Con un emotivo relato de Ricardo Darín, este documental narra el camino a la victoria de "La Scaloneta", la selección argentina de fútbol que, acompañada por las cábalas y la fe de un país entero, pudo alzar la Copa del Mundo de Qatar 2022.
En este encantador documental, una abuela cinéfila italoestadounidense halla fuerza y consuelo en la vida y obra de su actriz preferida: Sophia Loren.
Una mirada a los efectos del cambio climático en nuestro entorno y cómo la sociedad puede prevenirlos, incluyendo la salvación de especies en peligros de extinción. Producido por Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio, que además entrevista a numerosas personalidades y sirve de narrador, la filmación de "Before The Flood" se prolongó durante tres años y el guión lo firma Mark Monroe, responsable del aclamado documental "The Cove" Before the Flood AntesCritica:Leonardo DiCaprio no sólo gana premios y sale con rubias explosivas hasta que cumplen los treinta, sino que también tiene dos dedos de frente. Así lo demuestra auspiciando un documental cuya necesidad radica no tanto en concienciarnos de la realidad del cambio climático —éste constituye una evidencia sobre la que existe un consenso científico mayor incluso que sobre la teoría de la relatividad— como en desvelarnos la ceguera o la estupidez, probablemente ambas, de unos dirigentes —los nuestros— empeñados en discutirlo, cuando no lisa y llanamente en negarlo, jaleados por sus palmeros mediáticos, en lugar de poner en marcha ya las urgentísimas medidas necesarias para detener una situación camino de tornarse irreversible. AntesTiene especial gracia que, en Estados Unidos, el senador al frente de la comisión encargada de asuntos medioambientales sea un negacionista contumaz. Claro que, a la vista de las cantidades que recibe del lobby de los combustibles, todo cobra sentido. Maldita la gracia entonces. Aunque no hace falta irse tan lejos para encontrar ejemplos de la obscenidad con que nuestros líderes se cierran en banda, con la actitud del avestruz que esconde la cabeza en el culo... perdón, en el suelo. Me viene a la memoria la vergonzosa parábola del cuñado o primo meteorólogo con que Rajoy, nuestro presidente recién reelegido, manifestaba groseramente su ignorancia de lo que a cualquier alumno de Geografía de 3º de ESO se le exige como contenido mínimo: la diferencia entre tiempo atmosférico y clima. AntesSin embargo, culpar exclusivamente a unos políticos a los que, en último término, hemos elegido nosotros supondría un ejercicio de desresponsabilización muy poco adulto. Porque nuestros hábitos —el consumo por el consumo— tienen mucho que ver con el indeseable estado de cosas. Coger la bicicleta en lugar del coche para ir a trabajar, comer pollo en vez de ternera, o no inflarse a “Doritos” son decisiones que están en nuestras manos, independientemente de que rija los destinos de la nación un ígnaro recalcitrante o un premio Nobel con las manos atadas por la financiación torticera de su campaña electoral. Antes
Cuando tenía 9 años, Maya Kowalski ingresó en el hospital Johns Hopkins All Children’s en 2016 debido a una enfermedad rara. Ni ella ni su familia se imaginaban la odisea que los esperaba. Mientras intentaban comprender su enfermedad, los miembros del equipo médico empezaron a poner en duda los lazos que unían a los Kowalski. De repente, el Estado asumió la guardia custodia de Maya, pese a que sus padres estaban desesperados por llevarse a su hija de vuelta a casa. La historia de los Kowalski, contada por ellos mismos, cambiará para siempre tu percepción de la atención pediátrica.....Cuiden a MayaCritica: que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Cuiden a Maya
La serie está ambientada en el siglo IX donde lo que hoy se conoce como Inglaterra eran varios reinos independientes. Las tierras anglosajonas son atacadas y en muchos casos gobernadas por fuerzas vikingas. El reino de Wessex se ha dejado solo bajo el mando del Rey Alfred el Grande. Uhtred, hijo huérfano de un noble sajón, es secuestrado por los normandos y criado como uno de ellos. Así, es obligado a elegir entre un reino que comparte sus ancestros y la gente a la que es leal....The Last KingdomCriticA: Cada vez son más las adaptaciones cinematográficas o teleseriales de calidad, que no desmerecen a los libros en los que se basan. "Juego de Tronos", "Highlander" y otras aún en emisión son sólo un par de ejemplos. "The Last Kingdom" es otra.Los mundos que recrea Cromwell en sus libros son oscuros, sucios, mundanos y tremendamente realistas. Lo mismo que la serie. Sin llegar a caer en el feismo ni en los giros shakesperianos de otras series, "The Last Kingdom" nos presenta personajes creíbles, con límites que podemos reconocer, con sus filias y sus fobias, con sus deseos y temores. No esperen que un personaje "bueno" dé un giro y de la noche a la mañana se convierta en un nuevo archienemigo; cada cual juega con las cartas en la mesa, pero eso no lo hace menos atractivo, al contrario, pues para el espectador son evidentes los conflictos por llegar, más aún que para los personajes.Pero si en algo destaca la serie es en la ambientación. Nada de batallas multitudinarias con miles de soldaditos generados por ordenador, un par de miles por bando y punto, al fin y al cabo estamos en el siglo IX Se trata de batallas realistas, con hombres aterrados tras un muro de escudos, con táctica y estrategia, con problemas de suministro, con debilidades, con victorias pírricas y derrotas disfrazadas de éxito. Tampoco nada de palacios rutilantes y nobles emperifollados, aquí hasta la condesa de turno tiene que arremangarse y ayudar a aventar el grano, y cuando toca dormir, a la sala común, sobre un colchón de paja. Y ahí es donde sobresale Cromwell, que además coescribe los guiones, lo suyo es de un realismo apabuyante.... The Last Kingdom
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