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Una familia lleva una vida idílica en el extranjero hasta que un trágico accidente se lleva la vida de su hijo pequeño. La inconsolable madre descubre un antiguo ritual que puede traer a su hijo de vuelta para decirle un último adiós. Viaja a un antiguo templo, en el que hay una puerta misteriosa, que sirve de puente entre dos mundos. Sin embargo, cuando desobedece una norma sagrada por la que nunca se debe abrir la puerta, altera el equilibrio entre la vida y la muerte. The Other Side of the Door DelCritica:El sugerente título de esta película ya hace que nos preguntemos: ¿Qué habrá al otro lado de la puerta? La curiosidad seguramente hará que en algún que otro momento nos pase por la cabeza abrirla y darnos de bruces con lo bueno o lo malo que se esconda detrás. En ocasiones los nombres de los films llevan a que, solo por eso, nos atrevamos a verlos, como aquel que no se puede resistir a la tentación. Lo que nos encontremos detrás, cinematográficamente hablando, ya es otra cosa, o salimos corriendo cual atleta del hectómetro o nos quedamos clavados ensimismados admirando la obra. En este caso nos decantamos por la segunda opción. Por catalogarla de alguna manera ésta sería: mística, en el término menos religioso de la palabra. DelEse lado más espiritual viene dado por la mezcla de culturas. Por una parte la occidental y por otro la hindú. Los mundos se entrecruzan y ese lado más pragmático, representando por lo occidental, se adentra en ese otro más oscuro y mágico. El resultado es una siniestra historia de convivencia entre dos universos, aunque con muy poca armonía.María ha perdido a su hijo varón en trágicas circunstancias. La cuidadora Piki le explica un ritual en el cual puede comunicarse con su hijo a través de una puerta que separa el mundo de los vivos con el de los muertos. Solo hay una condición, esa puerta nunca debe abrirse. Del
Los Cuatro Jinetes reaparecen y son reclutados a la fuerza por un genio de la tecnología para llevar a cabo su atraco más imposible.
Josh Bowman protagoniza el thriller Level Up, en donde interpreta a Matt, un vago veinteañero, que en el transcurso de un día, se ve obligado a abrirse camino a través de un cada vez más desconocido y siniestro Londres, con el fin de salvar a su novia que fue secuestrada. Level UpCritica:Es mala, nada tiene sentido, los personajes aparecen y desaparecen sin explicación, el guión no existe. Es una mala denuncia del abuso de los videojuegos, o eso es lo que yo he sacado en conclusión, pero todo ello con una película sin apenas hilo conductor que cuente la historia. Juego sin límites A un panoli (horrible actuación de un Josh Browman al que le queda grande pasar de secundario a protagonista) le dicen que le han secuestrado a la novia y que siga unas confusas instrucciones. Eso hace. Nada tiene sentido. Fin. LevelPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. LevelEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Level
Utah y su novia Opal son drogadictos que viven en las calles de la zona rural de Ohio. Después de ser reclutado por el agente corporal Wood y ofrecerle tratamiento en Los Ángeles, Wood toma Utah bajo su protección y le presenta al magnate del centro de tratamiento Vin. Wood y Vin traen a Utah en sus negocios lucrativos e ilegales, donde salvar vidas es lo segundo en la línea de fondo.... El traficanteCritica: Narra hechos reales sobre una trama ilegal para lucrarse con el sistema de clínicas de desintoxicación de drogas en Estados Unidos, un caso bastante rastrero y poco conocido. La película nos presenta a dos jóvenes de muy mala vida para ponernos en situación, y al principio parece que puede estar muy bien. Pero como muchos dramas basados en acontecimientos reales, el film peca de una fuerte lentitud narrativa. No cuenta con un reparto muy destacable, para empezar. Solo conozco a Melissa Leo (que sale poquísimo), a Frank Grillo (de la saga “La purga”, que también sale poquísimo y no es que sea un gran actor), y al que hacía de John Connor en la serie de “Terminator” con Lena Headey (que sale todavía menos que los otros dos, y que tampoco es un actorazo que digamos). La factura es de telefilm puro y duro. Así que lo único que nos queda por ver para salvarla o no, es si es entretenida contando lo que cuenta, pero me temo que no lo es. Se queda bastante coja. El tema de la adicción y la delincuencia que genera, no lo desarrolla en profundidad. Las reuniones y la terapia están tratados con poca emoción o intensidad dramática por parte de los actores, quedando en meros diálogos que no dan ni frío ni calor. Tristemente, tiene momentos de documental con voz en off que tratan de imitar de muy mala manera al cine de Scorsese, y que luego bruscamente vuelve la película a su velocidad de tortuga y diálogos tediosos. Y lo de la estafa al sistema sanitario americano, que es lo que trata de contar, a pesar de su importancia y que sea bueno conocerlo, tampoco lo hacen de forma amena o interesante como para que merezca la pena verla. Es una especie de “Lobo de Wall Street” de mercadillo, que no termina de encontrar la forma adecuada de enganchar. Se queda en un título más de la inmensa morralla que prolifera en plataformas de vídeo bajo demanda. Una pérdida de tiempo absoluta..... El traficante
En 1972, una banda de ladrones muy unidos de Youngstown, Ohio, intentan robar $ 30 millones en contribuciones ilegales. Basado en la historia real del mayor atraco bancario en la historia de los Estados Unidos...Buscando a Steve McQueenCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Buscando a Steve McQueen
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