Para salvar París de un baño de sangre internacional, una científica en duelo se ve obligada a enfrentarse a su trágico pasado cuando un tiburón gigante aparece en el Sena.
Eugenie tiene un don único: escucha y ve a los muertos. Cuando su familia descubre su secreto, a finales del siglo XIX, su padre y su hermano la llevan a la clínica neurológica de La Pitié Salpêtrière sin posibilidad de escapar a su destino. Su destino se entrelaza con el de Geneviève, enfermera del hospital.
París 2020. Mientras los superhéroes se han asimilado a la sociedad parisina, descubren una nueva droga que les otorga superpoderes personales a meros mortales. Los tenientes Moreau y Schaltzmann están investigando el caso con el apoyo de dos ex superhéroes, Montecarlo y Calista. Harán lo que sea necesario para desmantelar el tráfico. Pero el pasado de Moreau resurge y la investigación se vuelve más complicada. Cómo me convertí en superhéroe CriticaSi algo debe tener una película de superhéroes, además de un guion solvente y de unos efectos visuales convincentes, es un héroe y un malvado con personalidad propia, de esos que se recuerden, al menos, un tiempo después de acabar la película.Y “Cómo me convertí en superhéroe” no los tiene. Porque el héroe, durante gran parte de la trama, es anónimo y no tiene intención de sacar lo mejor de sí mismo. Para cuando decide demostrar lo que vale, se podría decir que otros han hecho su trabajo; y en cuanto al malvado, es un personaje diseñado sin ganas, sin el carisma que merece.La película tiene una trama poco original, ambientada en una sociedad que ha dado normalidad a las personas con poderes. Bajo esta premisa, el guion no necesita esconderlos entre la multitud, y así puede desarrollar otras premisas, como la necesidad de algunos jóvenes de probar los poderes con una sustancia de contrabando. Esa curiosidad, esa necesidad de tener lo que no se tiene podría haber sido un argumento interesante sobre la que reflexionar.Sin embargo, la historia se limita a ser una película de acción del montón, de esas que se ven y casi se olvidan inmediatamente. Muy lejos de las entregas de Marvel tanto en ambición como en factura, “Cómo me convertí en superhéroe” recurre a un tono cómico desenfadado para una historia sencilla en la que una pareja de policías investiga el caso. Como si fuese una buddy movie entre colegas, las tensiones entre ambos compañeros son parte importante de la trama, con altibajos y complicidad a partes iguales.En general, el conjunto funciona aunque sea a medio gas, especialmente durante sus dos primeros tercios. Es en el tercero, ese difícil momento en el que cerrar las tramas, en donde la película echa el falta algo más de presupuesto para su conclusión a la altura. Pero en este tipo de películas está claro que la ambición es la que es… y el presupuesto también. Cómo me convertí en superhéroe
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