Gran Bretaña, 2007. El letal virus "Reaper" ha aniquilado a cientos de miles de personas. El gobierno británico decide evacuar a los supervivientes sanos y rodear con una muralla el área afectada para evitar la huida de los infectados. Cuando, treinta años después, el virus reaparece, el gobierno envía a la zona un equipo de especialistas de élite, dirigido por el Mayor Eden Sinclair, con la misión de obtener una vacuna a cualquier precio. Aislado del resto del mundo, el equipo deberá trabajar en medio de un paisaje de pesadilla.
Casos reales de desapariciones estremecedoras, asesinatos escalofriantes y encuentros paranormales inspiran el atrapante relanzamiento de esta icónica serie documental.
Cain (Duhamel), se despierta en un hospital mexicano sin tener memoria. Después de conocer a Anna (Cornish), descubre quién es, pero pronto se encuentra luchando por su vida cuando varias facciones de cárteles en guerra lo atacan, cada una buscando algo que ha robado. Cain busca a su compañero de trabajo y mentor, el agente de la DEA McCoy (Nolte), en busca de respuestas....BlackoutCriticA: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Blackout
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