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La historia de un adolescente que se ocupa de los altibajos de ser letalmente atractivo.....Miradas que matanCritica: una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia......Miradas que matan
En algún lugar de la frontera entre México y Estados Unidos, un grupo de científicos realiza experimentos con animales, provocando un virus que transforma a las personas en una nueva especie de zombies.Y no se habla necesariamente de muertos vivientes, sino de algo más terrible, de lo cual un cuerpo de élite policiaco mexicano, en busca del líder de una organización criminal, se favorece en propio cuerpo.....S.O.Z. Soldados o ZombiesCritica: Hay varias cosas que me parecen entretenidas de esta estupidez, porque es una estupidez. Una es que no se requiere tener un mínimo de materia gris para disfrutarla; otra es que la caracterización de los zombies no está mal del todo; y la última es que los capítulos solo duran 25 minutos. El resto es pura bazofia. Pero hay sobre todo algo que me llama poderosamente la atención, a la vez que me incomoda sobremanera, y es el hecho de que los diálogos estén subtitulados cuando hablan los yankis y no el resto del tiempo. Personalmente, agradecería, o bien los subtítulos todo el tiempo, o bien cuando hablan los que lo hacen en otra cosa que no sea inglés. Imagino que habrá personas (¿?) que sean capaces de entender, incluso de sentirse cómodas con una retahíla insoportable de "pinche, chingado, güey, nomames, nomás, está padre" y sandeces por el estilo (soy incapaz de recordar tanta palabrería sin sentido). Y, ojo, no estoy diciendo que me parezca mal que cada cual hable como le venga bien, es que la repetición de las mismas palabras es insoportable (todo no puede ser "pinche"). El que mejor habla es el niño, y tampoco es que sea Cicerón.... S.O.Z. Soldados o Zombies
Elise Rainier (Lin Shaye) acepta a regañadientes utilizar su capacidad de ponerse en contacto con los muertos a fin de ayudar a una adolescente (Stefanie Scott) que se ha convertido en el blanco de una peligrosa entidad sobrenatural. Insidious: Chapter 3 La nocheCritica:Ver “Insidious” era como montarse en el tren de la bruja, una montaña rusa de clichés del género sabiamente mezclados por James Wan y Leigh Whannell. Su secuela directa suponía una inteligente vuelta de tuerca a lo que ya habíamos visto, pasando de los viajes astrales a los temporales sin despeinarse en absoluto, y siempre bordeando la delgada línea que separa la verosimilitud del esperpento en forma de espectáculo de marionetas. Juntas suponían un soplo de aire fresco a algunas ideas ya trilladas, como las casas encantadas o los espíritus y demonios. La nochePor ello, tratar de exprimir una idea que ya parecía marchita era un riesgo enorme, especialmente sin Wan en la silla de dirección. Y lo primero que llama la atención de este tercer capítulo es que su heredero, el propio Whannell, no se defiende nada mal con la cámara. Consigue no repetir los esquemas y maneras de su amigo, no hay imágenes aceleradas y en general la fotografía es efectiva, ya no parece que asistamos a un film con estética tan fría y luminosa que da la sensación de ser televisivo. La noche Whannell encuentra su propio camino como director, pero sólo desmarcándose de la estética de anteriores entregas, no porque acuñe un estilo personal. Porque le falta la capacidad de su compañero para recrear atmósferas y generar tensión, y en su lugar tira del susto fácil y los tópicos del cine de terror de bajo calibre, más cercano a la reciente “Ouija” que a “The Conjuring”, a la cual homenajea de una manera bastante graciosa.Sin embargo, su debilidad en la dirección podría perdonarse si hubiera sido capaz de ofrecer algo mínimamente original. Y aquí es donde falla “Insidious: Capítulo 3”. Hay muy poco en ella que te remueva en la butaca –quizá la figura de su villano, y algún momento conseguido, pero que recuerdan a lo ya visto en otras películas, como el ojo en la garganta-. Es una precuela que se contenta con ser, no con lo que puede dar de sí. Una propuesta de espíritus típica, sin más interés que pasar un rato entretenido –a veces, que le cuesta arrancar y tiene serios bajones de ritmo-, y donde lo realmente relevante transcurre en su media hora final, pero sin llegar a resultar escalofriante ni ofreciendo esa chispa de ingenio que la haga mantener el tipo con respecto a las anteriores. La noche
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