Enamorarse no es cosa fácil para las adolescentes Juliette y Calíope. Una es vampira, la otra es cazavampiros... y las dos están listas para matar....La primera muerteCritica: La nueva propuesta de drama adolescente para la plataforma roja, llega a nosotros con un argumento bastante trillado. Nos encontramos ante un Romeo y Julieta renovado, en clave de ciencia ficción y con un tono LGBTIQ+. Pero aunque “First kill” no nos cuente nada nuevo, y se quede en muchas ocasiones en la superficie, la historia tiene la suficiente potencia como para dejarse ver. El guión, que es bastante lineal, con algún que otro agujero de estaca, fluctúa entre filosofadas y problemas adolescentes, hundiéndose en muchas partes para en otras pasar casi de puntillas. En el apartado actoral, funciona muy bien la pareja de julietas. Sarah Catherine con su introvertida pero potente Juliette y Calliope la empoderada y enigmática forastera interpretada por Imani Lewis. Se les ve cómodas y las escenas fluyen con química, algo indispensable en este tipo de productos. Destacan sobre el resto tres actrices, Gracie Dzienny (Elinor), Elizabeth Mitchell (Margot) y Aubin Wise (Talia Burns). La fotografía nos presenta algún que otro plano interesante y una iluminación un tanto elaborada que siempre acompaña a la escena. El diseño de producción, como es ya habitual en los productos de plataforma, goza de una encomiable salud y su música incidental está muy bien elegida. Pese a que la intro no termina de convencer y algún que otro efecto especial baila, podemos decir que la factura es merecedora de un notable. En definitiva, si lo tuyo son los vampiros, deja que “La primera muerte” te clave sus colmillos y derrame las cantidades ingentes de drama adolescente que tiene para ti. No llegará a convertirte, pero habrás pasado un gran rato viendo sus 8 capítulos de 60 minutos de duración y terminarás teniendo la sed suficiente para una segunda temporada..... La primera muerte
Una pareja que viaja en un avión pequeño para asistir a una boda en una isla tropical debe luchar por sus vidas después de que su piloto sufre un infarto....Horizonte mortalCritica: Película simple para consumir en casa. La sinopsis de Filmaffinity es perfecta: dos jóvenes con relación tensa de ida y vuelta se van de viaje en avioneta para asistir a una boda y les acaba pasando de todo.Las grandes ventajas son: película más bien corta y ágil de 90 minutos, argumento simple y lineal contado con buen ritmo, protagonistas atractivos y simpáticos, y visualmente eficaz. Me ha sorprendido lo razonablemente bien que están rodadas las escenas de la avioneta.Evidentemente el film no resiste ningún analisis sesudo sobre guión, caracterización de personajes, etc etc pero si lo que buscas es entretenimiento simple debería ser capaz de satisfacerte.Modesto film que cuenta como una pareja que realiza un viaje privado en un pequeño avión de pronto debe pilotear la nave al sufrir su conductor un infarto. Por supuesto que les pasará un poco de todo lo imaginable y lo que no, pero al menos logra entretener. Ayuda a su cometido su duración, la buena fotografía y las correctas interpretaciones. En síntesis es un film pequeño, sin grandes aspiraciones pero que basta para pasar un rato entretenido y poco más...magnet:?xt=urn:btih:7E483B02F133FE5BD15B6535AE45FE2D11C5C7E8&dn=Horizon.Line.2020.lati.mp4&tr=udp%3a%2f%2ftracker.openbittorrent.com%3a80%2fannounce&tr=udp%3a%2f%2ftracker.opentrackr.org%3a1337%2fannounce...Horizonte mortalPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Horizonte mortalEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Horizonte mortal
Cuatro chicos de Harlem conviven con la música rap (del cual uno intenta convertirse en un gran DJ), las máquinas recreativas del bar al que van cuando hacen novillos, y las bandas callejeras. Bishop, el más influyente del grupo, convence a los demás para atracar un ultramarinos. Este hecho marcará su amistad y sobre todo sus vidas.
Narra el viaje de realizan un padre alcohólico y su distante hijo desde Montana a Nebraska para recoger lo que cree que es un premio de un millón de dólares.Critica:A los pocos segundos de comenzar "Nebraska", Woody, el protagonista de esta historia, es interrogado. Las preguntas son, en apariencia, sencillas: ¿De dónde viene?, ¿Hacia dónde va?. Sin embargo, las respuestas dadas por el personaje que interpreta magistralmente Bruce Dern, son demoledoras, complejas, y a la vez, de una simplicidad que desmonta por completo al espectador antes de darse cuenta de que está delante de una pantalla. En ese mismo momento, Alexander Payne, desde su posición de narrador privilegiado, abre una ventana al fondo del corazón de un microuniverso cercano en el que la honestidad de un relato construido desde la mirada perdida del miedo a un final incierto, susurra con calidez su mensaje desolador y esperanzador al mismo tiempo.Es "Nebraska" una road movie, que poniendo su vista en la perfecta "Una historia verdadera" de David Lynch, ofrece un viaje tanto a sus protagonistas como al patio de butacas. Un recorrido desnudo y carente de colorido por las raíces nudosas de una América deconstruida a través de relaciones familiares disfuncionales. Un mundo carente de falsa moral, donde la sinceridad se erige como base de un relato que admite tantas dobles lecturas, que la visión de esta obra maestra, termine reportando beneficios ingentes para la audiencia. Dudas existenciales, remordimientos vitales, errores, éxitos y fracasos se pasean por delante de la cámara en un desfile narrativo emocionante que apunta directamente al fondo de las emociones más humanas.Alexander Payne, tras sus notables precedentes, consigue con "Nebraska" redondear su filmografía con una cinta perfecta que, desde la nostalgia del blanco y negro, se perfila como una fábula sobre el pasado, presente y futuro, cuyo mensaje se escribe con letras doradas en la retina de un público consciente del cariño con que el realizador perfila su obra maestra. De la mano de un Bruce Dern demoledor, en la cima de su madurez artística, y de un Will Forte entrañable; la odisea surrealista de Payne, encierra en su interior momentos de gran cine: humor surrealista, dramatismo sobrecogedor y cuestiones éticas, mezcladas en una narración ejemplar vertebrada por un trabajo desnudo y sincero como pocos en el presente curso cinematográfico.
Serie de antología se centra en los encuentros con sirenas, ángeles caídos y otras bestias extrañas que llevan a las personas destrozadas a cometer actos desesperados en un intento de reparar sus vidas, mostrando en última instancia que hay una delgada línea entre el hombre y el monstruo.
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