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Es el verano de 1987 y el recién graduado universitario James Brennan no puede esperar para iniciar un viaje largamente esperado a Europa. Desafortunadamente, los planes de James cambian cuando sus padres le informan que no le pueden pagar el viaje. Obligado a trabajar en un parque diversiones local, James se prepara para el peor verano de su vida, hasta que se enamora de una compañera de trabajo llamada Em.
Años 20. George y Serena son un apasionado matrimonio de recién casados que se trasladan de Boston a las montañas del norte de Carolina para montar un negocio maderero. George ya está acostumbrado a vivir en el campo, pero para Serena se trata de un hábitat completamente nuevo. A pesar de ello, pronto demuestra que está a la altura de las circunstancias. Pero la vida de la pareja comienza a resquebrajarse cuando Serena se entera de que nunca podrá tener hijos. SerenaCritica:Podría decirse que Jennifer Lawrence y Bradley Cooper se han consagrado como una de las parejas que mejor cuajan en pantalla. Lo demostraron muy bien en "El lado bueno de las cosas", una curiosa tragicomedia sobre los trastornos mentales; y en "La gran estafa americana", un film que no brilló por su calidad, pero si por la interpretación de sus actores. Ahora, cambiando completamente de registro, una vez más, se adentran en los preciosos bosques de las montañas de Carlina dando vida a Serena y a George, un apasionado matrimonio de recién casados, que se dedican junto a otro socio, a un importante negocio maderero de la región. Serena, a cuyas espaldas esconde un trágico pasado, lucha por acostumbrarse a la nueva vida lejos de la ciudad y por hacerse un eco en medio de las voces de los hombres. George, completamente enamorado de su esposa, confía ciegamente en las decisiones que ella decide tomar, por muy drásticas que éstas se le antojen. SerenaSerena podría definirse como una versión casi western de Revolutionary Road (qué casualidad, protaganizada también por otra pareja mítica en el cine). Los sentimientos encontrados y feroces son los mismos, al igual que el drama intrínseco en la historia. Pero lo que más destaca, de primeras, es la ambientación de fondo de esta profunda historia que late con corazón propio. El bosque, las montañas, la naturaleza salvaje, recrean la hermosura de un lugar en el que parece imposible sentirse desasosegado o infeliz. Aquí, Lawrence y Cooper pueden hacer alarde de sus dotes como actores, dando rienda suelta a su interpretación en situaciones extremas. Impresionante, desde luego, la joven muchacha de los Juegos del Hambre, que parece querer ser tan cambiante como su personaje en X-men. SerenaEn cuanto al resto, los personajes secundarios están encasillados en los papeles típicos y comunes de esta temática: El sherriff, el cazador misterioso, la joven solitaria, el amigo incuestionable y las sombras de los secretos. ¿La historia? Parece simple, pero los entresijos de la misma evolucionan poco a poco hasta dar de lleno en el espectador, que a duras penas puede prever los constantes y crudos giros argumentales. Serena
La amistad de una niña solitaria con un robot ultrasecreto convierte sus vidas en una aventura apasionante en la que intentarán desbaratar el plan de un villano malvado.
Cuando Colin Warner es condenado injustamente por asesinato, su mejor amigo Carl King dedica su vida a probar su inocencia. CrownCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. CrownEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Crown
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