Godzilla, fuerza destructiva insondable para el hombre, resucita en el Tokio de hoy en día para acosar de nuevo a la civilización. Un país aún atormentado por las secuelas de un desastre natural, experimenta de repente el horror catastrófico de Godzilla. Apremiado por la muerte y la desesperación, Japón deberá encontrar el poder para superar este desafío.
A Nicolas, expresidente de la república, le cuesta trabajo aceptar que su vida política se terminó. Nuevas circunstancias le dan esperanza de volver, pero necesita a un aliado. Nicolas decide visitar la región de Corrèze para convencer a François, otro expresidente (felizmente retirado en el campo) de que haga equipo con él. François es atraído al juego, mientras que Nicolas descubre que la felicidad no está donde él pensaba… Y sus parejas deciden unírseles en su aventura poco después.
Mr. Satán acepta el desafío de un viejo conocido, Sr. Jaguar, para combatir contra sus bioguerreros. Satán no quiere problemas y prefiere llevarse al androide N°18 para que luche por él. Todo va bien hasta que entra en escena el luchador estrella de Jaguar, un bioguerrero creado a partir del ADN de Broly.
El Griego es un asesor de imagen de políticos, genio de la persuasión pero muy poco atractivo. Ricardo Prat, un candidato carismático pero intelectualmente limitado, lo contrata como última opción cuando Camila Hewell, una periodista combativa, decide enfrentarlo para exponer su pasado misógino y los negocios turbios de su familia. Gracias al Griego, el candidato empieza a comportarse y hablar de manera que termina seduciendo a la periodista, que no sabe que sus palabras provienen de alguien que la ama a escondidas....Doble discursopero nada más lejos de la realidad..... Doble discurso Critica: Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Doble discurso
Chris Redfield reclama la ayuda de Leon S. Kennedy y Rebecca Chambers para impedir que un mercader de la muerte, con ánimo de venganza, propague un virus mortal en Nueva York.
No volver a mostrar