Planeta Tierra, 9177. Los restos de la humanidad viven en un entorno postapocalíptico dividido en sólo dos clases sociales: el rey gobernante y los oligarcas que habitan el Edificio Representativo y los pobres del mundo que sobreviven a duras penas en los barrios marginales construidos a su alrededor.
Eddie Brock y su simbionte Venom todavía están intentando descubrir cómo vivir juntos cuando un preso que está en el corredor de la muerte se infecta con un simbionte propio. Venom: Habrá matanzaCriticaYa se está cansando de la actuación, y el confinamiento le sirvió para apreciar el arte de hacer pan. Alguien pensará que es una broma, ¿pero no es acaso lo más sensato viendo sus últimos trabajos? Me gusta Tom Hardy. El actor británico de 44 años se fue ganando cierto renombre en la década del 2000, más en concreto alrededor de 2010. En 2011 hizo una película bastante buena llamada Warrior. En su día poca gente la conocía pero con el tiempo ha ido ganándose un hueco. En Peaky Blinders se robaba la serie cada vez que salía. Ya en El renacido, Mad Max o Dunkerque su presencia se hacía notar, pero fueron papeles en los que apenas tenía líneas de diálogo.Ahora ya viendo sus últimos trabajos, incluyendo esta horrible Venom 2, sólo veo a Tom Hardy pidiendo a gritos abandonar este oficio. Ya ni se esfuerza en disimularlo. En Capone, esa inclasificable obra que no sabes si pretende ser un drama o una comedia, sólo le faltaba pegarse un cartel en la frente que dijera "SOLTADME". Ojalá me equivoque y veamos más papeles buenos de él en un futuro, pero verle desperdiciar así su talento me duele.Ya la primera Venom fue espantosa, con un CGI que dañaba a la vista, una trama que ya nos sabemos de memoria, chistecillos insulsos y diálogos dignos de un Razzie. Incluso hacía quedar a Michelle Williams de mala actriz. Pues bien, esta es aún peor.Se limita a contarnos otra vez lo mismo, no hay sorpresas ni giros de tuerca, nada. Incluso reciclan cosas de Spider-man 3. El mundo ha avanzado 3 años pero el de los efectos especiales se quedó atrapado en 2004. La película sólo dura unos 80 minutos, lo cuál sería malo si hubiese algo que desarrollar. Todos los actores están para cobrar el cheque e irse a rodar algo con más sustancia.Menos Hardy, que lo único con sustancia que se irá a hacer es un pan de centeno.Veo que está anunciada una peli llamada Shackleton, en la que Hardy será el protagonista. Espero que le recuerden lo que es el cine y nos vuelva a sorprender con su actuación. Y si no, espero que le vaya bien con su pan casero. Venom: Habrá matanza
Adam Reed es un piloto de caza que viaja en el tiempo. Cuando se estrella en el año 2022, conoce a su yo de 12 años y juntos emprenden una misión para salvar el futuro... El proyecto AdamCritica:El Proyecto Adam (The Adam Project) es reconocible ya inicialmente. Si vemos a Ryan Reynolds pilotando una nave mientras vacila a sus perseguidores, ya suponemos que hemos hecho pie en pleno cine de evasión, frenético y entretenido. Y la idea es certera. La película es un auténtico bufé libre de palomitas, lo cual no es nada particularmente malo si la elaboración es cuidadosa. A poco que hayamos visto un poco más sabremos que un espejo, bastante diáfano, en el que mirarse es el de los años 80.No porque la situación se sitúe ahí. Más bien porque conceptualmente recuerda a clásicos de aquella década, y porque abundan unos homenajes clarísimos. La buena noticia es que la película alcanza sus objetivos, y obtenemos exactamente lo que esperamos de ella. El caso es que en el año 2050 los viajes en el tiempos son posibles, y se ejecutan a través de unas singulares naves. Uno de los pilotos de esas naves es Adam Reed (Ryan Reynolds) que, tras ser perseguido por motivos que entenderemos más tarde, acaba aterrizando en 2022.Casualmente aterriza cerca de la casa de su yo de doce años, un joven Adam (Walker Scobell). El encuentro entre ambos hace recordar a la versión adulta cómo eran las cosas a esa edad. Era un freak al que los matones apalizaban a diario. Pero sobre todo era un niño afectado por la muerte de su padre, ocurrida poco antes. Tras un momento de asombro, el Adam mayor cuenta al pequeño qué es lo hace allí. Su intención era ir a 2018 a cambiar el pasado, pero cae en 2022 accidentalmente. La misión le concernía a él personalmente, pero también al futuro de la humanidad. Con la ayuda del Adam de 12 años tratará de completar la misión que tenía en mente.... El proyecto Adam
Un peligroso asesino llamado Simon Phoenix es congelado en una cárcel criógena. Años después despierta en una ciudad sin ley y con una sociedad llena de criminales, donde nadie puede evitar que cometa sus acciones favoritas. Solo Spartan, el policía que lo detuvo en 1996, y congelado por un crimen que no cometió, puede acabar con él…
En el año 2045, Motoko Kusanagi y la Sección 9 se enfrentan a una nueva y peligrosa amenaza en esta reedición en formato película de la primera temporada de ‘SAC_2045’...Ghost in the Shell: SAC_2045. Guerra sostenibleCritica: una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Ghost in the Shell: SAC_2045. Guerra sostenible
Tasya Vos es una agente de una organización secreta que utiliza implantes cerebrales para controlar el movimiento corporal de otras personas, obligándolas a cometer asesinatos que benefician a toda clase de peces gordos del mundo corporativo. Un día, durante una misión rutinaria, algo sale mal. La agente Vos se ve atrapada dentro de la mente de uno de los sujetos que trataba de controlar, cuyo apetito por la violencia se acaba convirtiendo en su peor aliado, superando incluso el suyo propio.Possessor: Controlador de mentesCritica:Brandon Cronenberg sigue la estela de su padre y se ha sacado de la manga un thriller de ciencia-ficción que es reflexivo, hiperviolento cuando toca y… bastante peñazo. Ya os digo que si fuera un episodio de Black Mirror sería mucho mejor.Possessor: Controlador de mentesEn los primeros diez minutos la cinta establece las interesantes normas del universo con un prólogo que nos mantendrá expectantes. Mola lo que vemos y cómo lo vemos. Lo malo es que a partir de ahí el ritmo de la cinta es de cocción lenta y tendremos escenas pausadas con diálogos largos y hasta una música demasiado relajante. No esperéis un thriller con acción trepidante.Parece que consciente de ello, Cronenberg saca a relucir la violencia explícita al servicio de una historia que, hay que dejarlo claro, se alarga en exceso. Sí, los apuñalamientos sangrientos, los disparos contundentes y las heridas viscerales duran lo suficiente en pantalla para despertarte incomodidad. Es de esa violencia que TE DUELE verla.Es una lástima porque por mucha violencia que haya tienes la amarga sensación de no sentir una conexión emocional con los personajes. A pesar de que están bien desarrollados y su exploración psicológica es potente, parece que ni la cara de palo de Riseborough o el intermitente Abbott (aunque en los momentos de ira se sale).Possessor: Controlador de mentesPero hay cosas positivas, claro. Cuando aflora en pantalla la lucha disociadora entre húesped y parásito la estética visual sube a otro nivel. No sólo veremos elegantes tonos azules o rojos sino que también el montaje fardará de tener momentos alucinatorios con flashes, filtros de colores e imágenes fusionadas. Ahí es cuando la música es un personaje más y MOLA.Possessor: Controlador de mentes
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