Frank Martin (Jason Statham) es un indiscutible especialista en entregas de alto riesgo. En esta ocasión se verá obligado, bajo amenazas, a trasladar dos voluminosas bolsas y a una joven ucraniana, Valentina (Natalya Rudakova), desde Marsella hasta Odessa. ¿Qué hay en las bolsas? ¿quién es la chica? ¿qué hay detrás de esta entrega? Frank no conoce las respuestas, pero lo que realmente no sabe es la trampa que le ha tendido el adversario más despiadado y peligroso que nunca se ha encontrado... Transporter 2 El transportador 2Critica:No todo iba a ser glamour, ni acción de calidad. También hay espacio para una sandía como "Transporter 2" en esta ciudad, que no capital sino la desconocida Tallahassee, del estado de Florida. Nos encontramos en esta ocasión con el regreso del pintoresco conductor o transportista, Frank Martin (Jason Statham) en una aventura que viene a ser una versión cutre de "El fuego de la venganza". He de decir que me ha parecido un poco más inteligente y con más lógica, por decirlo de alguna manera, que la original. Sin embargo, la otra es tan descabellada que me hizo reír un rato, cosa que no consigue ésta. Por lo tanto, lo comido por lo servido, quedan en empate. El transportadorEl principal defecto de esta película es que está llena de fanstasmadas y ridiculeces. Por lo que veo hay espectadores a los que no les importa atentar contra el sentido de la realidad, cosa que ya desde "Con la muerte en los talones" ha quedado clara. Sin embargo, precisamente que la acción sea verosímil es lo que distingue un buen trabajo de otro que se acerca a la bazofia. Si pones que una puerta de madera corriente y moliente, funciona como una especie de chaleco antibalas, es una parida, al no ser que lo viéramos en "Agárralo como puedas" en plan parodia. Por último, desastrosa la mala, delgada, pelona y feucha. Es que no es ni sexy. Prefiero la colegiala del principio. El transportador
Un joven nigeriano-americano que trabaja en el mundo financiero tendrá que afrontar el amor, la familia y las drogas cuando su ambición le lleva por un mal camino. PriceCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. PriceEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Price
La joven Young-goon está internada en un psiquiátrico porque cree que es un cyborg. Se niega a ingerir comida y se alimenta sólo de pilas y baterías eléctricas porque cree que, como ser cibernético, sólo necesita electricidad. Su actitud cambia cuando entabla amistad con Il-soon, un joven que se oculta constantemente tras una máscara.
Los sinvergüenzas favoritos de todos, los Aqua Teens, y el vecino pervertido favorito de todos, Carl, se separan y vuelven a estar juntos para luchar contra el señor corporativo favorito de todos, Amazin, liderado por el magnate de la tecnología favorito de todos, Nei y su compañero científico de confianza, Elmer....Aqua Teen Forever: PlantasmCritica: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Aqua Teen Forever: Plantasm
El joven padre Will (Hayden Christensen) lleva a su familia en de viaje a una cabaña en el bosque. Por el camino, el Jefe de Policía (Bruce Willis) les aconseja tener cuidado, pues ha habido un robo en el banco local. Mientras están de caza, Will y su hijo Danny son testigos del intento de asesinato de un hombre tras otro intento de atraco a un banco, que esta vez ha salido mal. First Kill disparoCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. disparoEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. disparo
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