En un futuro no lejano, en el que el planeta Tierra sufre una creciente desertización, Jacq Vaucan, un agente de seguros de una compañía de robótica, investiga un caso en apariencia rutinario cuando descubre algo que podría tener consecuencias decisivas para el futuro de la humanidad. Banderas produce y protagoniza este thriller futurista, que especula sobre lo que ocurriría si la inteligencia artificial superase a la humana. AutómataCritica:La ciencia ficción es un género difícil de desarrollar en España por dos razones diferentes. La primera razón es cultural: la sci-fi en cualquiera de sus subtipos no tiene una tradición sólida en nuestro país si no es combinada con la comedia; como en el caso de Acción Mutante; o, en su caso, utilizada como mera ambientación para contextualizar alguna reflexión del director (Los Últimos Días). La segunda razón es presupuestaria: la ciencia ficción es un género caro y España no es precisamente Hollywood: aquí tanto las productoras como las administraciones están mucho más limitadas económicamente y eso en la práctica acerca el resultado más a la serie B que a las grandes superproducciones estadounidenses. Es por eso mismo por lo que siempre miro con buenos ojos la valentía de creadores que, como Gabe Ibáñez, deciden romper con la tradición cinematográfica de nuestro país, mucho más cómoda con el costumbrismo "azconiano" que con los replicantes de Blade Runner, y ofrecer una nueva propuesta. Sin embargo, de la buena intención a la ejecución exitosa de la idea hay un largo camino lleno de obstáculos que el cineasta debe solventar con éxito si quiere que su película sea reconocida. En este caso no ha sido así por las razones que expondré a continuación, e imagino que muchos de vosotros compartiréis mi opinión. AutómataEn primer lugar la pobreza del guión, después de un primer acto interesante, se deja notar conforme avanza la trama.La historia es la siguiente: Antonio Banderas interpreta a un vendedor al servicio de una compañía de seguros que ha monopolizado la venta de robots doméstico-laborales; robots que han sustituido la mano de obra humana en un planeta semideshabitado y post-apocalíptico. La razón por la que la compañía ROC ostenta el monopolio del mercado de la Inteligencia Artificial no es otra que asegurar la lealtad de los robots a la especie humana a través del sometimiento obligatorio de todos sus productos a dos de las leyes de la robótica de Isaac Asimov, es decir: "los robots no pueden matar a un ser vivo" y "los robots no pueden mejorarse a sí mismos". Sin embargo, en un momento determinado, algunos robots empiezan a aplicarse reparaciones a medida, lo que vaticina que los protocolos de seguridad han sido quebrantados y que los robots van a evolucionar exponencialmente hasta convertirse en la forma de vida dominante. Al margen de que, como en toda película neo-noir que intente serlo, la aseguradora funcione más como una especie de subcuerpo policial armado que como una compañía de seguros de verdad; el planteamiento de la película es sugerente, pero el guión pierde solidez en cuanto se atisban las grandes preguntas, que ni se plantean ni se contestan; y lo que podría haber sido una película maravillosa sobre cómo el ser humano reflexiona sobre su extinción termina siendo solo una breve declaración de intenciones. Autómata
Conduciendo a través del kilómetro 31 de un camino solo, Agata Hameran golpea a un muchacho. Deja su coche para ayudar a la víctima y otro coche la atropella y se cae a un coma profundo. Su hermana gemela Catalina telepáticamente siente el dolor de Agata y oye su cuchicheo para la ayuda. Juntos con su novio Nuno y el compañero de Agata Omar, devuelven al km 31 del camino y averiguan que el lugar es rodeado por accidentes sobrenaturales causados por el fantasma de una madre que perdió a su muchacho hace muchos años. Adelante, Catalina revela que el espíritu de Agata se atrapa entre los mundos de la vida y los muertos.
Una madre joven que recientemente se ha quedado viuda lo hará todo para proteger a su hija mientras intenta descubrir la verdad sobre el asesinato de su marido.
Málaga, sur de España. Siete hombres, repartidos en cuatro coches, parten con un gran cargamento de droga en dirección a Creil, una ciudad cercana a París; una misión rutinaria que se complicará debido a una fatal sucesión de acontecimientos.
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