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Narra la historia real de Jan Vokes (Toni Colette), una camarera de Gales que decidió comprar y criar un caballo de carreras. Jan convenció a sus vecinos y amigos para que contribuyeran financieramente al proyecto. El improbable plan de inversión comenzó a valer la pena a medida que el caballo mejoró y comienzó a ganar, luchando por el campeonato nacional....Cabalgando a la gloriaCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Cabalgando a la gloria
Teto es un joven millonario decidido a probarle a Paula, la chica que le gusta, que es un buen muchacho. Pero una mentira sobre su pasado terminará saliéndose de control.....Ricos de amorCritica:Resulta muy triste esto del confinamiento por Covid19 y tener que rellenar 14 horas de actividad. Yo trabajo en televisión creando series y no me gusta ver televisión para no intoxicarme o condicionar mi creatividad. Atrás 58 días viendo series y largometrajes de Netflix me ha entrado una gran depresión. No importa cuanto te esfuerces, cuanto te documentes...cualquier basura es aceptada en el catálogo de Netflix dónde comparten títulos de muy buena calidad, un 5%, calidad media, 15%, y pésimos, el 80% restante.No los hay malos...los hay PÉSIMOS. Esta estupida producción peruana no tiene sentido en un catálogo internacional...supongo que a los peruanos les gustará. Mal escrita, mal dirigido, mal producida, muy mal interpretada. ¿Porque y para que necesita Netflix estos bodrios? claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Ricos de amor
Alana Kane y Gary Valentine se conocen, pasan el tiempo juntos y acaban enamorándose en el Valle de San Fernando en 1973...Licorice PizzaCritica: Licorice Pizza me ha hecho reflexionar sobre todo aquello que encontramos en las buenas historias y de lo que esta película carece. En el arte de contar historias nada es arbitrario. Hay razones que explican por qué las narraciones que nos gustan tienen ciertos ingredientes: Unos protagonistas complejos, bien construidos, hacen que nos interesemos por lo que ocurre. Porque los conocemos nos preocupan sus asuntos. Una trama principal alimenta el relato y por ello cada escena nos importa, porque tiene relevancia en la urdimbre que se está tejiendo, porque afecta a los personajes y los vemos evolucionar. Los conflictos hacen que nos preocupe el devenir de los personajes y que nos impliquemos en la trama. Los personajes secundarios a menudo aportan otros puntos de vista y le dan profundidad a la historia. Con ellos intuimos que en ese universo hay mucho más, más allá del reducido mundo de los protagonistas. A veces un elemento es más prominente que los demás. A veces lo fundamental es la historia y los personajes están a su servicio. Otras veces la trama sirve para acompañar a los personajes en su viaje personal mientras asistimos a un momento crucial de sus vidas. En muchos casos con acierto se encuentra un justo medio, resultando una historia emocionante con personajes complejos que nos importan y que nos seguirán acompañando cuando se enciendan las luces de la sala. La última cinta de Paul Thomas Anderson carece de todo lo anterior. Veamos. ¿Los protagonistas están bien construidos? Yo diría que no. Acaba la película y no sé qué los conmueve, qué quieren, qué necesitan, cómo les afecta y afectan a su entorno. En definitiva, no sé quiénes son. ¿Y qué decir de los secundarios? Se diría que sólo están para hacer bulto, siendo en su mayoría vainas huecas sin alma. ¿Hay una trama principal que se va desarrollando durante el film? Pues no, no existe o es tan débil que no se sostiene. Leo con estupefacción críticas que destacan esta característica como si fuera algo positivo per se.... Licorice Pizza
Descubre la fascinante historia de Mikael Lindnord (Mark Wahlberg) un deportista de resistencia sueco que se ganó los corazones de millones de personas cuando él y su equipo adoptaron a Arthur, un perro callejero mal herido de gran corazón que les acompañó durante una épica carrera de resistencia en la selva ecuatoriana.
Leonard (Rylance), es un sastre inglés que confeccionaba trajes en la mundialmente famosa Savile Row de Londres. Después de una tragedia personal termina en Chicago, trabajando en una pequeña sastrería en una zona difícil de la ciudad donde hace ropa elegante para las únicas personas a su alrededor que pueden pagarla: una familia de gángsters.... El sastre de la mafiaCritica; esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia./..... El sastre de la mafia
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