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Narra la historia del encuentro entre un famoso actor y un vecino de lo más peculiar. Sus conversaciones tienen lugar en el único escenario de un bar de barrio donde comparten confidencias y abordan temas como la gentrificación y la desigualdad social en Berlín. La puerta de al ladoCriticaUn drama teatral intenso nos propone Daniel Bruhl en su primera película que dirige aparte de protagonizarla junto a otro gran actor Peter Kurth. Los dos prácticamente llevan la película en un solo escenario que es un bar, aparecen otros tres personajes algo secundarios para completar el elenco. Eso no quita que el interés decaiga y la tensión vaya subiendo cada vez más durante los 90 minutos que dura.Daniel es un actor de éxito que vive en Berlin en el Prenzlauer Berg, un barrio que ahora esta de moda, donde conviven gente adinerada y residentes antiguos menos afortunados. Está ensayando unos textos para un papel que quiere conseguir en una audición en Londres. Antes de tomar un taxi para el aeropuerto se para tomar un café en un bar al que suele ir frecuentemente, allí en la barra conoce a Bruno un tipo que comienza a irritarle con sus continuos e impertinentes comentarios. Lejos de cortar rápidamente con la persona se enfrasca en una discusión que le llevara al límite.Los dos personajes podría decirse que no son del todo agradables, algo que hace que suba el interés por lo que vaya a venir sin tener un personaje con el que empatices del todo, en sus conversaciones se meten con las dos Alemania, la stasi, el ego de los famosos, la gentrificación de los barrios, la desigualdad, la reunificación etc...El guion de Daniel Kehlmann contiene diálogos incisivos con un humor bastante negro, gran trabajo de los dos actores que están sobresalientes. Podría parecer una sátira de sí mismo o de famosos que llevan la fama con cierta soberbia y que no le vendrían nada mal recibir unos cuantos zascas en su vida. La puerta de al lado
Aparentemente, Mac Radner y su esposa Kelly han hecho realidad el sueño americano: acaban de tener una niña adorable y se han comprado una preciosa casa en las afueras. La pareja de treintañeros está convencida de que ha adquirido el aplomo necesario para la vida de adultos, pero estos ex juerguistas van a enfrentarse a un reto inesperado. Cuando Mac y Kelly descubren que sus nuevos vecinos son los miembros de la fraternidad Delta Psi Beta, con el carismático presidente Teddy Sanders a la cabeza, intentan estar a la altura de la situación y parecer más colegas que adultos. Pero las juergas de los chicos adquieren proporciones épicas y a la pareja no le queda más remedio que poner un poco de orden. La guerra entre vecinos escala a la velocidad del rayo a medida que el matrimonio se las ingenia para que expulsen a los universitarios, y estos últimos, para hacer perder la poca cordura que les queda a los nuevos padres. Buenos vecinosCritica:Últimamente me he ido alejando de las comedias, pero eso no significa que siempre rechace una cuando me es ofrecida, sobre todo en el cine. Así que bien, me dispuse a ver "Malditos Vecinos". ¿Qué significaba esto? Significaba que, después de la buena acogida por parte de la crítica y de los desternillantes trailers que aseguraban carcajadas a montones, iba a ser hora y media de diversión y risas. Pero fue todo lo contrario: fue hora y media de tortura y agonía. Buenos vecinosLa película está más hueca que el cráneo de Homer Simpson. No tiene argumento, y eso ya se percibe en la primera media hora de la cinta, porque durante esos primeros 30 minutos no sucede absolutamente nada. Prescindibles, puro relleno. Por tanto, sería solamente una hora de, lo que aparentaba, diversión. El problema es que "Malditos Vecinos" cree que usando los mismos tópicos y chistes (mil veces vistos ya) hará reír a la gente. Tal vez haya películas que lo hayan conseguido, pero esta lo hace de tal manera que te dan ganas de meterte ácido sulfúrico en los ojos. No tiene gracia alguna. Ni siquiera el carisma de Seth Rogen hace que te eches una carcajada. Lo único que se puede destacar de la película es Zac Efron, que, lo reconozco, es buen actor, pero el hecho de que el apartado interpretativo de una comedia sea buena no significa que garanticen risas. NeighborsYa, cuando crees que todo ha acabado, queda un epílogo de cinco minutos que hace que te parezca el triple de la duración de la película. Dichos cinco minutos tampoco son motivo de risa cuando intentan serlo, por lo cual, son totalmente prescindibles, así que la supuesta diversión transcurriría en 55 minutos (que también se podrían haber ahorrado, así la película se hubiera quedado en 0 minutos) y Nicholas Stoller decide añadir ese tiempo extra para que esta cosa llegue a las pantallas grandes. Gracias. Buenos vecinos
Es el verano antes de que Elle se dirija a la universidad y tiene que tomar una decisión secreta. Elle ha sido aceptada en Harvard, donde se está matriculando su novio Noah, y también en Berkeley, donde se dirige su mejor amiga Lee. ¿Qué camino debería elegir? El standThe kissing Booth es esa película que al igual que 50 sombras de grey nunca debió existir, es que aunque si es cierto que la película solo tiene como intención divertir, realmente hay muy buenas películas que divierten y que al mismo tiempo cuentan una gran historia. El standPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. El standEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. El stand
Basado en el anti-héroe menos convencional de la Marvel, Deadpool narra el origen de un ex-operativo de la fuerzas especiales llamado Wade Wilson, reconvertido a mercenario, y que tras ser sometido a un cruel experimento adquiere poderes de curación rápida, adoptando Wade entonces el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y un oscuro y retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida. DeadpoolCritica: Después de una muy acertada y divertida campaña publicitaria que consiguió posicionar a uno de los personajes menos conocidos de Marvel (para todo aquel que no sea fanático de los cómics), llega por fin a los cines la película de Deadpool, personaje con el que Hollywood intenta refrescar el panorama ya un poco gastado de las películas de superhéroes.El principal beneficiado de toda esta movida es el actor Ryan Reynolds, quien recibe una segunda oportunidad de encarnar a un superhéroe luego de la fallida ‘Linterna Verde’ de DC Comics, con un personaje al que sabe sacarle el máximo provecho y que será sin duda alguna, un parteaguas en su carrera. DeadpoolReynolds da vida a Wade Wilson, un mercenario de poca monta que suele juntarse en un bar con tipos de su misma calaña donde conoce a Vanessa (Morena Baccarin), una prostituta con la que inicia una relación que va tornándose en amorosa y cuando todo parece ir bien, Wade es diagnosticado con un cáncer terminal.Desesperado por el inminente y fatal destino que le espera, Wade se somete a un tratamiento experimental que habrá de curarlo, a cargo del científico Francis / Ajax (Ed Skrein), que tendrá complicadas consecuencias para Wilson, quedando con el rostro desfigurado pero desarrollando la capacidad de regenerar su cuerpo, dando vida así a Deadpool. DeadpoolPero Deadpool no se resigna a ser un superhéroe como tal, por el contrario, es un tipo desparpajado, cínico e irónico que suele actuar con suma violencia ante sus rivales, motivo por el que es instado a unirse a la causa de los X-Men, historia que corre en paralelo y que presenta un par de personajes a ésta historia (Colossus y Negasonic Teenage Warhead), y que será motivo de muchas de las burlas de Deadpool. Deadpool
Ingrid cambia el rumbo es una comedia oscura, salvajemente hilarante, que satiriza el mundo moderno de la media social y prueba que el ser #perfecto no es todo lo que uno esperaría. Ingrid Thorburn (Aubrey Plaza: Mi abuelo es un peligro, Amor zombie) es una desequilibrada acosadora de las redes sociales, con una historia de andar confundiendo los "likes" con las relaciones significativas. Taylor Sloane (Elizabeth Olsen: Godzilla, The Avengers: Los vengadores) es una persona "de influencia", famosa en el Instragram, cuyo estilo de vida bohemia y chic, perfectamente cuidada, se convierte en la nueva obsesión de Ingrid. Cuando Ingrid se muda a Los Ángeles y se las arregla para formar parte de la vida social de la estrella de las redes sociales, su relación de #BFF pronto se vuelve una de #WTF. Ingrid Goes West IngridCritica:Es curioso el contraste entre unos ojos llorosos y enrojecidos en la oscuridad con una cuenta de Instagram perfecta, inmaculada en su contenido, iluminada desde un móvil. Se diría que pertenecen a realidades distintas, y que las pantallas retroiluminadas son los únicos portales que nos permiten interactuar con esos dioses que a golpe de like y hashtag nos dicen qué querer o creer, trayendo luz a vidas mediocres que se mantienen gracias a su mera existencia. Ingrid Si piensas que estoy exagerando, piensa otra vez.'Ingrid goes West', bajo su apariencia de comedia, esconde un fondo amarguísimo que en cierta manera justifica su poco desarrollo: los caprichos del querer y aparentar en la era de redes sociales, como elementos aleatorios que pueden alzar a una persona al más alto de los altares o sumirla en el más profundo de los pozos. Ingrid vive esa realidad, perpetuamente pendiente de la última notificación, sin más ansia que verse reflejada en aquellos que admira, o en el peor de los casos tocada por su gracia en forma de comentario de foto. Podría decirse que ella no existe si no fuera por sus redes, es una no-persona, sin intención de construirse a si misma, a no ser que sea por imitación u asimilación de otros. De nuevo parece que exagero, y de nuevo sólo hace falta verla en su propia mugre de sueños rotos y abandono personal, consultando el móvil continuamente, para convencerse.Claro que muchas veces sólo se concibe salir del pozo escarbando más profundamente: Taylor se le aparece por casualidad en una revista, sonriendo con sus perfectas mechas al viento, y parece la promesa de que cualquier sueño se puede hacer realidad. Ingrid decide entonces ir a por el suyo, y se muda con la idea fija de llegar a ser amiga de esa mujer maravilla, que sólo desayuna manjares y remata cada foto con un #Perfecto. Quizás, cerca de ella, también podrá poner ese hashtag a su vida en Instagram, y ya sabemos todos que la única vida que existe está en esa red social. Ingrid
Greg está pasando el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando las interacciones sociales, mientras secretamente hace extrañas películas con Earl, su único amigo. Pero todo comenzará a cambiar cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia.Me and Earl and the Dying Girl Yo, él y RaquelCritica:Alguna vez os preguntasteis cuál sería el resultado de una película que aunara la chispa cómica de Edgar Wright, la extravagancia colorista de Wes Anderson y el cruel dramatismo de Clint Eastwood? Bueno, quizá nadie quisiese ver semejante filme pero la buena noticia es que tampoco hace falta. "Me and Earl and the dying girl" (o "Yo, él y Raquel" en nuestro idioma) es, sin lugar a duda, una de las mejores películas en lo que va de año -flaco halago- y con toda seguridad terminará en mi top 10 al final del mismo. El encargado de pulir semejante diamante es Alfonso Gómez Rejón mientras Thomas Mann, Olivia Cooke y RJ Cyler son los tres jóvenes protagonistas que le aportan el brillo y el carisma. La historia gira entorno a Greg, un adolescente inadaptado y acomplejado por sus autoimpuestas limitaciones que, en su último año de instituto, se encuentra ante la dantesca tarea de buscar su lugar en el mundo. Su amigo o colaborador -como Greg lo llama en la película- es Earl, con el que comparte una profunda pasión por los clásicos del cine. Todo en sus vidas es monótono y rutinario y nada ni nadie parece capaz de cambiar esto hasta que a Greg le obligan a visitar a una compañera de clase que padece leucemia. Yo, él y RaquelComo decía anteriormente, el director muestra valentía y desparpajo no solo a la hora de presentarnos a los personajes y llevarlos a situaciones donde estos puedan desarrollarse y conectar con el público, sino también insuflándole oxígeno con una estética particular que por momentos recuerda a Wes Anderson ("Gran Hotel Budapest"). Pero, no se dejen engañar por su inexperiencia porque Rejón tampoco se acobarda a la hora de mostrarnos el lado más oscuro y doloroso de la trama y aunque su esfuerzo por otorgarle mayor dramatismo del necesario a la cinta no resulta del todo convincente ni coherente, no se le puede achacar el hecho de querer ser lo mas fidedigno posible con la novela en la que se basa. La duración es razonable, ninguna escena se siente fuera de lugar ni divaga del argumento principal, está bien editada y contiene numerosos guiños al séptimo arte que caerán simpáticos entre los cinéfilos. Las actuaciones son sorprendentemente buenas y digo que me sorprende porque, pese a su juventud, ningún actor se queda rezagado, todos ocupan la pantalla de manera ecuánime. Cada integrante de este terceto protagonista tiene gran personalidad y magnetismo ante la cámara. Aunque su gran trabajo también es secundado por unos secundarios de lujo que, a su manera, enriquecen el conjunto y le añaden matices a la trama principal. El guión, basado en una novela del mismo título, sobresale en muchos aspectos y fracasa en otros. No digo que sea a partes iguales, porque lo positivo pesa más que lo negativo, pero sí resulta frustrante y decepcionante algunas de las decisiones que toma el guionista sobretodo llegado el tercer acto. La fotografía es original y juguetona con los planos y con la posición de la cámara. Yo, él y Raquel