto que, desde una perspectiva histórica, nos narra un bello relato sobre la relación entre seres humanos y lobos. En concreto, es el realizador francés Jean-Jacques Annaud quien está detrás de las cámaras, un tipo al que le conocemos por obras como Enemigo a las puertas o la adaptación cinematográfica de El nombre de la rosa, pero que también ha trabajado mucho todo este tema de la naturaleza y la fauna en otras películas, especialmente la bien valorada El oso. Aquí intenta trasladar a la pantalla la conocida novela Wolf Totem, escrita con algunos tintes autobiográficos por el chino Lü Jiamin bajo el seudónimo de Jiang Rong. El camino del loboArgumentalmente es muy básica: en la China de los 60, el estudiante Chen Zhen es enviado a la Mongolia profunda para, según el agente del gobierno, enseñar a leer y escribir a la gente de la zona. Pero pronto el joven queda cautivado por el comportamiento tan noble como férreo de los nativos y, especialmente, por la relación que mantienen respecto a los lobos. Generalmente, temen a esta especie, puesto que existe el riesgo serio de que pueda atacar a su ganado, una de las principales fuentes de ingresos que tienen. Sin embargo, con la ayuda de los más veteranos, saben cómo usar el instinto depredador de los lobos para beneficio propio. Zhen descubrirá, empero, que no todo es de color rosa: cuando una loba tiene lobeznos, es necesario sacrificarles (de una manera bastante cruel, todo sea dicho) para que así no aumente la manada. Algo que impacta a cualquier persona que desconozca tal cuestión y, dada la emotividad con la que está narrada esta escena, seguro que también al espectador. El propio Zhen se queda bastante tocado, por lo que decide que tiene que hacer algo para intentar cambiar el curso de los acontecimientos.Conviene no contar nada más de la trama aunque, como decimos, la fuerza de El último lobo no se encuentra en su guión. Esta opinión hay que circunscribirla únicamente al desarrollo de la trama en sí misma, que por momentos resulta quizá algo previsible, pero no al mensaje que intenta transmitir, a todas luces honesto, necesario y en consonancia con la ambientación en la que nos sumerge. Annaud dota a su obra de una poderosa fuerza visual, merced no sólo a la hermosa fotografía conseguida por Jean-Marie Dreujou, sino también a su habilidad para saber captar el momento justo de la naturaleza en que las imágenes poseen más fuerza. No tan impactante es el efecto 3D del filme que, si bien no estorba (cosa que ya sufrimos varias veces en la fiebre estereoscópica post-Avatar), al final uno tiene la sensación de que, sin su presencia, la película conseguiría llegar al espectador de manera prácticamente idéntica. El camino del lobo
En esta versión moderna de la historia de "Cyrano", una tímida estudiante llamada Ellie ayuda a un deportista del instituto a intentar conquistar a la chica de la que ambos están enamorados.
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