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Jadin, el hijo de Joe (Wahlberg), es un agradable y talentoso chico gay, pero sufre bullying en el instituto y la poca tolerancia y paciencia que tiene su padre no le ayuda. Joe, en lugar de lamentarse, decide recorrer Estados Unidos para hablar en colegios, comunidades y con todo el que quiera escuchar sobre los peligros del bullying. ... Joe BellCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Joe Bell
Un grupo de veinteañeros intenta sobrevivir durante una fatídica noche a todo tipo de catástrofes y desastres naturales: meteoritos, tornados, terremotos y otras desgracias inimaginables, que golpean la ciudad. A su vez, los jóvenes tratan de resolver una serie de misterios que pueden acabar con la desenfrenada destrucción. De los creadores de Casi 300 y Scary Movie, que en esta ocasión parodia películas de catástrofes, así como otras películas de actualidad.
Después de verse obligada a mudarse a los Alpes alemanes con su padre y su nueva familia, Gretchen, una joven de 17 años, descubre que su nueva ciudad no es lo que parece, ya que está plagada de ruidos extraños y visiones aterradoras de una mujer que la persigue.
Basada en las memorias escritas por Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado: recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. The Walk flojaCritica:Las películas basadas en hechos reales son proyectos siempre difíciles, ya que si bien se supone que los avala su reflejo de sucesos ocurridos en el mundo real, esto no añade un plus de veracidad o credibilidad a lo que acontece en pantalla, sino que es tan sólo una mera anécdota – por lo general, vistosa – que sirve de punto de partida. Y el verdadero desafío radica en trascender el material original para conseguir una propuesta que se sostenga por sí misma, prescindiendo de la supuesta garantía y seguridad que confiere basarse en algo real y tangible. Y la presente cinta ilustra de forma diáfana los riesgos y peligros de obnubilarse con un acontecimiento concreto, en claro detrimento de la ficción y de la ilusión fabuladora y de ensoñación que es el cine. flojaAdemás se ha elegido un suceso de 1974 que se ve lastrado por los infaustos ataques del 11 de septiembre de 2001 y la larga sombra que aquel cataclismo aún arroja sobre todos los que vivimos en directo aquella hecatombe deleznable. Quizás para espectadores que no estén teñidos por memorias personales de aquel estrago atroz tengan unos ojos inocentes con los que poder contemplar la propuesta, como puro divertimento, como espectáculo fascinante de la locura irracional del ser humano por pergeñar, perseguir y materializar utopías personales más allá del sentido común, más allá de los límites de lo humanamente posible, más allá del freno de la sensatez. Quizás. flojaEs innegable el talento de Robert Zemeckis por crear un bien elaborado y pulido producto de entretenimiento, su capacidad para ilustrar y transmitir el vértigo preciso y fiel de los acontecimientos, su probado oficio como narrador innato, sea lo que sea lo que se proponga desarrollar. Pero quizás adolezca de la misma ceguera que el protagonista de la historia: está tan enamorado de su quimera, tan embebido en su delirio, tan obcecado con su plan, que no calibra bien si el espectador va a acompañarle con el mismo entusiasmo durante todo el recorrido. No hay ninguna sorpresa durante el metraje, todo es creíble, previsible y predecible. Se puede admirar su perfección técnica pero no conmueve ni convence en ningún momento. floja
Tanto Gi Taek como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo, empieza a recibir clases particulares en casa de Park, las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. ParásitosCritica: Pues mirad por dónde, así lo tonto, despacito pero con buena letra, de forma constante pero sin hacer mucho ruido, Bong Joon-ho se está labrando una de las carreras cinematográficas más sólidas del siglo. Desde su debut en el año 2000 ha dirigido siete películas, todas interesantes y algunas realmente buenas. Parasite es su séptimo trabajo, y ha sido el que le ha hecho ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes, siendo el primer director coreano en conseguir dicho galardón.Parasite, como la mayoría de trabajos de Joon-ho, es una obra en constante metamorfosis, una criatura híbrida de pulso impredecible que muta de forma hipnótica, que es una cosa en una escena y en la siguiente es otra. Es comedia negra, drama familiar, thriller psicológico y comentario social, pero en muy raras ocasiones es todo eso al mismo tiempo. La habilidad de Joon-ho reside en cómo transita los cambios tonales, en cómo enhebra los hilos con la precisión de un reloj suizo. Parasite, como Memories of murder y The host, es una película divertida hasta que deja de serlo, una que, en cuanto ve que te relajas en la comodidad que te proporcionan las convenciones de un género, te agarra con violencia y te lleva a otro, confundiéndote, sorprendiéndote y preguntándote en qué momento ha sucedido la transformación. Y de alguna forma, por una suerte de alquimia a la que solo este director parece tener acceso, la película nunca se tambalea.Creo que lo mejor es verla sin saber absolutamente nada de ella, que es como la vi yo, así que voy a ser lo más vago posible a la hora de hablar de su historia. Solo diré que, como ya sucedía en Snowpiercer, la lucha de clases y la estratificación social conforman el núcleo temático de Parasite, pero este es, diría, un trabajo mucho más rabioso. El mundo de Parasite está enraizado en el ahora, en la pobreza, en la ambición, la desesperación y las deudas. Para el Sr. Park, hay una línea que no debe cruzarse, y esa línea es la esencia de toda la película. El guion está lleno de pequeñas sutilezas que enriquecen a los personajes y los enfrentan constantemente. Joon-ho empatiza con la familia Kim, lamenta sus tribulaciones y celebra sus triunfos, los humaniza pero nunca los encumbra. ¿Cómo podría? Tampoco cae en el error de demonizar a la familia Park. Los Park son ingenuos y amables, pero también clasistas y egocéntricos. Ellos viven en su burbuja.Song Kang-ho es el actor que más elogios se está llevando, y se entiende, es el actor más veterano y no es la primera gran actuación que nos regala en una película de Bong Joon-ho, pero la verdad es que todo el elenco está fantástico (pocos directores trabajan las dinámicas de grupo tan bien como él). Visualmente, la película también funciona. Destaco el inteligente diseño de la mansión, metálica y acristalada, fría, casi esquelética.Algo que merece la pena destacar por encima de todo es el uso simbólico de la verticalidad, una manera tremendamente inteligente de distanciar a ambas familias. El director sitúa a la familia Park arriba. Siempre arriba. De camino a la entrevista, vemos a Ki-Woo subir una cuesta de camino a la mansión. Luego, una escalera. Subir significa escalar la pirámide, codearse con la clase alta. Más adelante, el camino inverso. Bajar. Cuánto más bajas, más te acercas al pobre, al desamparado. La familia Kim vive por debajo del nivel del suelo, como bien nos enseña el primer* plano de la pelicula. No son nada. Y qué consecuencias tan diferentes trae la lluvia para unos y para otros.Para mí, lo peor de la película son los últimos diez minutos. En ellos, Joon-ho corre, acelera el desarrollo, recurre a una voz en off barata e innecesaria, y por primera vez en toda la película, peca de impaciente y nos cuenta el desenlace un poco a trompicones. Todo esto hace que los remiendos del guion sean demasiado evidentes, por desgracia.De todos modos, estos diez minutos me parecen algo debiluchos solo en comparación con el resto de la película y ni por asomo echan por tierra todo lo logrado, que es mucho, muchísimo. Parasite está destinada a convertirse en una de las películas del año. Aún no sé si me parece lo mejor que ha hecho Bong Joon-ho (Memories of murder está al nivel), pero es desde luego un trabajo genial, complejo, lleno de lecturas, sorpresas y giros que funcionan, con interpretaciones notables y mucha calidad visual. De obligado visionado.Puntuación: 8,6.
En un futuro cercano, en una colonia de robots de última generación, el creador de la colonia contrata a un investigador privado para llevar a casa a su hija desaparecida....Zona 414Critica: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Zona 414
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