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Cuando la cuadrilla de Scooby visita un rancho del ciudadano, descubren que y la ciudad cercana ha sido frecuentada por un vaquero fantasmal, Dan Atildado, que dispara el verdadero fuego de sus útiles de chimenea. ¡El misterio sólo se hace más profundo cuando el it†™s descubrió que el fantasma también es el pariente mucho tiempo perdido de Rogers Peludo!
Una guía turística griega llamada Georgia intenta recuperar su kefi mientras guia a un grupo variopinto de turistas por Grecia y les muestra la belleza de su tierra natal. En el camino, se las arregla para abrirles los ojos a las maravillas de un país exótico extranjero y ella misma empieza a ver el mundo con otros ojos.
Inspirada en hechos reales, Cincuenta tartas para Jane nos cuenta la vida de dos íntimas amigas veinteañeras de Los Ángeles. La extrovertida Corinne convence a Jane, tímida, y muy buena pastelera, para que durante un año vaya por los bares con tartas para conocer a gente y ganar confianza. Pero Corinne recibe un diagnóstico que le cambia la vida y las dos amigas se enfrentan a algo desconocido.....La vida es un pastelCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La vida es un pastel
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