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Lea, de diecisiete años, pasa sus vacaciones de verano sin otro plan que el de broncearse con su mejor amiga en el jardín trasero de su casa, mientras intenta no involucrarse en los problemas de su agobiada madre y consumir drogas con un grupo de chicos de su colegio. Esta monotonía se ve interrumpida por un encuentro casual con Tom, un hombre mayor que promete una alternativa a la insatisfactoria vida adolescente de Lea. La muchacha cae rendida ante el encanto carismático de Tom, quien ejerce sobre ella un control creciente que la aísla de su círculo habitual. Lea no tarda en descubrir que las intenciones de ese hombre no son lo que parecen.
Rudolph es un chico de trece años que es además vampiro. La vida del joven se complica en el momento en el que un prestigioso cazavampiros comienza a perseguirles a él y al resto de su clan. En medio de esto, Rudolph conoce a Tony, un humano de su misma edad al que le fascinan los castillos abandonados, las tumbas y los vampiros. Así, Tony ayudará a Rudolph en sus batallas contra sus enemigos a medida que se salvan el uno al otro, forjándose de esa manera una bonita amistad. Der kleine Vampir vampiroCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. vampiroEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. vampiro
Bienvenido a Paranoia, el mejor juego de escape. Regla 1: Nada es real. Regla 2: Uno de ustedes morirá. Lucas y Chloe, dos jugadores apasionados, deciden participar en Paranoia, un juego de escape muy exclusivo. Después de resolver un primer enigma, llegan a la ubicación de la final en un hospital psiquiátrico abandonado, perdido en un bosque aterrador. Allí, otros cuatro participantes los están esperando. Pronto se dan cuenta de que solo uno de ellos saldrá vivo de allí.
Bruja Escarlata y Visión de Marvel Studios combina el estilo de «sitcom clásicas» con el Universo Cinematográfico de Marvel. Wanda Maximoff y Visión, dos seres súper poderosos que viven sus vidas cotidianas ideales, comienzan a sospechar que no todo es como parece. WandaVisionCritica: Los fans de Marvel pueden estar de alegría, puesto que con el lanzamiento de Wandavision arranca oficialmente la esperada Fase IV del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por sus iniciales en inglés), la cual debería haber comenzado incluso antes con el estreno en cines Black Widow en mayo de 2020, pero probablemente ni siquiera el Dr. Strange hubiera podido predecir lo que sucedería en el planeta Tierra en dicho año… En este sentido, Wandavision supone varios hitos importantes: no sólo rompe con más de un año de sequía en cuanto a estrenos del MCU por culpa de la crisis del Covid, sino que se trata además de la primera serie de Disney+ del 2021 y, más importante, la primera serie realmente anclada dentro el MCU (pues otras, como Agent Carter, no forman parte propiamente del mismo).Dirigida en su totalidad por Matt Shakman y protagonizada por Elizabeth Olsen y Paul Bettany (retomando sus respectivos papeles como Wanda Maximoff – alias Bruja Escarlata – y Vision), se trata de una propuesta deliberadamente transgresora y ambiciosa, que combina elementos surrealistas, psicodélicos y de sitcom americana de los años 50 en adelante.La historia arranca con Wanda y Vision viviendo juntos, casados, felices, en blanco y negro. Se acaban de comprar una bonita casa en la típica zona residencial estadounidense y forman una pareja convencional más de principios de la segunda mitad de siglo: ella es ama de casa, él un empleado modelo. Sin embargo, parecen confundidos y, tras esa realidad aparentemente idónea y sin fallas, pronto empiezan a sobresalir desajustes, haciéndonos sospechar que no todo es lo que parece…Temporalmente, sabemos que la historia se sitúa después de los eventos de Avengers: Endgame. Sin embargo, los colores brillantes de Infinity Stones parecen haber dejado paso al blanco y negro, al menos al principio… los trajes de superhéroe vistosos y los alienígenas parecen también olvidados…todo esto con la aparente intención de transportar a la romántica pareja de los Avengers (y, de paso, a nosotros espectadores) al universo de la televisión y de las sitcom estadounidenses de los 50 (con la célebre I love Lucy), de los 60 (con la inolvidable Bewitched y destellos de la inquietante atmósfera de The Twilight Zone), de los 70…en suma, un país de las maravillas "retro" basado en lo mejor de las sitcom estadounidenses en el que Wanda y Vision parecen ser la anomalía, exactamente como a menudo lo eran los protagonistas de estos programas.Así, el resultado es una visión más simpática y estrambótica que perturbadora o disonante, en la que haber tomado prestados los códigos de la sitcom resulta en un auténtico deleite para el espectador. Además, envuelve la historia en un sugerente halo de misterio, al tiempo que sumerge a los seguidores en un eficaz desconcierto ante esta propuesta extravagante de Marvel Studios, que uno no termina de saber del todo hacia dónde se dirige. En cualquier caso, resulta fácil entrar en la historia y cogerle el punto a la mezcla de géneros y estilos que propone. Y asimismo, resulta llamativo que sea el cine de superhéroes, que nos tenía acostumbrados a producciones con crecientes aires de videojuego, el que apueste ahora por un planteamiento más refinado, comedido y con toques incluso de cine clásico en blanco y negro.Pero también en la forma, como en el fondo, Marvel consigue reinventarse con WandaVision. Convierte cada episodio en una pequeña joya de vestuario y escenografía. Una fiesta para la vista y el deleite del público. El pelo, la ropa y los coches dan saltos en el tiempo de alrededor de una década a cada episodio. También en el caso del formato de la fotografía: vemos cómo de un encuadre 4:3, típico de la televisión antigua, progresivamente el formato se va ensanchando…y cómo del blanco y negro (casi absoluto) de los primeros episodios, poco a poco empiezan a aparecer manchas de color.Los personajes son divertidos y fuera de lo común, muy lejos de los códigos típicos de los éxitos de taquilla del MCU. Además, Elizabeth Olsen y Paul Bettany forman una pareja perfecta en todas sus formas, con magníficos momentos cómicos, cambios repentinos de tono y una sincronización perfecta, haciendo que la narración de Wandavision fluya constantemente pese a su necesaria y a veces inquietante “rareza” (en el buen sentido). Los actores calibran cada gesto, cada expresión, cada pausa en la respiración. Verlos juntos simplemente resulta hipnótico a menudo.De este modo, WandaVision se perfila como uno de los estrenos más relevantes del 2021 y, sin duda, marca un momento único: no solo porque con la serie se reinicia el rumbo del MCU, no solo porque experimenta y se atreve, sino sobre todo porque más que nunca nos ofrece la oportunidad de verdaderamente entrar en la mente de sus personajes.En definitiva, gratamente sorprendente a su manera, esta serie confirma la capacidad de la factoría Marvel de combinar la épica y la ironía en una dimensión de ciencia ficción que trasciende el tiempo sin ignorarlo. Además, estamos ante probablemente la apuesta más original, loca y audaz de la franquicia (y eso que ya había logrado sorprendernos un par de veces en los últimos años con la divertida y colorida Thor Ragnarok de Taika Waititi o con Avengers: Infinity War y su impactante final); y sin duda la más innovadora y experimental de sus producciones hasta la fecha. Personajes interesantes y bien encarnados, un tono peculiar, una atmósfera única, algunas pistas ocultas y múltiples guiños sutiles al resto de la franquicia... WandaVision parece ser una propuesta arriesgada a la par que prometedora donde las haya.
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