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Después de la muerte de su padre, Alyson, su pareja Richard y su bebé regresan a la casa de su infancia. Luego de algunos eventos sobrenaturales impactantes, Alyson descubre que ella y su familia han estado viviendo con una terrible maldición, desatada en el pasado por una novia asesinada por el abuelo de Alyson. Poco después, el hijo de Alyson desaparece y ella no tiene más remedio que embarcarse en un aterrador viaje al inframundo, para liberarse de la maldición de la novia y buscar a su hija.....Conjuro siniestroCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Conjuro siniestro
En 1988, el oficial de la policía de Filadelfia Thomas Lockhart (Boyd Holbrook), ansioso por convertirse en detective, comienza a seguirle la pista a un asesino en serie que misteriosamente resurge cada nueve años. Cuando los crímenes del asesino empiezan a desafiar cualquier explicación científica, la obsesión por descubrir la verdad amenaza con destruir su carrera, su familia y posiblemente su cordura. El lado siniestro de la LunaCriticaTenía ganas de ver esta nueva película en exclusiva de Netflix, sobre todo por su reparto y su combinación de géneros, que van desde el thriller a la ciencia ficción, en una mezcla tan interesante como preocupante, ya que a veces este tipo de experimentos no salen como se podía esperar. Lamentablemente, este es el caso.La crítica no ha sido demasiado benévola con ella, y es curioso, ya que si algo es este proyecto es pretencioso y se nota que han querido ir más allá, para, finalmente, quedarse en tierra de nadie, ofreciendo un producto olvidable y demasiado irregular.La dirección es lo mejor de la película, ya que la factura técnica es más que destacable, notándose el presupuesto y no aburriendo en ningún momento (lo cual ya es mucho), gracias a su ritmo y su moderada duración.Otra cosa es el guion, caótico y demasiado complejo, creyéndose más inteligente de lo que realmente es. Lo que propone ya se ha visto en otros proyectos mucho más logrados, por lo que no es tan innovadora como pretende ser. El final tampoco es ninguna sorpresa, y la película discurre por terrenos más que predecibles. Respecto al reparto, tenemos al carismático Boyd Holbrook, actor que merece mejor suerte con los proyectos y que todavía no ha dado en la diana con ninguno de ellos, como es el caso. Convence como protagonista y se le nota entregado, pero su personaje está demasiado desdibujado y es demasiado excéntrico para que se pueda empatizar con él.Mención especial para lo desaprovechados que están los secundarios, como es el caso de Michael C.Hall o Bokeem Woodbine, con papeles poco relevantes y casi anecdóticos. Una pena.En conclusión, la nueva propuesta de Netflix es un thriller de ciencia ficción, con una historia demasiado trillada y confusa, y que hubiese funcionado mucho mejor como serie que como película de menos de dos horas, ya que uno no sabe muy bien que pretendían contar o a dónde querían llegar. Tenía los suficientes elementos para ser algo más, pero al final ha resultado ser "otra" del catálogo de Netflix. No es una bazofia, pero tampoco la recomendaría, quedándose en tierra de nadie. El lado siniestro de la Luna
Brandi (Mena Suvari) es una joven enfermera que, tras salir de una fiesta con un par de copas de más, se encuentra con el cuerpo de un hombre empotrado en el parabrisas de su coche. El miedo a perder su empleo, la lleva a abandonar el cuerpo en el garaje y esperar a que muera. La víctima, pese a su estado, hará lo posible por trastocar sus planes y salir con vida de tan terrible situación... StuckCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. StuckUn metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Stuck
Mientras investiga un robo de oro histórico en Johannesburgo, un policía de incógnito se ve obligado a elegir entre seguir a su conciencia o cumplir con la ley..... iNumber Number: El oro de JohannesburgoCritica: Un intento de black explotation con una banda sonora ridícula, pero muy consecuente de sus limitaciones. Todas las escenas de acción están mal desarrolladas, siendo bastante frustrante cada momento. Se agradece el intento por mostrar situaciones divertidas en un western contemporáneo, aunque cuando se toma demasiado en serio pierde la fuerza y valentía que derrochan los protagonistas. Todo ocurre demasiado deprisa para no crear ningún vínculo afectivo con los personajes. El proyecto parece no tener fe en sí mismo cuando se vuelve un juego de lujo, brillo y pomposidad.cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.
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