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Una erupción volcánica y un repentino terremoto devastaron a Los Ángeles, y el reportero John Benson lo aprovecha una vez en la vida para cubrir las últimas noticias del epicentro O puede elegir reunir a su familia en medio de un pandemonio y llevarlo a un lugar seguro. Destruction Los Angeles DestrucciónCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. DestrucciónEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Destrucción
Un asesino de élite llamado Frank, tras ser traicionado por unos gángsters, es enviado a una cirujana llamada "El Doctor" que le convierte en una mujer. Ahora, reconvertida con otra identidad pero con su genética de asesina implacable, buscará la venganza ayudado por Johnnie, una enfermera que también oculta sus propios secretos.
Para salvar París de un baño de sangre internacional, una científica en duelo se ve obligada a enfrentarse a su trágico pasado cuando un tiburón gigante aparece en el Sena.
Después de la Guerra de Secesión (1861-1865), Buck (Poitier), un sargento de caballería del ejército de la Unión, recorre la frontera de Colorado buscando esclavos para liberarlos, acompañado por una mujer y un maestro de la estafa: "El Predicador". Durante el viaje son atacados por un grupo de cazadores de recompensas que quieren devolver los esclavos a sus antiguos amos.
Toby es un perro que se pregunta el sentido de su vida cuando, sorprendido, se da cuenta de que se ha reencarnado en un cachorrito. Así, a lo largo de sus vidas se cuestionará su sentido mientras ayuda a distintos dueños, pero siempre con el objetivo de encontrarse con el primero. A Dog's Purpose contigoCritica:Debería estar prohibido meter perros en una película. Son depositarios de emociones tan efectivos, tienen tantas buenas intenciones en su pelaje, tanta simpleza de deseos, que resulta imposible que no te puedan ganar por goleada. contigoY sin embargo, menos mal que no están prohibidos, porque películas como 'Tu Mejor Amigo' tendrían muy difícil hablar de lo que quieren hablar sin su presencia. Como si de una especie de 'Boyhood' en versión perruna se tratara, asistimos a las impresiones que recopila un can de diferentes dueños, desde los prometedores inicios hasta los repentinos o tristes finales.Hay que decir que está muy difícil que la cosa no acabe siendo un monumento a mayor gloria del mejor amigo del ser humano, pero también que si no llega a serlo es por la sencillez de sus ambiciones: la voz en off de Bailey puntea los triunfos y miserias de sus cuidadores, emocionando con su ingenuidad e interesando por su particular manera de ver el mundo. Para él, no existen malos ni buenos, tampoco enfados o decepciones, solo diferentes olores y comportamientos que se siente tan extasiado por descubrir como afortunado de experimentar.Y sobre todo está esa extraña diferencia entre sus congéneres y los humanos, una pequeña cosa que lo cambia todo: por alguna razón, los humanos siempre eligen irse, nunca comprenden la diversión que existe en quedarse. Luego seremos nosotros los que digamos que los perros tienen una lealtad sorprendente, pero resulta imposible no juzgarla natural cuando se ve el mundo a través de sus ojos. contigo
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