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La pareja formada por Anna y Will, novios desde la adolescencia en Brooklyn, lo son todo el uno para el otro: el primer beso, el primer amor... y su primera y única relación. Cuando su entorno les sugiere que ambos debería salir con alguien más antes de pasar el resto de su vida con una sola persona, Anna y Will deciden tener una relación abierta y acostarse con otras personas antes de dar el paso de estar juntos para siempre. La decisión será el principio de un viaje romántico inesperado de Anna junto a un músico (François Arnaud) y de Will con una divorciada (Gina Gershon).
Dusty (Mark Wahlberg) y Brad (Will Ferrell) se han unido para ofrecerle a sus hijos la Navidad perfecta. Este nuevo equipo se pone a prueba cuando el papá gruñón de Dusty (Mel Gibson) y el papá ultra cariñoso y tierno de Brad (John Lithgow) llegan para convertir a las vacaciones decembrinas en un completo caos. Secuela de “Padres por desigual”. Daddy's Home 2 GuerraCritica:Segunda entrega de ''Padres por desigual''. Recuerdo que cuando salió la primera me la encontré de casualidad y, sin esperar nada de ella, me acabó agradando y divirtiendo bastante. Con esta segunda parte me ha sucedido algo similar, al menos en cuanto a lo primero se refiere. Se puede decir que la descubrí sin querer, ya que no tenía ni la menor idea de su existencia. No sabía que se había hecho. Le di la oportunidad, pero el resultado no se pareció en nada al de la primera. La historia parece sacada de cualquier película de sobremesa que se os ocurra. Quiere intentar ofrecer algo parecido a lo de su predecesora, algo imposible y difícil de volver a recrear, pero no lo consigue. Lo que sí hace es fabricar un producto tan repleto de clichés y tópicos que os abrumará la cabeza. No solo es previsible en casi todo lo que se propone, que también, sino que parece destinada a toda la familia, sin ese factor gamberro y desenfadado que claramente tenía la primera. GuerraPese a sus fallos de guión y de consistencia como secuela la película no aburre, pero tampoco entretiene demasiado. Para entendernos, se puede ver con el piloto automático puesto en el cerebro, pero no atrapa de esa forma que debería ni nos hace querer quedarnos a ver más. El reparto, como es obvio, vuelve a repetir en su mayoría pero se queda a medio gas. El dúo Farrell-Wahlberg funcionaba al principio, pero ahora que todo es luz y color pierde toda su gracia. La chicha estaba en las diferencias entre ambos, ahí estaba lo interesante, pero aquí no funciona. Se les suman Mel Gibson y John Lithgow como los padres de ambos. El primero sí funciona, de hecho es el único personaje que parece aportar algo de seriedad al asunto. Lithgow en cambio se acaba haciendo cargante a los pocos minutos. Demasiada excentricidad e infantilidad en pantalla. Y, como no, la breve aparición de John Cena, el cual tuvo un cameo muy divertido al final de la anterior. Guerra
Alexandra reaparece en la vida de Ana y Rita para ofrecerles trabajo como maquillistas en una boda. Lo que ellas no saben, es que Alexandra además de que está pasando por una de sus crisis amorosas, y que tiene la habilidad de involucrarlas en todos y cada uno de sus enredos. Pero como Ana y Rita están en bancarrota, y necesitan desesperadamente el dinero, lo único que les queda es tratar de rescatar a Alexandra....Maquíllame otra vezCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Maquíllame otra vez
Una saga centrada en una familia multigeneracional de policías de la ciudad de Nueva York. Los códigos morales de la familia se prueban cuando Ray Tierney investiga un caso que revela un escándalo de corrupción policial incendiaria que involucra a su propio cuñado. Para Ray, la verdad es reveladora, una caja de Pandora que amenaza con destruir no solo el legado de Tierney sino toda la policía de Nueva York.
Freddie Mercury desafía los estereotipos y se convierte en uno de los vocalistas más reconocidos de la música mundial. Después de dejar la banda Queen para seguir una carrera como solista, Mercury se reúne con la banda para dar una de las mejores actuaciones en la historia del rock and roll.
Una solicitud de amistad con un amor perdido envía a un hombre de regreso a sus recuerdos de los años 90, cuando la vida parecía arder un poco más brillante.
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