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Un buen día, la señorita Shepherd (Maggie Smith), una mujer de orígenes inciertos, aparca su furgoneta en una acera de Londres, en el acceso a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings). Lo que al principio iba a ser algo temporal, un favor a regañadientes, se acaba convirtiendo en una relación que cambiará las vidas de ambos. Y es que la señorita Shepherd se quedó a vivir allí durante 15 años. The Lady in the VanCritica:Vi hace muchos años, en Londres, esta obra de Alan Bennett llevada al teatro e interpretada también entonces por la incombustible Maggie Smith. No me pareció gran cosa, muy británica, con un fino humor que no acababa de cuajar y algo monocorde. Ahora nos llega su adaptación al cine, trasladada por su autor e interpretada por la actriz que la hizo triunfar sobre los escenarios. Y la sensación que me deja es análoga: no traspasa las limitaciones de su mínima premisa argumental, que ni evoluciona ni cambia, solo se repite desganada y exangüe durante un metraje excesivo. Se supone que es un estudio de caracteres, pero cuando éstos tienen tan poco interés como sus casi dos únicos protagonistas, se hace difícil aguantar en la butaca sin desear que algo cambie o se acelere con algún imprevisto o al menos el texto proporcione algunas frases memorables… Una dama sobre ruedasPero todo es demasiado anodino, plano, irónico pero sin garra ni dirección, deslavazado, una serie de anécdotas encadenadas que apenas trascienden más allá de su ocre y desvaída inocencia. Es como asistir a la escritura del diario de un escritor sin una vida sugestiva digna de tal nombre y que se conforma con reproducir sucesos y chascarrillos deshilvanados con el deseo que la mera acumulación teja por sí misma un tapiz que alberge algún tesoro del devenir cotidiano de la acomodada burguesía londinense. Pero por mucha buena voluntad que se le ponga, el material es parco en sucesos dignos de tal nombre, se desarrolla con premiosa tozudez que acaba por agotar. Una dama sobre ruedasHay algunos logros que resultan originales, como el desdoblamiento del protagonista en dos personajes, interpretados por el mismo actor: por una parte el laborioso escritor y por otra el insípido y reprimido ciudadano que malvive su vida estéril entre convenciones y banalidades. O también la interpretación de la luminosa Maggie Smith encarnando una existencia opaca, delirante y azotada por un senti Una dama sobre ruedasmiento de culpa que la atenaza y atormenta desde hace décadas. Pero es poco bagaje para soportar un largometraje que no despega nunca y se mantiene en una corrección insulsa y epidérmica, carente de trascendencia o de pasión. Una dama sobre ruedas
Bok Gwi Joo y su familia nacieron con diferentes poderes sobrenaturales. Bok Gwi Joo puede viajar en el tiempo, pero sólo a momentos felices de su vida. No puede cambiar el pasado, por lo que sólo puede vivir en esos momentos felices. Bok Gwi Joo sufre depresión y esto lo lleva a perder su poder sobrenatural. Su familia también pierde sus propios poderes debido a problemas modernos como el insomnio, la bulimia y la adicción a los teléfonos inteligentes. Un día, Do Da Hae se involucra con Bok Gwi Joo y su familia, comienza a vivir con ellos y se produce el cambio.
Un adolescente huérfano forma una amistad con un detective. Juntos investigan el asesinato de su madre y descubren la fuerza sobrenatural que demuestra ser una amenaza para su familia. StrayCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. StrayEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Stray
En Luisiana, un hombre adulto de nombre Antonio, coreano adoptado y criado en Estados Unidos, se ve obligado a enfrentarse a su pasado -y lo que significa para su propio futuro y el de su familia- cuando de manera inesperada se enfrenta a la deportación....Blue BayouCritica: Alicia es muy grande para este film. Definitivamente no encaja. Tanto el reparto completo como la producción detrás de cámara quedan muy al margen y resulta en que ella realmente acabe limitada y no pueda encontrar su lugar, tal y como la podemos ver en la mayoría de su filmografía.La producción está plagada de errores. No me malinterpreten, la trama tiene lo necesario para convertirse en una buena película. Si bien no está basada literalmente en hechos reales, la situación que plantea no dista prácticamente de lo que realmente podría ser una historia verídica. Sin embargo, intenta abarcar mucho y lamentablemente poco logra.En primer lugar, el guion está compuesto de miles de clichés que fácilmente la podrían empujar a una posible nominación a los premios de la academia. Inclusive, su estreno se ha demorado para estar en "las fechas donde se estrenan las películas que aspiran un premio de la academia". Y lo escribo como cita ya que si bien no es un hecho cierto, año tras año se repite el mismo patrón. Deportación, racismo, diversidad, abuso de autoridad, maltrato, enfermedades terminales y ausentismo son las temáticas que arriba este film, ¿no te parece que, por las dudas, incluyeron a todas? Digo "por las dudas" porque quizás si no entra por una, entra por la otra. Y esto, lejos de lograr una película conmovedora y afectiva, termina siendo una combinación que realmente no combina.Luego, la producción es tremendamente mala. Fotografías forzadas, planos y tomas desordenas y sin rumbo, y un guion que en ciertos momentos deja lugar a preguntarte cuánto falta para que termine, y esto, es una de las peores situaciones que podrían ocurrir, que el espectador desee que finalice porque los arcos argumentales se vuelven pesados y se caen a la deriva. En zona spoilers extiendo un claro ejemplo.... Bayou
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