5.8
Cuando una joven monja se suicida en una abadía de clausura en Rumanía, un sacerdote experto en posesiones demoniacas y una novicia a punto de tomar sus votos, son enviados por el Vaticano para investigar. Juntos descubren el profano secreto de la orden. Arriesgando no solo sus propias vidas sino su fe y hasta sus almas, se enfrentan a una fuerza maléfica en forma de monja demoníaca, en una abadía que se convierte en un campo de batalla de horror entre los vivos y los condenados....La monjaCriticaSi hay un nombre propio tanto a nivel comercial como artístico en el panorama internacional del cine de terror del nuevo milenio, ese es el del realizador malayo-australiano James Wan. Recurriendo sin disimulo ni cargo de conciencia al imaginario más clásico del cine de género para rendirle pleitesía y, a su vez, apropiarse de él para filmar un cine revigorizado con un espíritu propio, ha dirigido pocas pero notables películas de sustos y fantasmas. Filmes que, además, supusieron el pilar y pistoletazo de salido sobre el que se construyeron varias franquicias multimillonarias. Ocho entregas tuvo la saga Saw, Insidious lleva ya cuatro. Y con el largometraje que diseccionaremos a continuación ya son cinco episodios del universo cinematográfico interconectado que mejor está sabiendo competir con Marvel: el Warrenverso. Hablamos de las dos notables películas de Expediente Warren y de los spin-offs de sus criaturas más populares. Si primero fue el turno de la muñeca Annabelle, ahora era el momento de descubrir los orígenes del espeluznante espíritu con aspecto de monja en estado de putrefacción.Cinta lacónica (90 minutos de metraje) ambientada en Rumanía y dirigida por un realizador primerizo. Filme del que nada sabíamos cuando llegó a nuestro territorio, pero cuyo innegable potencial nos hacía esperar descubrirlo con alegría. Y el filme, si bien está lejos de ser lamentable o vergonzoso, es una evidente decepción. Pues aparte de entretenimiento y carnaza para los fans, la propuesta de Corin Hardy no tiene nada nuevo que ofrecer para los demás. Un pasatiempo competente, eficaz, correcto, pero sorprendentemente rutinario y falto de ideas. La monja