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Ted Lasso, un ingenuo entrenadorde fútbol americano que decide probar suerte en un club de fútbol inglés aunque no tiene idea de ese deporte. Su inexperiencia despierta recelo y desdén entre jugadores y aficionados. Con un equipo y una ciudad quelo mira con sospecha, ¿logrará tener éxito?
Willow, el hechicero legendario, regresa en una nueva serie ambientada muchos años después de los eventos de la película original. Willow lidera un grupo de héroes inadaptados en una peligrosa misión de rescate a través de un mundo más allá de su imaginación más salvaje.....WillowCritica: Desde mi punto de vista, si quitamos a los actores veteranos (la reina y un mal dirigido y actuado Warwick Davis, pero que tiene mucho carisma por lo obvio), no encuentras casi ningún personaje que tenga una personalidad y una presencia digna de una serie de fantasía épica como lo era la Willow de 1988. Puedo salvar por los pelos a Amer Chadha-Patel y a Ralph Ineson, aunque el guion idiojuvenil no les ayuda nada.Y es que en los 80 se hacían películas que llenaban los cines de chavales sin necesidad de esconder la oscuridad y la podredumbre del mundo y sin que todo fuera blanco o negro y limpérrimo. Los actores y actrices eran escogidos por su presencia en cámara y no para rellenar un perfil y, aunque eran películas para jóvenes, los protagonistas no tenían por qué serlo, lo que le daba mucha más credibilidad a la cinta. En esas películas había mujeres fuertes e independientes que no tenían que cumplir un perfil y los protagonistas tenían matices, claroscuros. Es más, en varias ocasiones se saltaban ese perfil. Los guiones eran buenos y no cogían el lenguaje y las gracietas de la barriada (hoy, redes sociales) y las soltaban sin ton ni son, además de que se acompañan de gesticulaciones más acorde con un patio de colegio estadounidense que con una fantasía medieval. Los secundarios también tenían carisma y llorabas la pérdida, no como aquí (en spoiler), que te da igual quién va o viene. Así de buena es la construcción de personajes.Luego ponen a malos sacados de Mad Max, pero a caballo, y la escenografía deja que desear, salvo la parte de la naturaleza. Lo más interesante, hasta el capítulo 2, es la aldea de los enanos y las interpretaciones de estos, más verdadera, sincera y emotiva que cualquier cosa que pasa en el capítulo, aunque no deja de mezclarse con humor para idiotas.... Willow
Nancy Green es la matriarca de una familia totalmente disfuncional, formada por sus tres hijas y su hijo, Lily, Elisa, Madeline y Maxwell. La repentina desaparición de Maxwell hará que Nancy cambie radicalmente su punto de vista sobre la vida y su perspectiva haga que tenga que establecer nuevos límites en su familia. Un camino introspectivo que hará que Nancy decida dar un cambio total en su vida, teniendo que hacer frente no solamente al gran dolor de la pérdida de un hijo, sino a la preocupación de hacia dónde irán sus hijas.
Gira en torno a la relación entre un adicto al juego y una joven que se enamora perdidamente de él y no se detendrá ante nada para conquistar su corazón....Seducción por el juegoCritica: esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Seducción por el juegoPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Seducción por el juego
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