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Richard Haign es un brillante profesor de Cambridge con una pasión desenfrenada por la poesía romántica y las mujeres hermosas. Sin embargo, la paternidad le cambiará la vida. Der forma inesperada Kate, la joven estudiante americana que conoció en una de sus clases, le va a convertir en padre, noticia que recibe justo cuando conoce a Olivia, una novelista exuberante y excéntrica, hermana de la que pronto se convertirá en la madre de su hijo. Un trío amoroso que dista mucho de su ideal de familia. Some Kind Of Beautiful Los caballerosCritica:Aunque parezca mentira dado su atractivo reparto, "El marido de mi hermana" es una película poco agradable de ver. Es una comedia romántica que trata de ser ágil y novedosa pero que no es una cosa ni lo otra, se hace larga, no tiene gracia y la parte amorosa es obvia y está mal llevada. Aún así, lo peor es que hay un muy grave problema de partida: la obra nace ya muerta por un triángulo en el que mi querida y bellísima Jessica Alba se lleva la peor parte. Todo indica de que se va a llevar la patada pero con niño incluido. Ciertamente, Pierce Brosnan es un hombre bien parecido, que además se conserva de maravilla para los 63 años que actualmente tiene. Pero es que la diferencia de edad con Jessica Alba es abismal. En la vida real le saca 28 años pero me temo que aquí son más porque ella hace de estudiante universitaria. No sólo podría ser su padre, sino que si se esfuerzan un poco, lo tomarían por su abuelo. Si es que aunque treintañera Jessica tiene una cara de niña, está más guapa, y sobre todo al principio es un encanto, todo lo que no sea enamorarse perdidamente de su Kate me pone de muy mal humor. Los caballerosPues bien, por si esto fuera poco, la diferencia de edad, Tom Vaughan le añade para pifiarla que él es un mujeriego empedernido y que el romance viene de serie, sin la más mínima personalidad. Afortunadamente, Kate escapa por los pelos del rol de mujer carnaza, para ello aparece por ahí una rubia tonta, pero no deja de ser un personaje mal dibujado, voluble y más negativo que positivo. Si me quieren contar que esta "ramera yanqui desatada" o "pastelito yanqui", así se la califica, es la que tiene la culpa de todo, hay que explicarlo muy bien para que me lo crea. Al final, como la historia está enfocada para el maduro divorciado que sueña con aventuras amorosas por un tubo, ellas, sus motivaciones y sentimientos, quedan en un segundo plano, simplemente para dar la réplica al protagonista masculino. Sobre este punto es interesante destacar lo mucho que se lleva la milonga de que un señor puede ser un infiel compulsivo pero un gran progenitor, lo cual es bastante improbable porque lo que les hace caer en lo primero, egoísmo, moralidad difusa o capacidad para manipular, les inhabilita para ser buenos padres. Los caballeros
Cuando un malvado espíritu ancestral hace que los adornos de Halloween cobren vida y siembren el caos, un padre (Marlon Wayans) y su hija adolescente (Priah Ferguson) no tienen más remedio que trabajar en equipo para salvar su ciudad.... La maldición de Bridge HollowCritica: esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La maldición de Bridge Hollow
Andy, a instancias de su antiguo mentor y propietario del Magic Camp, Roy Preston, regresa al campamento de su juventud con la esperanza de reavivar su carrera. En cambio, encuentra inspiración en su grupo heterogéneo de magos novatos..... Magic CampCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Magic Camp
Megan Walsh (Hailee Steinfeld) es una joven de 16 años que, entrenada desde muy pequeña, se ha convertido a su pronta edad en toda una asesina profesional, pero ella sólo desea tener una vida "normal" como las chicas de su edad. Así que decide fingir su muerte y se inscribe como una estudiante de secundaria en un instituto de las afueras.Barely Lethal AcademiaCritica:Pobre película que se ve, no se piensa y se olvida rápidamente. La historia es de una joven que es entrenada desde pequeña en una especie de instituto de agentes secretos donde le enseñan todo tipo de cosas y es a partir de su incomodidad con esa vida es que decide fingir su muerte e ir a la escuela en otra ciudad y con otra familia. A partir de allí se suceden una serie de hechos descabellados como la película, tan descabellado como que puedan actuar Samuel L Jackson (que últimamente esta como Nicolas Cage haciendo cualquier tipo de cosa) Y Jessica Alba. Desechable AcademiaPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. AcademiaEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Academia
Chris Carpenter de «As Far as the Eye Can See» es Troy Mayfield, estudiante de décimo grado en programación para adolescentes en Lincoln High, un genio de las computadoras que siempre busca «el juego perfecto». Hijo de un programador, quiere crear un juego así, no solo jugarlo. Su amigo Nick ( Philip Solomon ) es su camarógrafo / publicista que lo empuja a publicar todas sus creaciones en «The App Store».
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