Vladimir y Hector, dos agentes secretos de carácter diferente, intentan recuperar un material secreto robado por unos intrusos....Espías en manadaCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Espías en manada
Con un poco de ayuda de su hermano y cómplice, Tim, Boss Baby intenta equilibrar la vida familiar con su trabajo en la sede de Baby Corp.
Cuando Erik Stifler se da cuenta de que es el único miembro de su familia que podría acabar el instituto sin haber perdido la virginidad, decide que tiene que estar a la altura del legado recibido. Después de algunos consejos bienintencionados del padre de Jim, Erik está listo para arriesgarse en el fin de semana más escandaloso jamás vivido...
Charlie (Michael Douglas), un hombre mentalmente inestable, después de pasar dos años recluido en un centro psiquiátrico en California, trata de convencer a su hija Miranda (Evan Rachel Wood), una adolescente, de que, desde los tiempos de la dominación española, hay oro enterrado en alguna parte del extrarradio de la ciudad.
Un accidente industrial causa un terrible incidente medioambiental en una bucólica ciudad del medio-Oeste americano, cubriéndola en una nube tóxica. Jack, un profesor universitario que ha vivido rodeado del ruido blanco de la alta tecnología, las señales electromagnéticas y el consumismo, se ve obligado a enfrentarse a su propia mortalidad....Ruido de fondoCritica; A lo largo de su carrera, Noah Baumbach ha ido jugueteando con el humor, los sentimientos más profundos y el drama social -en ocasiones por separado y en otras mezclándolos en la misma película- consiguiendo crear varias grandísimas obras que son referentes claros y evidentes del cine independiente americano. Películas como “Una historia de Brooklyn”, “Frances ha”, “Mientras seamos jóvenes” o la más reciente -y también para Netflix- “Historias de un matrimonio” nos enseñan que el director neoyorquino es uno de esos privilegiados que están muy capacitados para contar historias pequeñas -pero tremendamente interesantes y certeras- sobre las personas y cómo actuamos en determinadas situaciones.El pasado nueve de diciembre llegó a nuestra cartelera “Ruido de fondo” -a Netflix llegará el próximo 30 de diciembre- su nueva película donde Baumbach está más desatado que nunca, a un nivel en que no le habíamos visto anteriormente. En esta ocasión el director y guionista estadounidense ha decidido adaptar el libro homónimo de Don DeLillo y no tengo claro hasta que punto ha conseguido salirse con la suya. La novela de DeLillo -y la película de Baumbach- trata sobre una familia tremendamente particular que se ve envuelta en una serie de situaciones surrealistas que tienen que decidir cómo manejar de la mejor manera posible -estoy siendo parco en palabras para no revelar más de la cuenta-. El primer problema que encuentro en la adaptación es, precisamente, la dificultad de adaptar a DeLillo. La novela es una de esas historias que tienen un tono tremendamente particular y personal -como todo lo que ha escrito el autor, dicho sea de paso- y pasar ese tono satírico, de humor negrísimo, y plagado de situaciones surrealistas a la gran pantalla es una tarea ardua y tremendamente compleja. Especialmente porque al no tener en todo momento la perspectiva de lo que piensan los personajes -aspecto importante en el libro- el guion debe intentar ingeniárselas para resultar convincente sin ese aspecto. Y no sé si lo acaba de conseguir.... Ruido de fondo
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