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Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo intentando sobrevivir en diferentes situaciones. Durante todo ese tiempo, Chirón tendrá que hacer frente a la drogadicción de su madre y al violento ambiente de su colegio y su barrio. Moonlight LuzCritica:En esta historia contada en 3 actos el director Barry Jenkins demuestra gran talento, especialmente en la dirección de actores, haciendo un hermoso uso de los silencios —a veces algo excesivos— y de la oportuna inserción de la música en breves momentos claves del drama. Una escena en la que la cámara está ubicada en la superficie del mar siguiendo al protagonista niño es una verdadera delicia visual. También es conmovedora la forma en que resolvió una escena en la playa cuando el protagonista ya adolescente interactúa con un amigo con la excusa de fumar un porro. LuzAhora bien, a mi no me pareció una mala película pero tampoco como para decir ¡wow! como ha hecho la crítica (especialmente la yanqui). Me parece que el guión pecó de una ambición desmedida: intentó hacer un recorrido por el bullying, por la homofobia, por la no asunción de la sexualidad, por el virtual abandono materno, por la soledad lacerante, por el mundo de la drogadicción y por un muy poco probable, y menos aún creíble, perdón. Nada de esto es desarrollado, apenas si se presenta y muchas veces tan solo se enuncia y se pasa a otra cosa.Hay personajes que fueron muy bien presentados pero que luego desaparecen sin explicación y los 3 episodios en que está dividida tienen entre sí saltos inexplicados, por ejemplo ¿cómo es y por qué el adulto se convierte en un fisicoculturista?Tiene momentos cinematográficos estéticamente muy bellos pero a mí no me transmitió algo fundamental: la emoción. La vi dos veces e intenté empatizar con el relato, pero fue como intentar darle un beso en el hocico a una jirafa. Habrá que verla y cada uno sacará sus conclusiones, en la mía repito un concepto que ya usé tomo título en otra reseña: bajo la luz de la luna sobrevalorar es gratis. Luz
Para su familia y amigos, Cody Banks es el típico adolescente, le encanta montar en monopatín, odia las matemáticas y se siente un completo imbécil delante de las chicas. Pero Cody guarda un extraordinario secreto: es en realidad un agente encubierto de la CIA. Cody está viviendo el sueño de cualquier niño, puede conducir un coche como un especialista, cuenta con un arsenal de artilugios y su jefa, la agente Ronica Miles, está buenísima. Pero el entrenamiento de Cody se pone a prueba cuando tiene que hacerse pasar por estudiante y hacerse amigo de Natalie Connors, para espiar a su padre, un científico que está desarrollando una partida mortal de nanorobots para la malvada organización ERIS. Desde persecuciones en coche o motos de nieve hasta un final espectacular con una pelea en lo alto de una montaña, Cody tiene que usar todo lo que le han enseñado para demostrarse a sí mismo que es un superagente y parar a ERIS.
Podría parecer que esta es la última película sobre las aventuras de dos compañeros policía, pero hay un problema, ninguno de los dos lo es. Cuando los dos amigos se disfrazan de agentes de la ley para una fiesta de disfraces se convierten en la sensación del barrio. Al ver el inmenso poder que les ofrecen estos uniformes los dos compañeros deciden aprovecharse al máximo de esta nueva situación de autoridad. Pero cuando estos dos héroes de nuevo cuño se ven enredados en una trama mafiosa de la vida real deberán decidir si poner sus placas falsas en acción o faltar a su deber como falsos policías. Let's Be Cops Agentes del desordenCritica:Arranca como una trivial introducción en el mundo del capitalismo; dos mindundis son repelidos por el sistema y están condenados al desprecio y a la marginación social, son ninguneados en sus puestos de trabajo, de baja autoestima y con una propensión a salir mal parados de todo tipo de situaciones vitales que se les presenta por delante: dos fracasados en toda regla. Hasta que de repente les da por usar dos disfraces de policía muy reales, para hacerse pasar por agentes de la ley e ir por la ciudad en busca de aventuras. Agentes del desordenLo que puede dar lugar a un entretenimiento verdaderamente hilarante en la mente de uno, es en realidad una agonía camuflada tras una idea que convence por mera inercia, pero que no se sostiene por puro patetismo que presenta la realización. Desarrollo lamentable, ineptitud en la dirección. El resultado es un descafeinado divertimiento que dejará a muchos insatisfechos debido a la renuncia del empleo de un humor más gamberro y desmedido, y por consiguiente (aunque no lo parezca) unas cinco veces más inteligente. Agentes del desordenEl personaje de Damon Wayans Jr., simplemente me irrita, no para de cortarle el rollo al otro, comiéndole el tarro sin para un solo instante, convirtiéndose en una verdadera pesadilla. Apreciar sus esquizofrénicos brotes... me saca de quicio. Pero no, que eso es lo que supuestamente es divertido. El feeling entre los protagonistas es nulo, todos los secundarios están mil veces mejor (algo bueno tenía que tener la película, sí sí, es curioso), y en líneas generales, la película en sí es una idiotez de dimensiones desproporcionadas. Pero no en el buen sentido, el que uno asocia a una diversión disparatada, sino en el del frikismo yanki más absoluto. Agentes del desordenEl final, como no, made in Hollywood, moralina hipertrofiada en medio de un desenlace patético y cobarde, sin sentido alguno y blando e insulso como la película sola. Por un momento hasta parece bueno, ya sabéis, esa fórmula con la que se les da tan bien agitar las conciencias de la peña y esta salga contentos del cine después de haber presenciado hora y cuarenta y cinco minutos de mierda, pero aquí no. En otra película de mayor criterio y que presente un mayor grado de amor propio que evite, al menos, de incurrir en ser objeto de vergüenza ajena, hubiera quedado bien; si la película me hubiese pareciedo buena a mí también me convencería ese tipo de final, pero aquí sí que se han columpiado. De tal modo que lo único que aciertas a decir es: "Vaya mierda. Venga, ¿y qué más? Jajajaja, que puta mierda" Luego, como de costumbre están los créditos, que son los que encierran el material gracioso de la película. Asi que esa es la estrategia, ¿no? Hacer una mierda de película, con un final repleto de falsa moral y hacer unos créditos en teoría graciosos, pero que en realidad sean objeto de puro estúpido, una vez más. Así ahorramos en dinero y en ingenio, no pensamos, le damos al piloto au tomático y emitimos la bazofia que salga. Joder, yo con 15 años concebiría una película mejor, más divertida. Inútiles... Ponen a retrasados a cargo y pasa lo que pasa. Dadle un boli a un mono y ya tenemos la secuela. Agentes del desorden
El Apolo 13 inicia su viaje a la luna en abril de 1970. Cuando la tripulación está a punto de llegar a su destino, una explosión en el espacio les hace perder oxígeno, energía y el curso de la nave... Todo se convierte en una situación desesperada para los tres hombres tripulantes, especialmente cuando el oxígeno amenaza con agotarse. Mientras, el mundo entero, que apenas un año antes conoció la gloria de la aventura espacial cuando el hombre pisó la luna, contiene la respiración a la espera de ver cómo acaba tan angustiosa espera.
La tribu cuenta la historia de Virginia, una mujer trabajadora que recupera el contacto con su hijo Fidel, que fue dado en adopción. Para disfrutar del tiempo libre, Virginia se ha unido a un grupo de baile de streetdance ('Las Mamis') cuyo ritmo le alegra y anima; además de salir de la monotonía de la vida diaria. Mientras ambos comienzan a conocerse y crear una unión de madre-hijo, el baile supondrá un nexo entre ellos en el que descubren que más allá de tener en común el parentesco, en la sangre llevan el ritmo. La tribu es una película de comedia dirigida por Fernando Colomo (Isla bonita, Al sur de Granada) que cuenta con la presencia de Carmen Machi (Pieles, Ocho apellidos vascos) y Paco León (Embarazados, Kiki, el amor se hace) entre otros.
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