'Spin-off' de la saga Paranormal Activity. Después de ser "señalado", Jesse (Andrew Jacobs, Angel of Death) empieza a ser perseguido por fuerzas misteriosas que harán de su vida un infierno. Su familia hará todo lo posible por salvarle, aunque eso no les va a resultar nada sencillo. Así, comenzará una dura lucha entre el bien y el mal, en la que no queda claro quién acabará venciendo a quien. Paranormal Activity: The Marked Ones paranormalCritica:Entrando ya en la película, lo primero es decir que está grabada con el recurso de hacer como si se tratara de una cámara que los protagonistas llevan todo el tiempo consigo, filmando en primera persona. Algo que ya hemos visto en La bruja de Blair o en la española REC, y que nunca me ha convencido mucho, quizá por cargarse la magia que da la fotografía al cine o simplemente por cierta sensación de mareo al moverse la cámara rápido. En cualquier caso, esta cámara sólo sirve para cambiar la sensación de angustia y suspense que caracteriza al cine de terror bueno, por el susto rápido al girar la cámara y ver que donde no había nada ahora hay una figura humana,situación que se repite constantemente a lo largo de la película, causando algún que otro grito del público femenino y bastantes bostezos en general. Y eso es todo cuanto tiene de terror, porque el resto del film parece una comedia adolescente mala. paranormalEl argumento no tiene sentido, ni explica gran cosa. Unas especie de brujas hacen rituales a mujeres durante el embarazo, con oscuras intenciones. Los protas descubren que su vecina es una de ellas, y al comenzar a investigarlo empiezan a sentir la presencia de un espíritu. A partir de ahí, una hora y media de escenas que rozan lo absurdo, con situaciones que en ningún momento dan miedo, sustos baratos sin ningún sentido en la trama, y un final que parece una verdadera broma, para terminar la película sin saber ni qué ha pasado, y con la sensación de haber sido insultado como espectador. paranormalNo digo nada de las interpretaciones, guión o banda sonora (inexistente, cuando debería ser uno de los principales elementos del terror), porque sería hacer ya demasiada sangre de esta broma de mal gusto. No hay ni un solo aspecto de la película minimamente bien trabajado. Da que pensar en qué momento se permitió el acceso a la gran pantalla a la ausencia total de talento cinematográfico. paranormal
Nick O’Bannon y unos amigos acuden a un circuito de carreras para presenciar una prueba del Nascar. Durante ésta tiene lugar un terrible accidente que conlleva desastrosas consecuencias para el estadio. Pero Nick descubre que se trata de sólo una visión de algo que está a punto de suceder, y junto con otras doce personas consigue salir del recinto y escapar de una tragedia segura. Pensando que han burlado a la muerte, el grupo continúa con su vida, pero desafortunadamente para Nick, Lori y sus amigos sólo es el principio, ya que la muerte no deja cabos sueltos, y regresará para llevarse a los supervivientes de una manera brutal. El destino final 4Critica:David R. Lewis retoma la dirección de la saga Destino final en la cuarta película de la serie, algo que, de entrada, me producía mucho más miedo que cualquiera de las tres entregas anteriores. La razón es que ya llevó a cabo la segunda parte, con un resultado bastante malo, lo que hizo que el director original, James Wong, dirigiese la tercera para tratar de reflotar la franquicia, cosa que, por cierto, consiguió. El destino final 4Afortunadamente Lewis (realizador de la penosa Serpientes en el avión) no mete demasiado la pata y culmina un filme que, si bien nunca aterra, logra que el espectador pase unos noventa minutos de lo más entretenido, a pesar de emplear la misma fórmula de siempre: gracias a una premonición, un joven evita que varias personas mueran en un trágico accidente; la muerte no quedará conforme e irá persiguiéndolos uno a uno, para que vayan cayendo en el mismo orden en el que deberían haber fallecido la primera vez.¿Dónde radica entonces el entretenimiento? En el 3D. Una trama de este tipo es muy proclive a la utilización de las tres dimensiones y hay que reconocer que la gran mayoría del público (al menos los que llenábamos anoche la sala de cine) disfrutamos del uso de esta tecnología como si estuviéramos en un gran parque de atracciones. Las rocambolescas muertes urdidas por el destino en su afán por cumplirse, son un medio excepcional para que uno crea que está dentro de una adrenalítica atracción, de forma que nos divertimos mucho, sí, pero no gracias al cine, sino a sensaciones nuevas. El destino final 4
Es el verano de 1989, Ted Henley, de 9 años de edad, y su padre John son los propietarios del Motel Vista, situado en las montañas del oeste americano. Desde que la madre de Ted murió, John ha caído en una depresión, dejando que Ted se cuide por si mismo. En este trashing los impulsos más oscuros de Ted comienzan a manifestarse. The Boy BoyCritica:Sobria propuesta de principio a fin. Su director, Macneill, no pierde el norte en ningún momento, la ambientación de motel barato en una zona poco poblada es excelente. El desarrollo de los personajes conforme avanza la película es acertada y creíble, no hay (y no fueron necesarios) recursos fuera de la línea cronológica en que se desarrolla el argumento para dar explicaciones que complementaran la historia. Todo está ahí, todo nos es mostrado toma tras toma, y dicho sea de paso, lo que se nos muestra en cada encuadre es agradable, y efectivo para lograr mantener el interés en el espectador, sin duda uno de los puntos más altos del filme. BoyPero si se habla de puntos altos, no se puede dejar de lado a su joven protagonista, quien lleva totalmente el peso de la película, y lo hace de gran manera, definitivamente parte de la fórmula ganadora recae sobre él.En 1976 los niños empiezan a hacer de las suyas en ¿Quién puede matar a un niño? Y más recientemente, el año anterior los gemelos de “Ich Seh, Ich Seh” nos mostraron que la inocencia de pensamiento de un niño puede llegar a ser aterradora, y este año, aparece lo que puede ser la precuela perfecta de cualquier slasher. La forma en que la mente de un niño asimila lo que hay a su alrededor, lo que aprende de los adultos, lo que su curiosidad puede provocar si no es supervisada, todo esto es tratado limpia y convincentemente en The Boy, lo que nos da al final, un sólido resultado, y un disfrute para los que asistimos a su visionado. BoyEstá rodada inteligentemente por su director Craig William Macneill, pues puede cansar un ritmo tan lento y silencioso, planos muy largos con poco dialogo, y es que ese es el principal problema del chiquillo, su soberano aburrimiento que no hace más que empeorar una mente ya trastornada. Ted es un personaje que quiere estar en cualquier parte menos en esa, con una curva de carretera por el que pasan los pocos clientes como único contacto con el mundo exterior. Entiendo que el espectador se queje de ese ritmo tan tranquilo, y es evidente que divertido no sería, pero ver al crío mirando al horizonte por más de dos minutos sin ningún sonido salvo el viento explica bastante lo que se le debe de estar pasando por la cabeza. BoyEl pequeño Jared está muy bien cubierto por dos grandes, David Morse (La milla verde, Horns) que interpreta a un padre con una profunda depresión después de que su mujer se fuera con un cliente. Interpretación muy competente del actor, que no sorprende pues es de los buenos. Se huele la tostada acerca de su hijo, sabe que algo no va del todo bien, pero nada tan grave como tener al demonio en casa. Rainn Wilson (The office, Super) cambia completamente el humor, su registro habitual, por el drama. Interpreta a un viajero que después de un accidente de tráfico se hospeda en el motel para recuperarse. No lo sabe pero por una conversación, en principio intrascendente con el pequeño Ted será su catalizador. Boy
Belle, su hermana pequeña y su comatoso hermano gemelo se mudan a una nueva casa junto a su madre soltera Joan para ahorrar dinero y así pagar el carísimo tratamiento de su hermano. Pero cuando extraños fenómenos comienzan a ocurrir en la casa, incluyendo la milagrosa recuperación de su hermano, Belle comienza a sospechar que su madre no la ha contado todo y pronto descubre que se han mudado a la infame casa de Amityville.
Un asesino en serie enmascarado convierte un parque de atracciones en su patio de recreo aterrorizando a un grupo de amigos. Mientras tanto, un grupo de patrocinadores que está ese día en el parque se divierte pensando que todo forma parte del espectáculo
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