Ben y su hijo adoptivo, Junior, se han trasladado a una nueva ciudad. El lugar tiene una muy especial característica: contiene cincuenta mujeres por cada habitante masculino.
Sydney, una joven violinista ciega desde la infancia, recupera la vista gracias a una operación de córnea. A medida que comienza a adaptarse a esta nueva situación, extrañas imágenes que ella no sabe discernir si son realidad o causadas por la operación, se le irán apareciendo. Poco a poco entenderá que las imágenes que ve no son disfunciones visuales causadas por la operación, sino que son en realidad imágenes de fantasmas. Sydney deberá averiguar de quién son las córneas que le han trasplantado para entender las terroríficas imágenes que se le aparecen.
Después de una estafa fallida, Clóvis se encuentra con Lohane, su hermana adoptiva. Cuando están en apuros, se dan cuenta de que la única salida es seguir juntos.....Dos sinvergüenzasCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Dos sinvergüenzas
Después de haber sido contaminadas con una misteriosa sustancia química, llamada Ooze, cuatro tortugas que viven en las alcantarillas de Nueva York se transforman y mutan, de repente, en grandes tortugas. Ahora pueden hablar y caminar como un ser humano. Entrenadas por una vieja pero sabia rata (el Maestro Splinter) las cuatro tortugas, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y Rafael, aprenderán técnicas ninja para enfrentarse a los más peligrosos criminales. Sus enemigos son los miembros de una secta llamada "El clan del pie", liderada por Shredder, quien quiere convertirse en el amo del mundo.
Ella es una prometedora estrella del diseño de interiores, vive en una casa de revista y está casada con un hombre encantador. Pero Ella es una paria social porque… no quiere tener hijos. Cuando descubre un ensayo clínico donde eso se considera un problema de fertilidad, decide apuntarse. Para su sorpresa, el tratamiento funciona, pero ¿a qué precio?....Sin tiempoCritica; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Sin tiempo
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