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Condenado por asesinar policías, Carl Lucas -también conocido como Frankenstein- es el nuevo piloto estrella de Death Race, una carrera mortal en el que se juega salir libre de prisión junto a su equipo de mecánicos. Por ello Lucas se sumerge en un nuevo concurso más cruel que cualquier cosa que haya experimentado antes. Se enfrentará con los adversarios más despiadados en una carrera en el desierto de Kalahari en el Sur de África...
Traicionado por Vesper, la mujer a la que amaba, 007 se plantea su nueva misión como algo personal. Durante su investigación, Bond y M interrogan a Mr. White, que les revela que la organización que chantajeó a Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que imaginan. El servicio de inteligencia forense vincula a un traidor del Mi6 con una cuenta bancaria en Haití, donde Bond conoce a la bella pero combativa Camille, una mujer que tiene sus propios motivos para vengarse. Gracias a Camille, Bond descubre la existencia de Dominic Greene, despiadado hombre de negocios y miembro importante de la misteriosa organización. Quantum of Solace 007 QuantumCritica:Decían de él que era demasiado rubio, demasiado cachas y demasiado duro para encarnar al agente más famoso del Mi6 británico , pero lo cierto fue que tras el estreno de “Casino Royale”, Daniel Craig convirtió a los incrédulos en creyentes, a los más escépticos en fervientes seguidores y a sus más feroces críticos en incondicionales , y todos unanimamente lo proclamaron como el nuevo Bond del siglo XXI . La saga volvía a tener a un protagonista, -con permiso de Sean Connery y Roger Moore-, carismático, elegante, sarcástico y duro . Atrás quedaba el amaneramiento de Pierce Brosnan, su flema y su cara de estreñimiento que parecía que iba a prolongarse mucho tiempo en la franquicia. 007 QuantumAhora era el momento de confirmar esta nueva senda con Quantum of Solace, pero lamentablemente ha sido una gran decepción. Plagiando sobremanera el estilo de Bourne, el famoso personaje creado por Ian Fleming se queda sin personalidad ni alma. Cámara al hombro se tiran la mayoría del metraje dando tumbos intentando darle un increíble realismo, espectaculares planos subjetivos , que parece que cuando empujan al protagonista cargan también contra el pobre operador de cámara. No hay escenas míticas, ni frases con sarcasmo, sólo acción , mucha acción, pero rodada sin vocación de permanecer en las retinas. Ni rastro del Bond de Casino Royale, sólo queda su rostro magullado. 007 QuantumEl argumento , como todas las de 007 , es un buen MacGuffin, es decir, aquélla excusa argumental que precipita todas las escenas de acción sin importar muy poco al final exactamente cual era el motivo. En este caso parece ir de Bolivia , de desiertos, de monopolizar el agua y de la venganza de Bond por la muerte de Eva Green... pero tampoco lo tienen muy claro, ni ganas hay de que lo aclaren. Fernando Guillén Cuervo patético, vaya papelito más poca cosa. Si yo fuera él no me iría pavoneándome en programas como El Hormiguero autoproclamándose el malo más caristmático desde Jaws, o el chino del sombrero.. Su papel apenas es un cameo de mierda. En fin, la típica película de acción que al día siguiente ya no la recuerdas. Yo ya la he olvidado. 007 Quantum
Wesley Gibson (James McAvoy) tiene 25 años y es el zángano más desencantado y aburrido que habita en el planeta. Su jefe se mete con él sin parar, su novia no le hace caso y su vida carece de alicientes. Todos los que le conocen están convencidos de que este vago nato nunca llegará a nada. A Wes sólo le queda esperar que el tiempo pase hasta que muera de forma rutinaria. Pero todo cambia cuando conoce a una mujer llamada Fox (Angelina Jolie). Después del asesinato del padre de Wes, al que veía muy poco, la letal y sexy Fox recluta al joven para la Fraternity (Fraternidad), una sociedad secreta que enseña al joven a desarrollar sus poderes adormecidos para vengar la muerte de su padre.....Se buscaCritica: Para algunos, será LA película defintiva para empalmaos, otros dirán que es una chorrada supina. Yo, por mi parte, estaré totalmente de acuerdo con ellos. Pero el buen rato que me ha hecho pasar y las risas que me he echado no me las quita nadie.No cabe duda que el viaje a Hollywood le ha sentado muy bien a Timur Bekmambetov. No ha perdido un ápice de su sentido espectacular de lo visual, y de regalo, ha conseguid más presupuesto, un buen casting y un argumento que sín ser nada del otro jueves al menos permite seguir la película sin ningún desvarío en la trama.A partir de aquí todo es una sucesión de flipadas imposibles, de acción desmesurada, y de una enorme cantidad de escenas impagables e imborrables por su nivel de exageración sín límites; hasta el punto de que por momentos hasta Neo me parecía un pobre hombre al lado de las piruetas que ejecutan los protagonistas.Este no es más que una filigrana estilística un violento ballet pop donde la belleza plástica y ejecución de cada tiroteo y lucha prevalece por encima de cualquier consideración. el director pretende divertir, y vaya si lo consigue! Se trata del típico caso donde el fin justifca los medios y donde se trata de regalar al espectador justo lo que desea: heroes, villanos, mujeres bellas y actos que todos soñaríamos con realizar, tal como dice el protagonista ( un excelente e increiblemente creible James McAvoy), para huir de esta triste y rutinaria existencia en la que vivimos.....Se busca
Un adolescente problemático es enviado a hacer servicios comunitarios a una ruinosa escuela de karate. Desde allí entrará en un torneo de la MMA para encontrar al hombre que mató a sus padres. Tapped Out Asalto finalA pesar de tener un esquema de argumento muy trillado. Es una película entretenida y que según avanza va ganando pulso. Cumple como película de acción con buenas escenografías en los combates de artes marciales, que es lo que buscamos al fin y al cabo los que vamos a consumir este tipo de films, combinado con las tópicas excusas de motivaciones de carácter sentimentaloide que le añaden más sabor al conjunto. Asalto finalPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Asalto finalEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Asalto final
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